“Yo no tenía cómo vivir. Mi papá me apoyó. O sea, a veces para comprar las colaciones de los niños, ‘deposítame veinte lucas’”, es parte del testimonio de Alvaro Ballero sobre la debacle de tipo económico que comenzó cuando lo despidieron de Canal 13 hace tres años.

Entonces la vida que había soñado se le fue de manera paralela a las deudas que acumulaba por un estilo de vida mucho más caro que el que podía pagar.

El ejecutivo de 43 años confesó que su mujer y madre de sus cuatro hijos, la bailarina Ludmila Ksenofontova, siempre le advirtió que tuviera un auto de menos precio, que enviaran a las tres niñas a colegios de valores más bajos. Pero el primer chico reality no hizo caso. Hasta que el amor de su vida le dijo ya no más y le pidió la separación.

CAUSA Y EFECTO

“La verdad de la separación de Alvaro Ballero: quién tomó la sorpresiva decisión y el camino que llevó al quiebre” y “La lucha de Alvaro Ballero por volver con su esposa” fueron las crónicas donde Glamorama detalló los pormenores, durante el invierno de 2024. Y anoche en Primer Plano, en una entrevista hecha con anterioridad y otra en directo, en el set, el profesional se sinceró:

“Ese día después de mi cumpleaños, ella toma la decisión y me dice que se acabó, que ya se había acabado todo, que teníamos que separar nuestras vidas... Nunca me imaginé estar en esa situación. Nunca. Las cosas venían difíciles hace un buen tiempo, yo diría que los últimos tres años no sonreía”.

“Yo no tenía cómo vivir. Mi papá me apoyó. O sea, a veces para comprar las colaciones de los niños, ‘depósitame veinte lucas’. Mi papá no es millonario, él vive de su jubilación. Mi hermana mayor le pagó el colegio a los niños durante un año, porque no teníamos cómo. Y en esa angustia, que te llamaran los bancos, que si no vendía la casa, yo decía ‘nos vamos a ir a la calle’”.

“Lo que menos quiero es incomodar a la persona que ha sido más importante en mi vida. Yo viviré mi luto, viviré mis tiempos, no sé cuándo voy a salir de esta.

“Me desespera que ya no vamos a vivir las cosas que proyectamos juntos (se emociona)... Me desespera que no sé cómo vamos a vivir la Navidad. Me desespera que probablemente en Año Nuevo no los voy a abrazar. Pero son cosas que las hacía igual casado, así de frío era, entonces hoy día me pesa lo que yo mismo construí. Eso es lo que me duele”.