Desde chiquitito me enseñaron a hacerme el lindo con las mujeres. En el jardín me iba súper bien, porque era rubiecito.

Pero con el paso del tiempo, a mis 23 años me he dado cuenta que valgo callampa a la hora del amor. Primero, porque al final lo único bueno que tengo es el pelo, y el resto no pasa nada: padezco un problema en un ojo, y cojeo de la pata izquierda.

Eso me tiene harto, porque las mujeres no me pescan, se ríen de mí y ya estoy que corto las huinchas por tener a una persona que me acompañe. No sé qué hacer doctor, es un tema delicado, sobre todo cuando hablamos de las relaciones sexuales.

Lo único que he visto son puras revistas y películas. Nada por aquí y nada por allá. Supongo que me entiende lo que le estoy diciendo. Ayúdeme profesor.

CARLITOS

Don Carlos:

Déjeme decirle que aunque haya salido con problemas en “las terminaciones’’, como su ojito o su extremidad inferior, no significa nada. Tiene que agradecer que llegó a este mundo como un hombre sano, hecho y derecho. Si le ha ido mal con las mujeres no es por su aspecto, es por lo que irradia. 

Si al principio en el cole le iba bien con sus compañeritas debió seguir con la fe y con la estampa de ganador para conseguir una pareja. Sin embargo, mi rey, quédese tranquilo porque el de arriba lo está mirando y seguramente él cree que debe esperar un poquito más para conseguir al amor de su vida. Así es el destino y más encima tiene sólo 23 peras. 

Y por otra parte, si anda desesperado por una cana al aire, póngase a la fila porque son varios. Y no se van a morir si esperan un rato más para entrar a jugar al emboque. 

Le deseo suerte y le aseguro que le llegará su hora en el amor y también en la cintura para abajo. Créase el cuento. Lo físico no sirve de nada. Se lo digo yo que soy feo y estoy feliz con mi señora y mis críos.