Al poco tiempo de dar con su paradero, Yessenia Arancibia (36) comprendió que Arsmate no era apenas esa alternativa que buscaba para hacer algo más de dinero. Era, en realidad, su salvación.

—Desde los 19 años he trabajado en cafés con piernas y estaba cansada. Me molestaba que me estuvieran tocando todo el tiempo, la misma rutina diaria. Estar aguantando a personas que son narcisistas, que te tratan mal verbalmente. Gente que te palabreaba ahí mismo. Si tú no te dejabas tocar los pechos o, por ejemplo, si te daban un nalgazo, te gritaban: ¡entonces para qué estái! Eran muy pocas personas las que eran de oficina, educadas, que iban por el café a conversar y te pedían permiso. El resto iba directo a agarrar y a tironearte. Me chupaban el cuello, la cara. Me dejaban hedionda a veces. A comida, a cebolla, a pescado. Yo llegaba recién bañada allá y quedaba hedionda en unos segundos.

Todo eso, a cambio de propinas que muy pocas veces superaban los cinco mil pesos y sin nadie que la protegiera, porque el cajero y el maquinista, quizás los únicos que podían asumir ese papel, estaban del lado de quienes se sentían con el derecho de manosear a las mujeres tan sólo por estar ahí con poca ropa. Era parte de su trabajo, decían.

Bailarina de pole dance, por algún tiempo Yessenia probó suerte en el Diosas Club, tradicional nightclub ubicado en Barrio Bellavista. Le pagaban 35 mil pesos por asistir y estar en el caño. Un día, el administrador le recomendó beber algunas copas con los clientes para generar un ingreso extra. A ella no le pareció mala idea. Después de todo, su plan inicial era dejar el café con piernas y quedarse en el nightclub. Pero una noche bebió de más. Llegó a casa con un zapato menos, sin un aro, con su maleta vacía, entre otras cosas. No sabía dónde había quedado su dinero. Ella está convencida de que le echaron algo a su botella de champagne. Para mayor infortunio, no se llevaba nada bien con Ariel, el coreógrafo del lugar.

—Él prepara a las niñas para los eventos —explica Yessenia—. Ellas le pagan por eso en el local. Yo soy bailarina de pole dance, pero no de escenario y él me dijo: necesito que hagas un show de enfermera en el escenario. Te voy a enseñar, pero me tienes que pagar 50 mil pesos. Yo le había pagado ya dos o tres veces por otras coreografías. Así que le dije que no, porque supe que del local ya le pagaban para eso. Y me dice: ya, si no quieres, no importa, tranquila.

Pero cuando llegó allá, Ariel le cruzó un brazo por el cuello, la llevó hacia un rincón y le susurró:

—Voy a hacer todo lo posible pa’ que a vos te echen de aquí y me voy a encargar que en ninguna parte te vuelvan a recibir.

Con el tiempo, Yessenia se enteró que Ariel le había hecho lo mismo a otras mujeres que se marcharon. Decidió no pisar más el Diosas Club. Pero tampoco quería regresar a tiempo completo a los cafés. Ahí fue cuando vio en la televisión algo relacionado con Arsmate, plataforma chilena dedicada al contenido para adultos. Interesada en el tema, descubrió que el pago mínimo por suscripción era de cinco mil pesos, la misma propina que recibía en el café con piernas. Sacó cuentas, se propuso llegar a una meta diaria de suscriptores. Además, hace poco había operado sus pechos y su trasero, así que, con licencia, tenía el tiempo necesario para grabar contenido desde la comodidad de su casa.

De pronto estaba allí, en el canal oficial de Arsmate, hablando de su vida en una entrevista con Julio César Rodríguez. Su ascenso había sido meteórico. Ya no necesitaba de los locales.

—Es que tenía mis clientes, po. Los invitaba a suscribirse y toda la cosa, eran del café. Hacía lives, con juguetes, cosplays y otras cosas.

Pero después de tres o cuatro meses, las cifras comenzaron a disminuir. Yessenia cayó en cuenta que el soft porn no vendía. Investigó en los perfiles de otras creadoras y, claro, prácticamente toda su oferta era explícita, con colaboraciones.

—Dije, pucha, me atrasé. Empecé a atrasarme con los pagos de la luz, con el agua. Mis gastos acá en mi casa son como de tres millones, pagando todo, el dividendo, la comida, el colegio, la universidad y todo eso. Y dije: no me alcanza con el Arsmate. No me cubría todos los gastos. Un mes podía pagar algunas cuentas y al otro mes pagaba otras, pero se iba haciendo una deuda más grande. Se me empezaron a juntar muchas deudas y dije: voy a tener que salir a la calle. Pero estaba achacada, no quería volver a los cafés.

***

La primera vez que Yessenia escuchó hablar de Diego González fue recién cuando su hija mayor, de dieciocho años, se lo presentó en el cumpleaños de Iván Martínez.

—Él estaba con el Rene (Puente) y mi hija me dice: ¡mira, el Rene!, ¡mira mamá, el Diego! Y yo no sabía quiénes eran. No los conocía ni siquiera por las redes sociales, nada. Ahí mi hija me explica que eran súper conocidos, y fuimos a sacarnos una foto con ellos. No pregunté nada más, pero me explicó que el Diego colaboraba con mucha gente, que podría preguntarle.

Unos días después, Yessenia se percató de que González promocionaba en sus redes sociales la despedida de La Chilota (Fernanda Valenzuela, exparticipante de Mundos opuestos) que se haría en su casa. Le escribió si podía asistir y él le dijo que sí, pero que debía también consultarlo con ella. La Chilota también aceptó con rapidez.

Así comenzó a tomar forma la amistad de Yessenia con González:

—Yo nunca le dije al Diego lo que me estaba pasando, pero me abrió las puertas de su casa. Llegué y estaban las cámaras encima, todos carreteando. Súper entretenido. Yo no sabía que eso era contenido, era un carrete normal. Todos con ropa, nadie sin ropa. Era todo bacán: eras tú en un carrete y te estaban grabando. Ahí aproveché de hacer una colaboración con el Carlitos Vera. Cuando terminó la jornada de grabación, el Diego me dice: amiga, gracias por haber venido, por colaborar con el Carlitos, te voy a mandar el videíto por WhatsApp. Le pregunté cuánto era por el video y me dijo que nada, que no cobraba por los videos. Me lo mandó a la semanita y lo pude subir a mi Arsmate.

El Capataz luego la convocó para su cumpleaños y, finalmente, para el regreso de su reality más ilustre: Secreto en el lago 3. Ahí dentro, Yessenia conoció realmente a René Puente.

—Yo no sabía todavía quién era en verdad. Yo había llevado mi disfraz de Blancanieves y dije: ya, aquí me voy a comer a todos pa’ poder subir material a mi Arsmate. El Diego me había dicho que podíamos grabar nuestras cositas cuando no estuvieran las cámaras, porque cuando estaban, ese material era para su Arsmate. Entonces comencé a grabar mis cositas aparte y de repente va el Rene y me pregunta: ¿por qué hacís todas estas cosas? Te andái desnudando y estái haciendo cosas.

Yessenia le explicó que de eso se trataba su trabajo, que era su sustento principal. Pero Rene contragolpeó.

—Me dice: es que a mí me gustái.

—¿Y qué dijiste tú?

—Yo igual sentí que a él se le arrancaban los enanitos ahí, pero dije ya, le voy a seguir la corriente. Le dije: vai a tener que acostumbrarte y aceptar, porque es mi pega. Y me dijo: igual te quiero ayudar. Le contesté: te vai a meter en mi mundo de Arsmate, tú eres influencer y haces eventos en las discos, no eres creador. Igual, yo te ayudo.

En Secreto en el lago 3, Yessenia se preocupó de disfrutar. Excepto por el incidente que supuso la salida de Ñacson, quien intentó propasarse con ella a escondidas en varias ocasiones y más tarde la amenazó.

—Fui a buscar un té a la cocina y aparece el Ñacson con una bufanda cuadrillé. Va y me la enrolla en el cuello y me dice: ¿qué estabai hablando vos abajo? Te escuché que yo aquí y yo allá contigo en el baño. Le dije que todos estaban preguntándome y que, como no tenía globo, no se pudo. Mientras, me apretaba con la bufanda. Le dije que no iba a decir nada más y me dice: ya, ¿o querís que venga mi señora y te acuchille? Me corrí, me asusté y me fui pa’ la pieza. Me relajé y me puse a llorar. Me dijeron que tenía que tener cuidado con él, porque realmente era así.

Pero con él fuera, las cosas volverían a lo de siempre. En especial su relación con Puente, con quien incluso contrajo matrimonio de manera simbólica durante el encierro. Y en una reciente entrevista con Mikel Echeverría, ambos admitieron que planeaban casarse “ahora sí con anillos”, “con papeles”, “delante del juez”.

—¿Cuál es tu relación con Rene?

—Con el Rene tenemos una relación súper abierta. Somos súper amigos en realidad. Nos agarramos cuando nos vemos, po.

—¿Y se van a casar?

—Sí, po. Hoy a la noche a él le hacen la despedida de soltero... Es un casamiento con vestido de novia. Y después se viene la luna miel. Las fechas están por confirmarse.

Yessenia era la invitada sorpresa de la despedida. El viernes pasado, después de hablar con el diario pop, se desplazó hasta Antofagasta para sorprender a su prometido mientras otras mujeres le bailaban. Se compró un traje y preparó un baile hot para la ocasión.

***

—Siempre soñé en grande. Le decía a mi papá: voy a tener nana, voy a tener casa, voy a tener auto y voy a estudiar. Mi papá se reía, nomás. Y pasó, po, todo eso. Gracias al Diego, a las invitaciones, a las colaboraciones con Rene. Ellos me ayudaron mucho desde el primer mes. Pude pagar todas mis deudas de acá de la casa. A mí me habían cortado la luz, el agua, el metrogas. Debía ocho o nueve meses de dividendo. A mí me iban a quitar aquí la casa.

Eso reflexionaba hacia el final de la conversación Yessenia, tal vez en el mejor momento de su vida.

Hace unas semanas, la creadora invirtió en una parcela donde montar la casa de sus sueños. Compró una hectárea en algo más de 126 millones de pesos en la región de Los Ríos. Además, Arsmate la citó a una reunión para hablarle de un nuevo proyecto:

—Nunca me imaginé que iba a ser parte de esto. Me ofrecieron trabajar en una nueva plataforma que es parecida a Netflix y a PH (PornHub), pero una versión mejorada en donde los videos no van a poder ser hackeados. Son videos de ellos, ellos me graban y lo suben a la plataforma, lo venden y de eso obtengo una ganancia. Solamente tengo que ir a grabar y despreocuparme, ellos me pagan. Voy a tener otro ingreso extra y que ellos me hayan considerado, para mí es genial.

—Eres muy agradecida de Diego. Dices que, en parte, esto es por él. ¿Qué te pasa con el hate que recae sobre él?

—La gente que le tira hate o habla mal de él, está mal informada. Es gente que no tiene contacto con él, que no lo conoce. La gente que lo conoce va a estar siempre con él y jamás hablaría mal. Cuando él nos invita a sus proyectos, nosotros no pagamos nada. Nada, ni comida ni pasajes. Yo ahora voy a Antofagasta y no tengo que pagar nada, ni los videos, ni la producción, nada. Y aparte nos etiqueta: con la etiqueta te está pagando. Con una etiqueta que él me hace, yo gano millones. Estoy súper agradecida con él.