Doctor Cariño:

Cada vez que me veo en el espejo veo a un monstruo, un tipo bajo, un narcisista y me bajoneo de tal manera que apenas puedo cumplir en mi pega. ¿Sabe por qué? Porque llevo años engañando a mi pareja, no puedo parar.

Cada vez que caigo y recaigo en las infidelidades, me prometo que nunca más va a suceder, pero me buscan las mujeres y yo estoy siempre dispuesto. Parece de cachetón, pero no es así, tristemente.

Pero ahora estoy agarrando el buen camino y hace un mes que no peco. Pero mi mujer metió al diablo con curvas en nuestra casa: su sobrina de 24 años. Me propuse no mirarla, ignorar sus encantos, pero ¿sabe qué? eso fue peor. Ahora empezó a provocarme y se pasea semidesnuda y yo no quiero mirar ni quedarme solo en la casa con ella. Ayúdeme.

Lilo

Don Lilo:

Déjese de lloriquear y sea machito, pero de verdad, sin lanzarse con la chica que -según usted- lo anda toreando. Porque si la sobrina se pasea semidesnuda ese no es problema de ella, es suyo porque usted se pasa flor de películas por lo califa que es.

A lo mejor anda así en su casa y cree tener la confianza suficiente con sus tíos como para hacerlo en el hogar donde está cobijada. Y si fuera cierto que anda provocando, lo primero que debe hacer es conversar con su mujer y decirle lo que ve, que hable con la jovencita y ya.

Y en cuanto a que está sin probar carne ajena, eso es bueno, pero si en las noches de luna le salen pelos, le crecen las orejas, se le estira el hocico y sale a cazar... mejor se va donde un doctor de la cabeza, porque se me hace que es adicto al sexo y además promiscuo.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com