Cuarentena se convirtió en suplicio

Doctor Cariño:

Le pido que me ayude. No soporto a mi señora. Llevo 10 días con ella y mis cabros chicos en la casa y no le quiero ver más la cara. Me ha humillado, porque más encima estoy cesante y ella es el sostén de la familia. Me trata de penca, de flojo, de malo para el catre, y el problema es que no puedo huir de mi hogar, pues es peligroso por el contagio y porque mis hijos son mi adoración. Y le juro que no la aguanto más. Y a todo esto, una ex compañera de pega me llama, me dice que me extraña, que mi jefe me quiere recontratar en otra compañía, donde se va a cambiar y que más encima sería el subjefe. Sólo basta que se termine esto del Coronavirus para que todo ande bien. Sin embargo, a cambio de la espera debo mamarme a esta mujer que se ha transformado en el diablo mismo con sus humillaciones.  En cambio, la otra reina me adora y me valora. Dígame, doc.

Juanchi

Mi amiguito:

Lo que me cuenta debe ser la tónica de varios hogares, donde las parejas ya comienzan a ahogarse entre ellas y a detestarse. Pero nunca a humillarse como su señora lo ha hecho con usted. Que no tenga trabajo no es para que lo trate hasta de pésimo para el ring de cuatro perillas. Así que le pido paciencia, que respire profundo, que no le responda nada y que sólo limítese a pensar que esto va a pasar. Esperemos que los gringos y los chinos saquen la pócima contra el Coronavirus para que se pase todo esto con prontitud. Y cuando así sea, usted regresará a tener un buen trabajo, pero no vaya desesperado donde la pierna suave que lo quiere. Primero hable con su esposa y dígale que hay otra persona que lo valora más. Cuando su mujer quede loca, capaz que cambie para usted. Si no, échese el pollo, disfrute a su compañerita que le tuvo fe y no se pierda con sus hijos, que son lo primero.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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