Tanto disparate personal y político tenía que cobrarle por algún lado a Il Cavaliere, Silvio Berlusconi (72), quien arrasa en popularidad como primer ministro de Italia.

Su esposa, Veronica Lario, le paró los carros públicamente por elegir sólo ricuras de primer corte para las elecciones de eurodiputados de junio próximo.

El hombre -dueño del AC Milan y de una fortuna metida en todos lados y que se maneja con eso del marketing político y el elevado rango de tontera del electorado- promueve a las ricardas Eleonora Gaggioli, Carolina Ferranti, Barbara Matera y la filetón tipo "V", Angela Sozio, bailarina y ex concursante del reality Gran Hermano.

Tutto bene para Il Cavaliere hasta que Lario se enojó y el martes por la noche difundió a los cuatro vientos una carta a un diario, en la que calificaba de "basura desvergonzada" la selección de candidatas que hace la colectividad política de su esposo, el Partido de la Libertad (PLD).

"Alguien ha escrito (en los diarios) que se trata de entretener al emperador. Estoy de acuerdo, es una basura desvergonzada en nombre del poder", rugió Lario, una dama de 40, potablemente bien conservada.

Una crítica, pero con matices, hizo Alessandra Mussolini, nieta de Benito, el dictador, al decir que el PLD también debería incluir modelos masculinos como candidatos a cargos públicos.

Pero la señora Lario respondió tajante: "Quiero dejar en claro que mis hijos y yo somos víctimas y no cómplices de esta situación, debemos soportarla aunque nos cause sufrimiento".

Es que Berlusconi tiene historia: Hace dos años alabó públicamente la cuerada de la presentadora de TV Mara Carfagna y debió ofrecer disculpas públicas a su patrona. Claro que ahora tiene a la Carfagna de ministra de Igualdad de Oportunidades. Ejemm.