Por Marco OyarzúnLos Tigres del Norte y el ser migrante en los Estados Unidos de Donald Trump: “Estás en el lugar equivocado y eres atacado incluso teniendo documentos”
Los legendarios mexicanos pisan nuestro país este viernes 19 de diciembre para presentar su premiado trabajo “La Lotería”. En una extensa conversación, Jorge Hernández, insigne voz del conjunto, repasó su historia, conversó de lo humano y lo divino y además contó la labor de ayuda que realizan con la comunidad latina en Estados Unidos.

En 1968, Jorge Hernández, con solo 14 años, convenció a sus hermanos Raúl y Hernán, junto a su primo Óscar Lara, de formar un grupo musical para ayudar a la economía familiar en Sinaloa, al noreste de México.
“Si me remonto a los años de los inicios del grupo, siempre tuve eso en la mente. Yo personalmente siempre fui positivo. Decía: ‘Un día tengo que hacer lo que tengo que hacer’. Nunca pensé estar en el ojo del público de esa manera. Únicamente lo que quería era tener la oportunidad de darle algo a mis padres. Si yo me ganaba, no sé, cinco pesos, diez pesos, treinta pesos, se los mandaba a mi papá, a mi mamá, y eso me hacía tan feliz que para eso trabajaba”, contó Hernández, hoy de 72 años.
Desde ese sueño adolescente nació uno de los conjuntos latinoamericanos más importantes de la historia, Los Tigres del Norte, una verdadera institución de la música mexicana, con canciones vivenciales que retratan a la sociedad.

Con más de 80 álbumes grabados y cerca de 750 canciones en su repertorio, la discografía de Los Tigres del Norte es vasta y llena de hitos que trascienden lo artístico. ¿Quién no conoce “Ni parientes somos”, “La banda del carro rojo”, “Contrabando y Traición”, “Señor Locutor”, entre otras?
Ahora regresan a nuestro país este 19 de diciembre en el Movistar Arena para presentar su EP La Lotería, con entradas disponibles en Puntoticket.
Un proyecto que les permitió ganar un nuevo Grammy, sumando en total un Grammy anglo y seis Latin Grammy en el historial de la banda norteña.
“Jugamos con una cuestión política y con todo lo que nuestro país está viviendo como comunidad. Jugamos con esos temas, pero es un reflejo también de todos los países que tenemos esa misma similitud, las mismas problemáticas. En fin, juega un papel importante y gracias a esa canción hemos ganado los premios del Latin Grammy. Eso nos llena de alegría porque siempre que ganas un premio es un reto más de superación, para hacer las cosas mejor en el siguiente paso que vas a dar en tu trabajo. Y eso es lo que nos emociona siempre”, señala la voz y acordeonista del proyecto sinaloense.
-En La Lotería se habla del divorcio, del despecho, como para estar en la cantina. También “Tus últimas palabras”, que tiene un mensaje bien fuerte. Para mí, más que una despedida de amor, es cuando la otra persona se va al otro mundo.
-Exacto. Pues mira, cada quien lo interpreta de diferente manera. Por ejemplo, “Tus últimas palabras” llega en un momento bastante fuerte porque hace poco —ya va a tener dos años y medio— murió mi madre. Y yo dije: esta canción es como despidiéndome de mi mamá, ¿me entiendes? Hay canciones que tienen ese don de poder comunicar esas palabras que se conectan con el corazón, que se conectan realmente con una problemática que tenemos todos, y que de repente hay algo ahí dentro de nosotros que nos ha sucedido.
Esas canciones son las que, como dices tú, nos llegan. Igual que las de cantina: “Al diablo tu ausencia”, “Ni parientes somos”… Son canciones que llegan al corazón, las que nos mueven, las que hacen que nuestras emociones salgan a flote.
-Esa canción “Tus últimas palabras”, que es mi favorita del EP, habla de un tema que no se habla usualmente: la partida de un ser querido…
-Sí, son cosas que uno no tiene… que quedan como guardadas dentro de nosotros, de no aceptarlas, de no vivirlas. Te quedas como: “¿lo acepto o no lo acepto?”.
Y eso es lo que causa que las canciones tengan esa virtud de conectarse, de poder llegar. Y de poder, en nosotros como intérpretes, que nos escuchen. Esa es la forma en la que tratamos de comunicarnos con el público.

-Y maestro, ¿la vida es una lotería o no?
-Totalmente. Es una lotería. No sabemos lo que va a pasar, si de repente nos vamos a sacar la lotería o si no hay nada y nos quedamos tristes. Pero bueno, a veces nos la sacamos y estamos felices. Hay momentos donde la vida nos da lo que estamos esperando y eso es cuando nos llenamos de emoción y nos da fuerza para seguir adelante.

-¿Qué le parece ahora el tema de los corridos tumbados? ¿Tiene algún favorito?
-Creo que hay mucha gente muy talentosa. Las historias de los corridos tumbados tienen un significado: es una ramificación del corrido que nosotros cantamos.
Son como las hojas del árbol que van creciendo. Pero me gustaría que las nuevas generaciones usaran ese talento de una forma más positiva, de una forma en la que… como ya sabes, en México últimamente ha habido campañas muy fuertes en contra de este tipo de canciones.
-En algunos estados de México está prohibido…
-Exactamente. Entonces eso no favorece mucho a la música. Ojalá que cambien el rumbo y que puedan comunicarse de diferente manera para que tengan un éxito más grande y que, aparte de su talento, puedan aprovechar esas canciones y hacerlas un poquito más para el público.
-Más transversal, porque igual algunas letras son bien crudas. Pero bueno, siempre los jóvenes han sido así, siempre tratan de llegar un poco más allá. Pasó con el metal, pasó con el rock, pasó con el reggaetón…
-Son generaciones que buscan otras corrientes para entrar, pero es válido, es muy válido. Y aparte, si eso los divierte y los hace felices, pues adelante. Si lo piensas musicalmente y lo piensas de otra forma de cómo llegar a tu público, podrías lograrlo de esa manera. Pero bueno, cada quien es libre de hacer lo que quiere hacer.
El corrido un relato nacional
-Ustedes son de Sinaloa, esa cultura fronteriza hizo lo que son…
-Nos tocó la dicha de nacer en el estado de Sinaloa, muy pegado a la frontera. Pero en nuestro estado siempre se ha cantado la historia. Te voy a dar una sinopsis de lo que nosotros aprendimos cuando éramos niños: ahí se cantan historias de personajes, no de la mafia.
Lo más grande que Sinaloa ha producido en la música han sido sus canciones, su folclore sinaloense. Canciones que han traspasado fronteras, como “El sauce y la palma”, “El sinaloense”, que son tradiciones de hace muchos años y que la gente sigue cantando. Pero hay un corrido que poco se menciona: los corridos de los caballos.
-Igual el tema rural de los caballos y el campo suena mucho en Chile…
-En México tenemos corridos de caballos, como “El Caballo Bayo”.
-Ja, ja, acá también se versiona…
-Nosotros cantábamos eso cuando éramos niños. Así empezamos a conocer el corrido, con los caballos. Esa relación infantil me lleva a querer más el corrido. Y sabemos la historia desde 1910, cuando personajes como Emiliano Zapata o Pancho Villa usaban los corridos de caballos. Y cada vez que vamos a grabar buscamos un tema que nos dé esa fuerza. Si hay alguna historia de ustedes, de caballos, me encantaría buscarla y poder grabarla.
-Cómo es la historia, porque “El Caballo Bayo” acá suena, pero claro, en nuestro ritmo, que es la cumbia ranchera, que es algo muy chileno, con influencia mexicana.
-Sí, todas esas canciones las cantábamos. Esa educación, se puede decir, viene desde hace muchos años. Como decía, conocemos cómo los historiadores le cantaban a un solo personaje o hablaban de que “este es nuestro líder, es fulano de tal”.
Así comienza el corrido. Así es la historia: cómo hace vibrar los sentimientos de las personas, cómo te hace sentir que este es el que nos defiende, el que hace esto por nosotros. Todas esas historias que se van contando y que conocemos son parte de un aprendizaje también para nosotros y de poder transmitirlo en canciones, ya sea de corrido, de política, de historias, de amor, de los hijos, de la familia, incluso de los locutores, como tú.
“Hay familias que llevan 15 o 20 años viviendo aquí y que ahora son investigadas”

-Uno hizo la pega, los estudió, y sé que están en una campaña para reivindicar a la gente migrante en Estados Unidos.
-Sí, ahorita estamos trabajando con diferentes organizaciones aquí en Estados Unidos. Lamentablemente, la nueva administración ha sido muy fuerte con una campaña hacia toda la comunidad latina, y no solo a los latinos, sino a personas de todas las razas y países: de India, de China, migrantes de todo el mundo que radicamos en este país.
Hay familias que llevan 15 o 20 años viviendo aquí y que ahora son investigadas y buscan cualquier motivo para deportarlas. Eso ha provocado separaciones de familias muy fuertes.
-Claro, entiendo…
-Nosotros hemos estado trabajando con distintas organizaciones y haciendo campañas. Estamos en San José, California, donde radicamos, en el área de San Francisco, San José, Fresno, Salinas, Sacramento, Los Ángeles, Bakersfield, y también trabajamos en Arizona. Hace poco hicimos cosas en Nueva York y Chicago; estuvimos allá la semana antepasada, después del Grammy, tocamos un viernes. Siempre hemos estado atentos a la comunidad migrante porque nos identificamos con ellos por muchos motivos. Cuando llegamos a este país llegamos de forma legal, pero después se nos vencieron los permisos. Sabemos lo que se siente no tener documentos, no tener voz, sentir que hay una cortina frente a ti que no te deja ver ni hacer lo que quieres.
Son recuerdos. Cuando llegamos, vivimos discriminación: no dejaban entrar a mexicanos o latinos a restaurantes, no nos servían comida aunque pagáramos. El tratamiento que se le está dando al migrante es completamente diferente. Antes de preguntarte si eres ciudadano o si tienes papeles, a veces por tu color te atacan. Estás en el lugar equivocado y eres atacado incluso teniendo documentos; eso no tiene validez. Eso afecta mucho a la comunidad, baja la autoestima, nos sentimos vulnerables. Los sentimientos caen porque ya no sientes que estás en un país que se prometía para migrantes.
Nosotros seguimos aconsejando al público, hacemos campañas en iglesias y en lugares donde se nos permita estar con ellos. Hablamos de no cometer errores, de portarnos bien, de no faltarle el respeto a nadie, de tener un comportamiento correcto para evitar la deportación. Sabemos que hay mucha gente detenida y muchas familias separadas, y no queremos que eso siga pasando. Esperamos que la nueva administración reconsidere, porque está dañando mucho a nuestras comunidades.
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