Como, afortunadamente, no les pasó nada, Argandoña explicó que tiene una deuda con la Virgen, a quien visita todos los años.
Raquel Argandoña dejó sin palabras a todos, compañeros y televidentes, en el último Tal cual, cuando recordó dos accidentes no muy conocidos que padecieron sus hijos, Kel y Nano Calderón, y que afortunadamente no pasaron a mayores.
“A Kel, al año y medio, un potro le pegó una patada en la cabeza”, reveló la exmodelo. Por esta causa, “la chica estuvo un año con casco” con “una fractura de cráneo de veintitantos centímetros”.
“Nos fuimos a Talca, no la querían trasladar a la clínica en esos años, así que estuvimos como cinco días ahí hasta que se pudo hacer el traslado”. A contar de ese momento, cuenta Argandoña, es que realiza un especial viaje para honrar a la Virgen, a quien le “entregó” la vida de Kel. “Y sanó sin ningún problema, entonces prometí ir todos los años a Lourdes, salvo en la pandemia, ahí me perdí uno. Es sagrado, en agosto siempre voy”.
En 2016, protagonizó un accidente automovilístico que bien pudo acabar con su vida.
“Cuando chocó el Camaro, pérdida total, justo le estaba colocando la vela a mi virgen para que protegiera a mis hijos. No le pasó nada ni a él ni a los amigos”, detalló Argandoña. “Los entendidos dicen que el Camaro tiene una jaula, y solo por eso se salvaron. Entonces por eso se lo entregué también”.
Por ellos, por su bienestar, el viaje de Argandoña consiste en hacer cada año Santiago-París.
Los detalles: “Me voy en el tren, llego a Lourdes como a las dos y media de la tarde. Me quedo a la procesión, que es a las nueve de la noche y dura casi una hora, voy a un restorán, al otro día tomo el tren y vuelvo a París”.