“Me decía ‘madre’”: Anita Reeves desclasificó su amistad con Felipe Camiroaga y el sueño que quedó “pendiente”

Anita Reeves y Felipe Camiroaga.
Anita Reeves y Felipe Camiroaga.

La destacada actriz se conoció con el animador en 1993, cuando ambos fueron familia en la teleserie Jaque mate (TVN). “Se iba a mi casa a tomar once”, recordó.

Corría 1993 cuando Anita Reeves interpretó a “Elvira” en la teleserie Jaque mate (TVN), mientras que su hijo era “Aldo”, encarnado por el mismismo Felipe Camiroaga, quien siempre tuvo una veta de actor.

En el programa nocturno Buenas noches a todos, repasaron algunas escenas de aquel melodrama del recuerdo. “Ustedes entablaron una relación de madre-hijo incluso fuera de cámara”, comentó Eduardo Fuentes.

“Él me decía ‘madre’”, recordó la actriz. Ambos se conocieron antes de la teleserie, porque desde la producción le pidieron que le hiciera una clases a su retoño de la ficción, pero “era más lo que nos reíamos juntos, y de ahí quedó esa relación linda con él”. De hecho, “nos hicimos yuntas, por el sentido del humor, leseamos mucho”, declaró.

“Teníamos cosas en común, y otras que no teníamos nada qué ver”, reconoció. “Por ejemplo, las cosas en común que siempre nos unieron fue el amor por los animales”.

Es más, como eran vecinos en Chicureo, reveló que lo que les quedó “pendiente” fue “hacer una especie de lugar de encuentro de animalitos”.

Los recuerdos

También confesó que “no me gustaban los personajes cómicos que hacía”, en alusión a “El Washington” y “Luciano Bello”. “Yo se los encontraba rascas, charchas”, relato. “Y esos dientes que te pusiste”, le decía.

“En el fondo me gustaban”, admitió, pero “yo encontraba que Felipe podía hacer otras cosas; y él era chacotero, y era así y le gustaba hacer eso”, describió. “Siempre andaba haciendo tonteras por todos lados”.

—¿Quién llevó a quién a Chicureo? —consultó Fuentes.

—Yo —contestó ella.

“Pero yo no lo llevé a Chicureo, sino a Lo Arcaya, a Colina”, contó. “Por eso yo le decía que era el ‘Halcón de Chicureo”, y yo soy la ‘amena de Lo Arcaya’”. Además, “teníamos cerco vivo (de plantas), entonces nos veíamos todos los fines de semana”; es más, “se iba a mi casa a tomar once y llevaba el halcón en el brazo, y lo dejaba apoyado en una silla”.

Revive acá el momento

COMPARTIR NOTA