La preocupante crisis financiera internacional ha afectado a todos los rubros de la economía y la profesión más antigua del mundo no ha quedado exenta de las nefastas consecuencias de esta debacle monetaria mundial.

Para contrarrestar la fuerte caída en la demanda de sus servicios, la industria del sexo en Alemania adoptó un agresivo plan de estímulo económico que incorpora modernas herramientas de marketing, atractivas promociones, tentadores descuentos y sugerentes estrategias publicitarias para elevar las ventas.

Dentro de esta iniciativa reactivadora algunos boliches redujeron sus precios a la mitad, implementaron "tarifas planas" en todo horario, incluyeron traslados gratuitos en autobuses desde y hacia el palacete, e inventaron rebajas para jubilados y taxistas.

Asimismo, en otros locales se puso en marcha el novedoso sistema de "pases diarios" que permite que la distinguida clientela  pueda atenderse todo el día y por el mismo precio, onda bufet.

Karin Ahrens, administradora de la remolienda "Yes Sir" en Hanover, contó que "los tiempos son difíciles para nosotras también", ya que los ingresos en su local han caído 30 por ciento, mientras que en otros clubes las ganancias se han ido a pique en 50 por ciento.

"Definitivamente estamos sintiendo la crisis. Los clientes están cortos de dinero. Tienen miedo. Ya no se puede cobrar extras y está el procedimiento de recortar precios. Todo el mundo quiere un descuento. Las promociones especiales son esenciales estos días", explicó la dama.

En Alemania la prostitución es legal y cerca de 400 mil personas prestan servicios sexuales profesionalmente, con contrato, previsión y salud. Las cifras oficiales no hacen distinción de género y se desconoce la cantidad de hombres dedicados a la tradicional actividad.