Al cierre de su rutina, después de las gaviotas, antes de los notables chistes con autotune, Edo Caroe confesó su cercanía con algunas obras del género urbano local. Para explicarse, alabó el desparpajo de los artistas que incluyen ciertas palabras o tópicos en sus canciones, y a modo de ejemplo, desmontó Anti rana, obra magna del Jordan 23. Entonces soltó: “Me gustan las letras, pero a veces no les creo tanto. ¿Cule… tanto como dicen?”.

Kidd Voodoo, en primera fila, se tapaba como podía con una bufanda. Luego con las manos.

Pero Caroe ya lo tenía en su radar: “Yo creo que no. Hay letras que los dejan… ¿No? ¿Kidd Voodoo? ¿No?”. Contra la pared, al artista no le quedaba más que reír.

Consultado hoy por Página 7 sobre el jocoso momento, el “Sátiro” se sinceró:

“No tengo ningún problema, la verdad. Si, más que susto, fue como... me hizo una pregunta muy clave y no sabía para dónde mirar, porque sabía que me estaban grabando”.

Lejos de hacerse dramas, el artista aclaró que la pasó “muy bien” y que “fue increíble” la rutina de Edo Caroe. Es más: “Hace tiempo no tenía ganas de llorar de tanta risa que tenía”.