Doctor Cariño:

Sí, debo reconocerme enfermo de caliente, pero aún no me da para salvarme con una mina. Soy medio tímido, y me da julepe tratar de hablarle a alguna mujer ni menos proponerle que hagamos el amor.

A causa de esto es que me hice adicto a las películas Triple X. Los viernes en vez de salir. Me compro una botellita de pisco, unas papas fritas y me chanto en el living a ver mis favoritas. “Juanita Nalgas de Oro” y “Betty, la leona de la Noche”, son algunos de los filmes que me encanta disfrutar y escuchar a todo chancho. Y ahí estuvo el punto preciso de mi historia sexual, que me tiene contento, pero confundido.

Resulta que el viernes pasado, tipo una de la mañana sonó el timbre, mientras yo estaba con los ojos turnios frente al plasma. Era una vecina de unos 55 años, media copeteada. Me preguntó si podía pasar y la acepté. Se sentó en el living y me interrogó sobre por qué me dedicaba a ver ese tipo de películas.

Yo le conté la firme y la vieja me dijo que ella esperaba todos los viernes a que yo subiera el volumen de la tele. Me juró que eso la excitaba más que cualquier cosa. Después de que me dijo eso, ella misma me sacó la camisa, los pantalones, hasta los calcetines. Y ahí me destruyó a polvetes. Eso me tiene salvado, pero tengo 25 años menos que ella. Podría ser su hijo.

Henry

Pelito de oro:

Con mucho entusiasmo leí su carta y me recordó cuando era adolescente e iba al Cine Mayo a ver las rotativas eróticas. Quedaba en el centro de Santiago y adentro del anfiteatro habían puros cimarreros con uniforme. 

Mi papá un día me esperó a la salida, porque una tía me cachó entrando. Me sacaron cresta y media. Pero con lo que había visto tenía para una semanita de recuerdos. Salvado. 

Pero lo suyo le cayó del cielo, hijo. Malo pa’ las minas, bueno pa’ la tele y le saltó una vieja califa, que más encima es su vecina. Aprovéchela al máximo para que olvide un poquito esas películas cochinas. Lo de la edad da exactamente lo mismo. En el amor y el sexo entre dos da lo mismo cuántas peras tiene cada uno. Si lo pasan rico y ambos gritan Viva Chile, eso es lo que vale. 

Sea feliz y si se enamora de la veterana, disfrútela. Y agradezca que le llegó a la puerta. De lo contrario, seguiría con su amiga Manuela.