Rodrigo Muñoz recuerda su historia de amor con Claudia Pérez y revive tenso momento que vivieron en Venezuela

Rodrigo Muñoz y Claudia Pérez.
Rodrigo Muñoz y Claudia Pérez.

Al actor será el protagonista en un nuevo capítulo de Pero Con Respeto, en que repasará distintos episodios de su vida.

Tras la visita de Gente de Zona (Alexander y Randy) a Pero con respeto (CHV), ahora será el turno del actor Rodrigo Muñoz, quien repasará distintos episodios de su vida con Julio César Rodríguez.

El intérprete, que ha sido parte de melodramas como Sres. Papis y Tranquilo Papá, está casado con su colega Claudia Pérez, quien actualmente aparece en Pobre novio. La pareja tiene dos retoñas y, de hecho, la mayor, Daniela, pareciera que seguirá los pasos de sus padres, tal como dejó ver con su papel en 100 días para enamorarse (Mega).

Sin embargo, el intérprete se irá mucho más atrás y contará cómo empezó al historia de amor que inició todo.

La historia de amor

Así, Muñoz se remontó a sus años en la escuela de teatro. “Yo me enamoré a primera vista”, confesó, al punto de que a sus amigos de aquel entonces les dijo: “Me enamoré, me voy a casar con ella”.

En aquellos años, según había contado en Los 5 mandamientos (Canal 13), él era un joven ayudante de cátedra, mientras que ella era un poco menor. “Estaban jugando a la pelota las mujeres del curso y yo me ofrecí para ser arbitro”, recordó meses atrás. “De repente vi a la arquera y me enamoré a primera vista”.

Por aquel entonces, Claudia pololeaba con otro tipo, y si bien ambos tuvieron “onda” durante alrededor de un año, debió pasar un tiempo antes de que se concretara la esperada cita.

En ese entonces, cada uno tenía su casillero, por lo que “yo le dejaba todos los días una flor”, a pesar de que “en el invierno no había flores y le ponía un ‘vale por una flor’ o una piedrita”. Así fue “todos los días hasta que me dio la oportunidad”, recordó.

Un tremendo susto

Sin embargo, en Pero con respeto —el miércoles tras The Voice—, también repasará una complicada anécdota que vivió la pareja, cuando hicieron un viaje a Venezuela para presentar una obra.

“Íbamos en una van, con toda la escenografía arriba y, de repente, unos militares con metralleta se paran y preguntan qué andábamos haciendo”. En eso, los uniformados le ordenaron que “tienen que dejar a la niña (Claudia) acá media hora y volver”.

Pero, cuando el panorama se complicaba, el chofer del vehículo tomó un arma de la guantera y lanzó “un discurso hermoso de cómo nosotros hacíamos teatro en cada provincia”. Ante esas palabras, “los tipos se abren paso y pasamos”.

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