Las primeras entrevistas en Youtube de la mayoría de los artistas del género las hizo Diego cuando no existían medios cubriendo la escena. Después los llevó a cocinar, jugar fútbol, hacer rafting y saltar en paracaídas. Ahora encabeza un exitoso formato de reality tan subido de tono que se tuvo que ir a una plataforma para adultos.
Si Diego González Gatica hubiese nacido en Estados Unidos muy probablemente sería una estrella con alcance mundial de Youtube como James Stephen Donaldson, universalmente más conocido como Mr Beast. Entre ambos, además de un inquietante parecido físico y más o menos la misma edad, existe el mismo entusiasmo por crear un ecosistema de contenidos audiovisuales.
Pero Diego González no nació en Estados Unidos de Norteamérica sino en la República de Chile. En Paine específicamente. Allá, según le contó a Julio César Rodriguez en un capítulo de La Junta, trabajó en algún momento vendiendo sandías y recogiendo duraznos, cerezas y choclos.
“Mi infancia fue bien rural. Fui a un colegio de monjas, mi vida era básicamente ir a clases y jugar fútbol. En octavo básico me cambié de colegio y en cuarto medio me puse a pololear”, cuenta el periodista que hoy día está a cargo de Secreto en la Cabaña, un reality que en su tercera temporada tuvo que mudarse de Youtube a la plataforma para contenidos de adulto Arsmate.
“Siempre me han gustado los realitys. Desde los primeros que salieron los veía como fan y siempre quise hacer uno, pero con mi visión de contenido y obvio que con el presupuesto que puedo. Quisiera tener por ejemplo a Huaiquipan pero ese tipo de personajes está en otro nivel, con montos de televisión. En cambio los personajes de redes sociales son amigos míos, así que es más accesible. Me gustó la idea de meter, como se dice, minas ricas, actrices triple equis y creadoras de contenido. Salió chistoso hacer esa mezcla, con personajes del torneo de cell y cantantes”, le contó al mismo JC pero en el canal de Youtube de Arsmate.
En Secreto en la Cabaña han participado personajes reconocidos como La Pincoya, Lelo y también el Tio Rene, el Princeso y uno de los precursores del trap, Ben Bulgari, quien actualmente es el dueño de casa en la tercera temporada.
¿Cómo llegó el joven González a convertirse en una especie de Hugh Hefner chileno?
Diego entró a estudiar periodismo en la Universidad Santo Tomás. “No sabia que estudiar y me tincó entretenido. Lo que me gustaba era jugar fútbol, yo quería ser periodista de cancha, pero también me gustaba el reggaeton. Los Reggaeton Boys primero y después Daddy Yankee, me encantaba”, contó en La Junta.
“Creo que el 2015, cuando vi que había herramientas en la universidad que se podían pedir, conseguí micrófonos y cámara. Le empecé a escribir a los managers de artistas que venían a Chile y les decía que era una entrevista para la radio más importante del país, pero era la radio de la universidad en realidad”, recuerda riendo. Por esa época entrevistó a Anuel, Rauw Alejandro, Myke Towers y Baby Rasta por nombrar algunos.
Los registros de esas notas los empezó a subir a Youtube casi como un repositorio de esas notas de la radio de la UST, casi como una cortesía al artista que había entrevistado.
“Carlitos Junior fue el primer chileno que entrevisté y así empecé con los demás a medida que fueron saliendo. Cuando gané 50, 60 lucas, yo no sabía que se podía ganar plata en Youtube, para mí cuando en medios como Rapetón o Trap House Latino usaban algunas cuñas era lo máximo”, recuerda. De ahí pasaron los entonces emergentes Gianluca, Princesa Alba, Polimá y El Bai, y un largo etcétera.
“El reggaeton me gusta desde chico, yo no soy na’ de cartón como otros medios que lo hacen por las visitas. Antes solo entrevistaba artistas de afuera porque eran mis ídolos, y cuando ya comenzaron a salir en Chile me enfoqué acá. Ahí crecí mucho más de la mano de ellos”, le dijo el 2022 al diario La Hora.
En Fast Forward, Diego tiene el título de ser el pionero en crear contenido audiovisual asociado a la entonces muy embrionaria escena urbana. “Creo que le hice sus primeras entrevistas a varios cantantes, por ejemplo a Marcianeke lo entrevisté en una plaza, cuando vino por primera vez a Santiago a grabar”.
De ahí abrió el abanico. “Siempre me gustó innovar en los formatos, probar cosas nuevas”, dice.
Hizo videos comiendo completos con AK:420 y sandías con King Savagge, hizo microdocumentales con Harry Nach y El Menor. Después grabó desafíos extremos como saltar en bungee y paracaídas con Standly y Malito Malozo. Cocinando bajones con Jairo Vera, Young Cister. Incluso hizo un programa brandeado por una cerveza para Chilevisión que se llamó “Urbanos a Prueba”.
¿Su video preferido? En La Junta dijo: “Paseo de curso es mi video favorito, habíamos hecho un video de rafting y salió un canje para hacerlo en el sur. Invertí en arrendar un bus y empecé a juntar artistas. A la salida de Santiago hicimos un canje express en una boti y nos fuimos tomando en el bus. Me curé y nos volvimos locos, todos bailando. El chofer iba derecho nomas, fueron como 11 horas de viaje al lago Ranco. Al otro día la actividad estuvo hermosa, lo dividí en dos. Es mi video favorito, porque meter 18 artistas en un video para mi es algo bacán”.
Sin embargo, dentro de toda la locura un pequeño sabor amargo acongoja a Diego. Se lo confesó a Max Collao en su podcast Max Stage: “Mi mayor decepción ha sido con los artistas por los que uno apostó cuando no tenían ni siquiera un tema pegado y después han hecho la desconocida. No me gusta decir nombres, pero te diría que son la mayoría”.
Las mudanzas
Antes de grabar entrevistas tomando bebidas energéticas en una tinaja con agua caliente por donde pasaron íconos como Galee Galee (qepd), El Forest o Flor de Rap, antes de organizar pichangas entre artistas donde a una incluso llegó el mismísimo Arturo Vidal, Diego hizo su práctica como todo periodista.
El medio que lo aceptó fue La Tercera. Ahí estuvo cubriendo deportes, fútbol principalmente. “Un día Pepe Rojas se enojó por el titular de una nota y llamó al diario. Tuve que mostrar el audio y probar que puse tal cual lo que dijo”, contó.
Volvamos a la pregunta inicial. ¿Cómo se convirtió Diego González en un productor y conductor de contenido para adultos?
“El nombre (Secreto en la Cabaña) lo pensé inspirado por la película Secreto en la Montaña. Desde la primera temporada, hemos tenido que movernos constantemente, porque nos han ido echando de cada lugar en el que hemos estado”, contó.
Esa mudanza no fue solo física sino también digital.
“YouTube se ha vuelto muy censurador, o quizás sea la misma gente que reporta, no sé, porque mi contenido no es tan distinto a los videoclips de reggaetón. La diferencia es que, como no tengo un sello ni grandes respaldos, estoy menos protegido ante ese tipo de sanciones”, reflexiona.
El primer castigo de la plataforma vino porque a una participante, Gatita Bebé, se le vio parte de un pecho. El segundo fue porque Mami Dolce tomó whisky desde el estómago de Angel Donger.
Quizá no lo sepas, pero Youtube tiene políticas muy estrictas respecto a derechos de autor y de normas de uso respecto a contenido que pueda ser considerado ofensivo. Y “Secreto en la Cabaña” fue sancionado.
“Cuando ocurrió lo de YouTube, Arsmate me contactó de inmediato y acordamos trabajar de manera exclusiva. En la segunda temporada, el contenido se volvió más porno, y la tercera ya está pensada completamente para Arsmate. Fue un problema que se convirtió en una bendición, porque hoy puedo hacer contenido mucho más explícito”, dice González.
“Si Dios quiere, en el futuro podré hacer cosas completamente porno”, reflexiona. De todos modos, los capítulos editados para todo espectador igual están disponibles en Youtube.
“Me han dicho de todo: Che Copete, Kike Morandé, el viejo de Playboy. En mi opinión estoy en mi mejor momento, para otros mi mejor versión era con los urbanos pero estaba pobre. Yo tengo que velar por mi futuro. Además hay que considerar que a los cantantes es más difícil agarrarlos, porque hay más entrevistadores también. No es como antes cuando podía decirle a Cris MJ ven a cocinar a mi casa o Marcianeke vamos a andar en moto”, dice el joven a cargo del contenido más experimental y psicodélico disponible actualmente en Chile.