“Ellos usaron al cabro chico como escudo”, relató la afectada. Aseguró que la agresora es educadora diferencial.
“Fuimos a comer a este restaurante y llegó una familia de cuatro o cinco personas con un niño que estaba haciendo una pataleta del demonio”.
De esta manera, Paola Zalaquett se refirió a origen de la brutal golpiza que recibió al interior de un local en Concón.
Se trata de la agresión que la dejó inconsciente por largos minutos y que le provocó un corte de 10 centímetros en la frente.
“Uno aguanta, porque yo también tengo un hijo malito, pero cuatro o cinco minutos, fue ene de rato. Algunas personas se cambiaron de mesa, otras se fueron y los que estábamos ahí teníamos una cara larga, porque al final tú estás pagando 100 lucas para comer incómodo”, añadió, en diálogo con Buenos días a todos.
“En otros restaurantes los mozos van y resuelven la situación, o los mismos papás. A mí se me ocurrió decirle ‘señora, por favor eduque a su hijo’, y la señora era maleducada y me dijo ‘ah, es que voh no tenís cabros chicos, vieja...’”, continuó, sin precisar el garabato que le dedicaron.
“Y me dice ‘voh no sabís que mi hijo tiene TEA’, yo le dije que ‘mi hija también, pero es tranquila’. Ahí se picó y se paró”, complementó.
“Yo creo que si los mozos no intervienen, él me sigue pegando. Además, ellos usaron al cabro chico como escudo”, juró Paola.
¿Cómo fue la pataleta?
“Yo quedé inconsciente mucho rato y desperté en la clínica. Ellos estuvieron detenidos, amenazaron a Cristián (el hombre que la acompañaba) de muerte, pero los soltaron al otro día”, confirmó.
Cosultada sobre la pataleta del niño, detalló que “gritaba todo el rato. Yo al niño lo vi normal. Ella se supone que es educadora diferencial, entonces no me queda claro que sea TEA”.