Luis Alarcón está como tuna a los 90

04.10.2019.EL ACTOR CHILENO LUIS ALARCON PARA LA CUARTA. FOTO: SEBASTIAN ÑANCO

El legendario actor reconoce que está impecable de salud, ánimo y con ganas de seguir actuando en el cine, teatro y televisión. "Me conserva el vivir a concho", asegura.

Luis Alarcón no ve teleseries. Le cargan. Raro, viniendo del actor chileno que más ha trabajado en el género. "Nunca me ha gustado verlas, sí las hago, pero de manera profesional solamente", explica la paradoja el hombre que dio vida a bacanes personajes, como el malvado patrón de fundo Roberto Betancourt en La Represa (1984), al machista Pedro Chamorro en La Fiera (1999) y al indio de un laureado comercial de neumáticos (1986), del que en enero de este año hizo una nueva versión (ahora para una telefónica) junto a Gary Medel.

Lucho tiene a su haber 50 telenovelas, mismo número de películas y de premios a lo largo de sus seis décadas de carrera, que fue ininterrumpida hasta el año pasado, cuando terminó su relación laboral con TVN (ver recuadro).

Récord que no es el único que ostenta. El 23 de octubre cumplió 90 años y, hay que decirlo, está como tuna.

Alarcón goza de excelente salud, disfruta el día a día descansando, viendo la serie Desperate Housewives en Netflix, cuidando su jardín de rosas, hablando por Whatsapp con su hija que vive en México. ¿Amor? Sí, por supuesto: "Soy viudo dos veces. Ahora tengo compañera puertas afuera", revela sentado en el comedor de su hogar, que evoca el sur, a su natal Puerto Natales, en pleno barrio de Lo Barnechea.

- La pregunta de cajón es ¿cuál es su secreto de la eterna juventud?

Vivo a concho. Me gusta mucho la vida, creo que es un regalo maravilloso mirar las flores, las mujeres, la naturaleza, observar al hombre.

- ¿Cómo se cuida?

Fui bohemio muchos años, bebedor, pero no alcohólico. Ahora me he cuidado más, hago de todo, aunque con mesura. Creo que lo que me conserva con ganas y humor es la empatía, no soy competitivo, no tengo envidias. Vivo tranquilo en todo sentido. He sido ordenado en mis finanzas, vivo de mi economía. Me quedarán 10 años de vida, demás me alcanza.

- Está como lechuga, no se achaque...

Sé que voy a morir en cualquier momento. Desde que uno nace está muriendo. Tampoco puedo decir si le temo a la muerte, porque no me he muerto nunca, jajajá.

Vaticano

En su hogar hay una habitación que alberga sus galardones y una gigantografía del spot del indio. "Agradezco los reconocimientos. En la calle me sigue diciendo Betancourt. Una vez en el Vaticano un montón de gente se acercó a saludarme, muy cariñosa. Fue increíble. Ese rol me marcó mucho, también el Chamorro de La Fiera y el gitano renegado de Romané (Baldomero Lillo). Todos los hice desde adentro, sin maquetas".

- Un galán de su talla debe tener muchas seguidoras también...

Algunas personas me dicen que soy lacho y eso no es cierto, no soy conquistador, no salgo a conquistar mujeres como amigos míos. He tenido muchas relaciones muy amables, las mujeres han enrielado mi vida. También tengo amistad con mujeres muy interesantes y muy hermosas.

-¿Alguna conocida?

Salí mucho a bailar y andábamos siempre juntos con Andrea Molina, que después se dedicó a la política. Con Ivette Vergara también somos amigos. Nos casamos en una teleserie (Marrón Glacé, Canal 13). Ella era modelo cuando actuó. Me dijo "Luchito no sé nada de esto, ayúdame", pero ahora no la veo nunca.

- Hoy, lejos de la TV, ¿echa de menos?

De repente dan ganas de actuar. Pero no me hago ilusiones falsas, no creo que vuelva a hacer personajes como Betancourt o como en La Fiera. A televisión es difícil volver, pero hay una posibilidad de que haga algo, a través de una productora. En cine, si hay producción me encantaría estar.

"En TVN me ofrecieron la quinta parte de mi sueldo"

"En la última reunión con el canal me ofrecieron un sueldo que era la quinta parte de lo que ganaba. Pedí un contrato de trabajo y me dijeron que no, que debía hacer una empresa y contratarme yo mismo para que el canal se ahorre las imposiciones, una sinvergüenzura". Así resume el actor su divorcio con el canal de toda su vida, tras 23 años seguidos contratado y existosas teleseries. "La decadencia en TVN empezó con el cambio de Vicente Sabatini de jefe de área dramática a jefe de programación. Cuando a él le ofrecen volver al área no quiso, porque estaba Quenita (Rencoret) de jefa. Luego ella se va con todos a Mega. Yo le decía a la secretaria nos quedamos los dos solos aquí", recuerda.

- ¿Quena le ofreció llevarlo a Mega?

No. Y en esa época trataron de que me fuera del canal (TVN), pero yo tengo más muñeca y me siguieron contratando.

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