En el Metro un tipo me empezó a acosar. Me asusté, pero era atractivo. Me dejé llevar y comenzó a tocarme. En la siguiente estación me bajé. El se bajó y nos pusimos a conversar. Partimos a un parque, nos besamos, me invitó a un motel y acepté.
Doctor Cariño:
No sé si está bien, pero en el Metro un tipo me empezó a acosar. Me asusté, pero después me di cuenta que era atractivo. Me dejé llevar y comenzó a tocarme. En la estación que venía me bajé. El se bajó y nos pusimos a conversar. Partimos a un parque, nos besamos, me invitó a un motel y acepté.
Nunca más lo vi, lo busco en el Metro y no lo encuentro. Me enamoré, doctor, pero no puedo dormir al saber que quizás no lo voy a encontrar nunca más. En la cama era una máquina, pese a que no me hablaba mucho. Quedé loca, enamorada y con unas ansias enfermizas de reencontrarme con este león. Ayúdeme.
Claudia
Doña Claudia:
Me sorprende, me da miedo, me persigue la desconfianza y me dan nauseas sus palabras. Creo que necesita urgentemente hablar con alguien más que yo para que le diga lo equivocada que está. Un tipo que la acosa en el Metro es un monstruo. Podría haberle pasado cualquier cosa en ese dormitorio, mi amor.
Se salvó jabonada tras tomar esa determinación de encamarse con un desconocido. Por muy animal sexual que haya sido, o que la haya dejado con los ojos blancos a punta de canas al aire no significa nada. Es muy grave lo que cuenta. Me pueden criticar de anticuado, de doctor viejo, de poco moderno, pero no estoy de acuerdo con lo que hizo. Y si está pensando es que su príncipe azul aparecerá en el Metro, ojalá que no lo vea nunca. ¡Es un tocador de mujeres! Véase, mija. Hágase ver.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com