Alamiro González en Mea Culpa: los macabros asesinatos del “Miro Chico”

Foto: TVN
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Además de matar a su pareja con un disparo en la cara, el peligroso antisocial le quitó la vida a un reo al interior de la ex Penitenciaría. Otro recluso, testigo del crimen, entregó un testimonio clave que permitió condenarlo.

El nuevo capítulo de Mea Culpa recrea la historia de Alamiro González, un hombre que se crió en un entorno carcelario dado que su padre pasó gran parte de su vida preso.

A los 14 años, Alamiro conoció a Georgina, una joven que durante seis años trató de sacarlo del mundo delictual y de las drogas. Tuvieron dos hijas y, por más que intentaron planear una vida juntos, la violencia por parte del sujeto terminó por separarlos temporalmente.

Alamiro con 20 y Georgina con 21 años se preocupaban del cuidado de las niñas de 3 y 4 años, respectivamente, e intentaban retomar la relación. Fue en ese contexto que, el 30 de octubre de 2007, se dio una fuerte discusión al interior de la casa donde residía el hombre, en la comuna de Pudahuel.

A tal punto escaló la situación, que los vecinos del sector se reunieron afuera del domicilio para exigir a gritos que se detuvieran. Sin embargo, Alamiro se descontroló, tomó el revólver que tenía y le disparó a la cara a la mujer.

Acto seguido, el conocido “Miro Chico” entró en desesperación, tomó a su pareja en sus brazos y la llevó en un camión de gas, que pasaba por el lugar, hasta la posta más cercana. Pese a los esfuerzos, Georgina falleció al poco rato.

A raíz de este delito -que en aquella época se configuraba como parricidio-, el joven nacido en 1987 fue condenado a 20 años. No obstante, se le sumarían otros 15 por un nuevo crimen al interior de prisión.

Mató a reo

Sobre este segundo asesinato, el Ministerio Público detalló que los hechos ocurrieron el 17 de febrero de 2012 al interior de la galería 8 de la ex Penitenciaría.

De acuerdo a la investigación, Alamiro González, premunido de un arma blanca, atacó a la víctima provocándole una herida penetrante en la zona supraclavicular y otra lesión del mismo tipo en la zona cérvico torácica, provocándole la muerte.

Por ello, la Fiscalía Centro Norte solicitó que el imputado fuera condenado por el delito de homicidio simple a 15 años de cárcel.

Según expuso la fiscal Ximena Chong en el juicio oral, el “Miro Chico” mantenía disputas previas con el reo asesinado. De hecho, la madre del fallecido declaró que su hijo le solicitó dinero para pagarle a González, a fin de evitar ataques.

Sin embargo, la investigación policial resultó particularmente complicada en el lugar, dada la dificultad para empadronar testigos de hechos de estas características al interior de los penales, donde se evita entregar antecedentes por la falta de medidas de protección.

No obstante, un testigo de los hechos que recuperó al poco tiempo su libertad, se acercó a la madre de la víctima para señalarle que estaba dispuesto a declarar lo que ocurrió. Su testimonio fue clave para lograr la condena del acusado.

Relato de testigo

El testigo declaró que estuvo preso en la misma galería que Alamiro González y que el día del homicidio presenció cómo el condenado atacó a la víctima con un cuchillo de 17 centímetros. Por temor a represalias, prefirió guardar silencio hasta que salió de la cárcel.

Tras conocer los antecedentes el tribunal acogió la solicitud de la Fiscalía Centro Norte y condenó a Alamiro González a 15 años de cárcel.

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