El youtuber incluso comentó que estas semanas habría pensado en el suicidio.
Naturalista, herpetólogo, youtuber, presentador de TV, pero sobre todo reconocido como un ferviente defensor del bienestar animal, Frank Cuesta ha sido carne de graves acusaciones durante el último tiempo.
Concretamente, su ahora examigo y excolaborador, Chi, desveló una serie de audios de Whatsapp en donde el español reconoce haber adquirido animales a modo de “inversión” para su santuario. En uno, se le oye decir: “Me han dado las tres por 30.000. Es una inversión porque hay que tener suricatas, que a la gente le gustan las putas suricatas”.
En otro, furioso asegura que cobrará venganza contra un gato que había acabado con algunos de sus animales.
“Voy a hacer un mix de comida de gato con polvo de veneno, para que se lo coma el hijo de puta y reviente por dentro. Lo siento mucho, pero es lo que hay. Si tienes un gato, lo guardas en casa”.
Lo mismo con unos perros.
“Voy a poner veneno todos los putos días hasta que mueran todos los putos perros. (...) Me los voy a cargar a todos, voy a seguir poniendo veneno hasta que mueran todos los perros de alrededor. Lo siento mucho por los perros, pero están matando a mis animales y yo tengo que cuidar de ellos, así que al depredador malo, lo mato y se acabó”.
En pleno punto de mira, ayer Cuesta compartió un video en su canal de YouTube, titulado “No puedo más”, para defenderse de todo lo que lo acusan y, poco común en él, derrumbarse.
“Se está diciendo que yo estafé a la gente, que la gente donó y que yo me gasté el dinero. Eso es totalmente mentira. El dinero entró, ahí están las cuentas, ahí está el dinero que se donó. No sé dónde estará, pero yo mostré las transacciones que se hicieron y mostré cuándo se puso el santuario a nombre de mis hijos”, aseguró en el registro, que a las pocas horas fue eliminado.
Más tarde, sobrepasado, rompió en llanto frente a cámara.
“Son audios privados, pero yo no he hecho nada de eso, del dicho al hecho hay un gran trecho. (...) No puedo más. Es una constante agonía. Son semanas que todos los días se saca un audio, se saca de contexto, se puede cortar, se puede utilizar en contra. Son muchas semanas seguidas. No puedo más. Te levantas todos los días diciendo ‘¿qué habrá ahora?’. Imagínate en 10 años los audios que le has podido mandar a tu amigo con burradas”.
Incluso aseguró que de no creer “en la vida”, que “lo más bonito del mundo es la vida”, hace dos semanas “me habría pegado un tiro”.
“Lo único que yo tenía en esta puta vida era mi conexión con los animales, mi vida por los animales y todo lo que llevo haciendo, y todo eso se está destruyendo por alguien en quien yo confié”, cerró desconsolado.