Comenzó haciendo aseo en obras y terminó certificándose como electricista

Kattya Leal (41) es madre de tres hijos y también abuela, razón por la cual lucha cada día para seguir ganando experiencia dentro del rubro de la construcción.

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Kattya Leal (41) es una trabajadora incansable que comenzó desde muy chica. Fue mamá joven, a los 16 años tuvo su primer hijo, pero eso no fue motivo para moverse y generar ingresos propios.

En 2009 ingresó al mundo de la construcción luego de quedar sin trabajo como recepcionista. Entró a trabajar en una obra como jornal, haciendo aseo en obra gruesa. Ya en ese tiempo tenía tres hijos que dependían solamente de ella.

Por esa razón, Kattya, quien ahora también es abuela, no se conformó con su trabajo y se especializó en el rubro, porque siempre quiso más oportunidades y mejores ingresos.

"No me quería quedar barriendo eternamente, me empezó a gustar la construcción, el trabajo que hacían los maestros. Y dije, si ellos pueden, yo también puedo y me tiré a capacitarme", afirma Kattya.

Fue así como al principio se especializó como selladora y trabajó durante 5 años en esa área. Pero su ambición pudo más y quería aprender más cosas. Si bien, al principio soñaba con manejar grúas, la Municipalidad de La Granja le dio la oportunidad de certificarse como electricista.

"Las puertas se abrirán solas"

Esta madre y abuela no lo dudó un segundo y entró al curso, aprobando y logrando su certificación Clase D. "No me arrepiento de nada, ojalá todas las personas tengan la oportunidad de estudiar, pero yo sé que si lo desean, y las ganas las tienen, las puertas se abrirán solas", señala.

Dentro del rubro de la electricidad, cuenta que le encanta aprender cosas, nuevas, sobre todo armar tableros y tirar la alimentación de electricidad. "Siempre me estoy informando de todo, soy bien busquilla y me gusta mucho lo que hago", reconoce.

Pese al sacrificio que implica ser trabajadora y madre de hijos grandes, Kattya no se arrepiente de la vida que eligió y sueña con poder ser independiente y tener su propia pyme de la construcción.

“Es un anhelo que tengo, aunque amo mi trabajo actual, pese a que una igual llega a la casa cansada y después tienes que trabajar en ella para ayudar a tus hijos. Es un don que tenemos las mujeres, nosotras podemos y ojalá que muchas se atrevan a elegir este camino”, concluye.

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