Los días más duros de Shania Twain: su marido se fue con su mejor amiga y una garrapata la dejó sin voz

Shania Twain.
Shania Twain.

La cantante canadiense, voz del hitazo “Feel like a woman”, enfrentó sucesos que la tuvieron al borde de dejar la música. Pero perseveró, según cuenta en su recién estrenado documental de Netflix. “¿Cómo voy a salir de este agujero en el que he caído?”, se preguntó años atrás.

En 1987, cuando Shania Twain (56) tenía solo 22 años, su madre y su padrastro murieron en un accidente de tránsito. Eran los tiempos en que ella recién se abría paso en su carrera como cantante country-pop.

Por aquel entonces, debió enfocarse en el cuidado de sus hermanos menores, por lo que recién saltó a la fama a los 30, tras reunir una serie de canciones que despertó la fama de los sellos discográficos, incluido Mercury Nashville Records, donde la ficharon a los pocos meses.

Su despegue se concretó con su segundo álbum, The woman in me (1995), el cual rápidamente vendió más de 10 millones de copias en todo el mundo.

Un par de temporadas antes, había conocido al productor discográfico sudafricano Robert John “Mutt” Lange, quien era 17 años mayor que la artista, además definirse como un fanático de su música.

La pareja inició un apasionado romance y, en conjunto, escribieron hits como “You’re still the one”, “Any man of mine” y “Feel like a woman”. Su disco Come on Over fue el segundo álbum más vendido de la década, con 15,6 millones, solo superado por Metallica.

Tiempo después, entre 2003 y 2004, mientras realizaba un tour que incluyó unos 113 espectáculos, luchó en silencio contra la enfermedad de Lyme, la cual padeció tras se mordida por una garrapata negra mientras montaba a caballo.

Este padecimiento es ocasionado por la bacteria Borrelia burgdorferi, la cual es transmitida a través de estos parásitos que suelen encontrarse en animales como los venados o pequeños roedores. Los casos suelen presentarse en el Hemisferio Norte, particularmente en Estados Unidos.

La complicada situación es relatada por la propia cantante en el recién estrenado documental de Netflix, Shania Twain: not just a girl. De aquel entonces, en un periodo repleto de conciertos, recordó que se sentía mareada en el escenario, al nivel de que temía caerse. Es más, vivió una especie de apagones de milisegundos “regularmente”, es decir, se le daban “cada minuto o cada 30 segundos”.

Tuvo todos los síntomas posibles.

Finalmente, logró ser tratada y recuperarse, pero, al tratarse de una enfermedad que causar dolor nervioso y muscular, parálisis facial e inflamación del cerebro, ella piensa que le derivó en una disfonía. A pesar de que se operó y fue a terapia para solucionarlo, su voz “nunca volvió a ser la misma”, reconoció, al punto que “pensé que eso era todo”, que “nunca, nunca volvería a cantar”.

Shania Twain arriba de un caballo.
Shania Twain arriba de un caballo.

Un golpe como la muerte

Otro gran golpe vino en 2008, cuando a su marido, Mutt, de pronto le surgieron las ganas de divorciarse tras 14 años juntos. Ella, preocupada, acudió a su secretaria y mejor amiga, Marie-Anne Thiébaud, a quien le comentó que él estaba “actuando de manera extraña”, algo que la confidente descartó.

Pero después, ¡sorpresa!, descubrió que Mutt y Marie-Anne eran amantes, aunque, claro, ellos lo negaron de entrada. “Tuve un ataque de pánico total”, relató la cantante. “Solo le dije que era una mala persona, ¡eso es todo lo que pude decir!”. El fin de ese matrimonio lo comparó con la muerte de sus papás, un hito que “nunca superé”.

“Mierda, nunca voy a superar esto”, pensó por aquellos días. Sin embargo, tuvo que hacer de tripas, corazón: “Así que todo lo que puedo hacer es determinar cómo voy a continuar a partir de ahí. ¿Cómo voy a salir de este agujero en el que he caído? Solo así”.

El escenario era complejo: mientras trataba de entender qué le pasaba a su voz, se debía enfrentar a un divorcio. “Simplemente no veo ningún sentido en continuar con una carrera musical”, pensó.

Sin embargo, en un giro impensado, encontró de nuevo el amor en 2009, con el exesposo de la propia Marie-Anne, el empresario Frederic Thiébaud, quien fue su paño de lágrimas durante la separación. Se casaron dos años más tarde.

En paralelo, ella luchó largas temporadas para seguir en la música sin la influencia de Mutt, y en 2017, quince años después de su cuarto disco, lanzó el quinto, titulado Now, el cual tuvo críticas dispares, pero la metió de regreso en el juego.

Pero antes de lanzar este proyecto que ha descrito como el “más personal”, se encontraba “petrificado”, describió. Sin embargo, se dijo así misma: “Está bien, escucha, no solo voy a volver al estudio sin él”, sino que “voy a escribir toda la música sola, y me descubriré de nuevo como una creativa individual”.

Con 51 años, había decidido renacer.

Revisa acá el tráiler

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