Religión, bellaqueo y romance: el improbable mundo de Gino Mella

Pasó de ser el “Justin Bieber chileno” a uno de los nombres más reconocidos dentro del reggaeton. Con una carrera que data del 2014, el intérprete de “Te exo de menos : (“ y “Tay Papo” sueña con llenar un Movistar para invitar a su bisabuela.

El año 2008 se estrenaron, entre otras, películas como Batman, el caballero de la noche, Kung Fu Panda, Iron Man, Crepúsculo, Gran Torino, Wall E, Slumdog Millionaire, El curioso caso de Benjamin Button. Ese año, el Oscar a mejor película se lo ganó Sin lugar para los débiles.

Durante esos 365 días, específicamente el 13 de agosto, se estrenó Talento de barrio, la película dirigida por José Iván Santiago y protagonizada por nada más ni nada menos que Daddy Yankee interpretando a Édgar “Dinero” en una historia que aunque no es autobiográfica, sí toma elementos de la vida de Ramón Ayala.

Esa cinta marcó y definió la vida del entonces niño Gino Mella, que tenía 8 años cuando se estrenó la película. “Yo quise ser reggaetonero por la película de Daddy Yankee. Nunca quise ser cantante, quería ser reggaetonero. Esa peli me inspiró de cabro chico, aluciné. Me gustó esa vida, los autitos, todo lo que implicaba, ahí me metí”, contó en La Junta.

No iba a pasar tanto tiempo para que el pequeño Gino se pusiera manos a la obra y de una manera bastante seria. “Partí cantando a los 13. En esa época, para estar pegado tenías que estar en la radio, un matinal, cosas así”, cuenta en entrevista con el carpool de Vamo a Calmarno.

En el vodcast “Con la musa” relata que: “A los 13 me picó el bichito y empecé. Pero cuando salí me decidí a hacerlo profesional. Mientras mis compañeros pensaban en estudiar ingeniería o derecho, yo pensaba cosas nada que ver. Pero la carrera de música no me llamaba la atención, porque no es como que por tener un título te pegabas automáticamente, yo entendía que mi camino iba por otro lado”.

Ahí Mella contó que pese a sus 23 años ya ha visto pasar un par de generaciones de artistas urbanos. “Cuando partí estaba Croni-k pegado, después apareció el Young Cister con el Poli, me acuerdo cuando Pablo Chile hacía shows para 50 personas”.

Pero en ese entonces, reveló en La Junta, “hacía otra música, cosas estilo Matt Hunter, hacía como canciones pop de amor”. En un registro de esa época, el cantante de apenas 16 años aparecía como artista fichado por TVN Records, el sello musical del canal. Por ese entonces incluso fue calificado por este medio como “el niño maravilla del pop chileno” o el Justin Bieber chileno.

“Soy cantante de pop urbano, pero me considero transversal porque he grabado bachata y reggaeton también. (...) Este es mi sueño, lo que quiero hacer el resto de mi vida. Que mi música se escuche en teleseries ha sido importante porque en mis shows cantan mis canciones desde niñas de 8 años hasta abuelitas. (...) Mi sueño es internacionalizar mi carrera, que millones de personas escuchen mi música, ganar un Grammy”, decía a sus tiernos 16 años.

En ese entonces Gino aparecía en televisión y era un invitado habitual en espacios juveniles como la radio Coca Cola. Sin embargo, según ha revelado, no todo fue tan feliz en esa época.

“Le agarré rechazo a esa industria, porque era mal visto, tuve algunas malas experiencias”, le contó a Julio César. Ahí reveló que en algún momento, su familia, que asegura siempre lo apoyó, le preguntó si en serio quería perseverar en la música”.

“Cuando me solté me empezó a ir de pana, cuando hablé lo que quería en las redes y en las canciones, todo cambió. Es que yo venía de otra escuela, más correcta”, reconoce.

En Vamo a Calmarano, más que confianza quizá, contó cuál fue el momento bisagra de su carrera: “Cuando metí el bicho cambió todo. Ahí empecé a hacer lo que me gustaba de verdad, quería cantar lo que estaba viviendo, antes hacía canciones de amor juvenil, después quise hacer otras cosas. Cambié mi estilo y perdí varios fanáticos, retrocedí en cierto sentido, pero era lo que tenía que hacer”.

La Fe de Gino Mella

Son tres los conceptos que más se repiten en la vida, pasión y obra de Gino Mella: Dios, rupturas amorosas y desenfreno. “Me gusta mezclar reggaeton con romantiqueo, quiero estar permanentemente sorprendiendo al público”, dijo recientemente en Con la Musa.

Los tres rasgos identitarios de Mella, que podrían parecer antagónicos, convierten al joven de 23 años, que tiene un disco ¿Cuál normalidad? (2021) y un lote de sencillos hit en un personaje que destella dentro del género. En La Junta contó cómo creció en él la creencia religiosa.

“Después de terminar una relación, quería sanarme. Mi familia siempre ha sido ligada a la iglesia pero fue cuando me habló mi manager que las cosas me hicieron un click y vi la vida de otra forma. Supongo que el mensaje llega distinto cuando viene de un amigo”, aseguró.

“Tengo un equipo que es una familia, partimos casi todos juntos. Hemos aprendido juntos, nos alegramos y valoramos los detalles, recibimos lo bueno con los pies en la tierra porque hemos estado en nada también. Me gusta como me ha pasado, si me hubiese llegado antes el éxito me hubiera desenfocado y me ha costado tanto que no miro para abajo a nadie”, dijo en CLM.

Sobre cómo compatibiliza una vida religiosa con una narrativa por-decir-lo-menos pagana en la mayoría de sus letras, le comentó a Rodriguez que: “Lo conversé en su momento con mi pastor y me dijo que estuviera tranquilo. Dios te va ocupar para estar en un mundo oscuro, y tu predicas la palabra a lugares donde no llega un pastor, eso me dijo. Y creo que lo puedo hacer de tú a tú con los cabros chicos. Pasé por ansiedad, depresión, de sentir ese vacío, y esto fue lo único que me llenó”, asegura.

“Intento dar un mensaje positivo, independiente de las canciones, porque eso es arte, la obra es otra cosa. Pero yo tengo sobrinos y sobrinas, por eso también siempre intento dejar una semillita sembrada y que le quede en la cabeza un buen ejemplo”, dijo en Con la Musa.

Incluso el nombre de su grupo, 707, tiene que ver con eso. “El 707 apareció en un momento que había varias gangas, pero yo no me identificaba con ninguna. Pero pensé que seguro había gente que pensaba como yo, y así nació el 707, que es un versículo de la Biblia, en Mateo 18, donde se dice que hay que perdonar 70 veces 7. Me gusta además como suena, porque le da su corte y cuando preguntan, tiene un giro”.

De esa mezcla de conceptos, experiencias, juventud y espiritualidad es que han salido canciones hit como “Tay Papo” junto a King Savagge, “Full pioli” con Pablo Chill-e, Best y Lleflight, o “Reñaca” con AK:420, “Amiga date cuenta” o “Adicto”.

Pero quizá en la variante que más destaca es en las canciones que combinan desamor en clave de reggaeton. Como su más reciente sencillo “Te exo de menos : (” o “Mujeriego”.

“Esas canciones son himnos ahora y esto lo esperé harto. Soñé con esto y no pasó de un dia para otro, así que lo valoro mucho, y una manera de demostrarlo es que después de los show siempre dejo al menos una hora para sacarme fotos”, dice.

Los otros sueños de Gino son:

“Me gustaría algún día hacer un Movistar, invitarlos a toda mi familia, a mi bisabuela, mostrarles lo que logré y agradecerles”, dijo en La Junta. El otro lo confiesa así: “Es difícil pensar en el futuro, es decir me proyecto, decreto cosas positivas, pero me cuesta verme. No sé cómo me veré con tanto tatuaje, por ejemplo, pero sé que me gustaría pensar que hice historia. Pero sobre todo tener una familia, nietos, todo eso, y poder entregarles lo mismo que me entregaron mis padres”.

Temas Relacionados

COMPARTIR NOTA