
Hace ratito que los que creen en la Teoría de la Conspiración alucinan con que en Gringolandia tratan de controlar el clima con un complejo de máquinas llamado "Proyecto Haarp". Pero lo que tiró el climatólogo Alan Robock, de la Universidad de Rutgers, es para ponerle más pimienta al tema.
Según contó al diario The Independent, hace tres años recibió una llamada telefónica de consultores de la CIA interesados en saber si existía alguna posibilidad de que un país pudiera controlar el clima de EE.UU. y cómo era posible saberlo.
"Tras pensar un poco, les dije que si alguien introdujera algún material en la atmósfera, sería posible determinarlo", siguió Robock.
"Al mismo tiempo, pensé que a lo mejor estaban interesados en saber otros países podrían detectar que estamos controlando su clima", añadió.
Y ahí se le entró el chupete: "Sentí miedo tras la llamada. Sé de muchas cosas que ha hecho la CIA, que no respeta ninguna regla y no me gustaría que los impuestos de la población fueran dirigidos a estos objetivos".
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