No duró ni un día: argentinos vandalizan estatua de Gaturro y las redes celebran

A la izquierda Nik, a la derecha Gaturro (en un mal día).
A la izquierda Nik, a la derecha Gaturro (en un mal día).

El homenaje que construyeron para el felino, a pesar de su “tecnología antivandálica”, se encuentra en pésimo estado. Todo apunta a su creador, que despierta antipatías y ha sido acusado de plagio.

El Paseo de la historieta es, como menciona su nombre, un recorrido que contempla una serie de estatuas y murales diseñados para reconocer a las creaciones más importantes del mundo del humor gráfico en Argentina. Fue inaugurado en 2012 con la emblemática Mafalda como protagonista entre las calles Defensa y Chile, y luego se le sumaron figuras como El Eternauta, Clemente y un largo etcétera. En 2013, construida por Brian Bruhn y Raúl Piccolotto, se presentó en el circuito la estatua de Gaturro.

¿Quién es Gaturro? La ópera magna de Nik —polémico historietista trasandino—. nacida en 1993 y que a día de hoy sigue liderando el top de ventas de libros para niños al otro lado de la cordillera.

Tristemente, como pasó con muchas otras, el monumento al reconocido felino fue vandalizado de todas las maneras posibles. Así las cosas, en julio de 2022, su creador Nik —Cristian Gustavo Dzwonik— anunció que, producto de su precario estado, Gaturro sería retirado por algún tiempo del lugar. Claro, a pesar de que la figura fue creada con base en el “material más resistente posible: metal con epoxi”, como decía el historietista, para entonces el nivel de destrucción era total: le faltaban algunas piezas, presentaba varias roturas y el rostro del gato era prácticamente irreconocible fruto de la pintura, los grafitis y los “miembros” que le habían dibujado.

¿Por qué ese nivel de odio contra Gaturro? Porque los dardos no iban dirigidos al felino sino a su creador. A Dzwonik aparentemente no lo quieren mucho en Argentina. El historietista, que también ha sido apuntado alguna vez por polémicas vinculadas a su bando político, es acusado de plagiar a un sinfín de referentes del humor gráfico. Desde Quino hasta Fontanarrosa. Es más, en 2018 usuarios de Internet se unieron para crear el “Libro negro”, en el que incluyeron cada dibujo o idea que Nik presumiblemente tomó de otro lado. El célebre creador de Mafalda lo ha definido como un sinvergüenza más de una vez, e inclusive Gary Barker, autor de Garfield, ironizó en redes sobre las increíbles coincidencias que existen entre Gaturro y su propia obra.

El 15 de mayo, en su cuenta de Instagram Cristian Dzwonik —al que parecen resbalarle las críticas— confirmó que faltaba poco para estrenar la remozada estatua de Gaturro, en el mismo lugar donde hasta hace un año descansaba. “Metal de grafeno, pintura antiadherente y lavable, y cámara de seguridad interna”, enumeró el historietista las características del nuevo monumento. Una “tecnología antivandálica” para eludir el destino que tuvo la anterior.

Pero no hubo caso: el flamante homenaje para Gaturro debutó este fin de semana y en menos de veinticuatro horas corrió la misma suerte. En redes sociales se viralizaron las imágenes que enseñaban al felino con dibujos de penes en distintas partes de su cuerpo, condones instalados en sus bigotes, algunos mensajes que incluían puteadas y pintura, mucha pintura. De inmediato, memes y toda clase de reacciones.

Mira aquí algunos mensajes:

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