Hace tres meses me vi aquejado de un terrible dolor de muelas, estaba que moría y fui de urgencia donde un dentista. Estaba casi muerto de dolor y entré a una consulta y en medio de mi agonía pude distinguir algo del cielo, del Edén...
Doctor Cariño:
Hace tres meses me vi aquejado de un terrible dolor de muelas, estaba que moría y fui de urgencia donde un dentista. Estaba casi muerto de dolor y entré a una consulta y en medio de mi agonía pude distinguir algo del cielo, del Edén... Cuando me vi bajo el efecto de la anestesia pude comprender a concho que tenía frente a mí: una dentista maestra en el gasfitereo bucal y una diosa de cuerpo perfecto y con acento caribeño.
Cuento corto, a pesar de mi situación intenté un acercamiento apenas me paré del asiento dental. Y créame que me fue bien, muy bien, tanto que ya llevo tres meses de lid romántica con mi especialista en sonrisas. Lo malo o lo que "pone caries" a mi romance es que estoy casado y, de verdad, el asunto me tiene preocupado. Su consejo, plis.
Tony
Don Tony Manero:
Me dejó con la tarasca abierta su romance a lo bandido con la dentista plagada de curvas y acento caribeño. Abierta, pero de asombro ante su frescura y falta de tino para irse de conquista ilícita en medio de un dolor intenso a los chocleros.
Por más que ella sea una diosa, que se peine con el taladro, el porcelanato y otras pastas dentales, debe bajarse de la silla dental y, sin anestesia, decirle que ya no va más con el romance. No vaya a ser que por dárselas de galán acabe usted con los dientes para la historia por un más que justificado golpe en lo que es sonrisa perfecta...
Mejor enderece su camino y métale gutapercha a su vida conyugal.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com