Funcionaria de Maipú dio a conocer el bajo monto que recibía por trabajar durante largas horas y explicó el motivo de su despido tras la indignación de su ex jefa.
La próxima semana, la exalcaldesa de Maipú, Cathy Barriga, será formalizada por malversación de caudales públicos y negociación incompatible. Se trata de nuevos delitos que podrían sellar su retorno a la cárcel.
Estos ilícitos guardan relación con el pago a distintas trabajadoras municipales que, en la práctica, trabajaban como cuidadoras de su hijo.
Según reveló Mega, el testimonio de una de la “niñeras” sería clave para demostrar la culpabilidad de la otrora jefa comunal.
Relato de ex cuidadora
Se trata de lo expuesto por Kimberly Guajardo, quien ejerció como cuidadora del menor entre enero y septiembre de 2017 y prestó testimonio en calidad de imputada ante la Fiscalía.
“El acuerdo era que yo tenía que cuidar al menor dentro de las instalaciones del municipio, le pregunté si requería que fuera a su casa, y me indicó que no. Le pregunté por el horario y me dijo que sería un trabajo entre 8 y media a 6 o 7 de la tarde aproximadamente. Me iba a pagar $500.000 al mes, y me dijo que sería a través de transferencia a mi cuenta. Quiero señalar que todo esto fue informal, nunca firmé un contrato de ningún tipo, no recibí pago de cotizaciones ni nada por el estilo, era un acuerdo de palabra”, precisó la mujer.
En cuanto al lugar de trabajo, confirmó que se implementó una sala al lado de la oficina de la entonces alcaldesa.
“Esa salita era una oficina normal, al menos en el periodo que ingresé. Después de un tiempo, ella empezó a adaptar la sala cuando su hijo empezó a caminar y gatear, ya que había enchufes y otras cosas que pudieran provocar un accidente en el menor. Se instaló un corral en el piso con goma eva, y los juguetes estaban en ese sector”, añadió.
Kimberly, que actualmente se desempeña como profesora de baile entretenido en la muni de Maipú, reveló que “durante ese tiempo recibí los pagos acordados, pero se demoraba mucho en pagarme. Ella no respetó las horas de salida, ya que había días en que tenía eventos y estaba a veces hasta las 12 de la noche, o a la 1 de la mañana, eso era cada vez más constante”.
Respecto a su despido, reconoció que un día no fue trabajar debido a una práctica de baile que tenía comprometida. “Eso fue lo que gatilló mi salida, se enojó muchísimo conmigo. Me acerqué al municipio al día siguiente a trabajar, y la alcaldesa no me saludó, dejó de hablarme y no volví a verla. Me llamó Luis Japaz y me dijo que no seguiría trabajando con ellos”, señaló.
“Todo lo que ella me decía yo lo hacía, entonces nunca reclamé ningún derecho ni contrato ni cotizaciones ni nada, porque todavía era muy joven, entonces salí muy molesta (...) Un tiempo después, me llamaron del municipio para decirme que querían contratarme como monitora de zumba en el área de deportes. Así fue que llegué a trabajar en este cargo en el cual me desempeño hasta el día de hoy”, sentenció.