El Cajón del Maipo quedó a pata por culpa de la Pachamama

El sueño de toda la vida de don Luis Araya (63) era tener un autito, y tras juntar los palos que necesitaba se lo compró el año 2015.

Era un Nissan Tiida cero kilómetros con el que se pegó varios piques por Chilito, y en estos tres años le sacó trote con 50 mil kilómetros. Sin embargo, su joyita pasó a mejor vida en cosa de segundos la tarde del jueves, cuando un alud de barro y piedras que bajó por el estero San José, se lo dejó como acordeón en pleno Cajón del Maipo, y lo peor, no tenía seguro.

"Estaba almorzando con mi señora cuando sentimos un ruido ensordecedor. El auto lo dejamos estacionado unos 50 metros arriba, y cuando lo vimos venía junto a la corriente. Es penoso lo que nos pasó, fue cosa de segundos", contó Luis a La Cuarta, mientras el río que se formó seguía corriendo a través de la propiedad.

Nada se salvó

El hombrón, que lleva 9 años poniendo el hombro en el lugar, no tuvo tiempo de reaccionar en las cabañas que administra del sindicato de BancoEstado. Las pesadas rocas arrasaron con todo lo que había en su camino, atravesando un salón y unos camarines. Incluso la piscina de más de dos metros de profundidad quedó tapada en rocas y lodo.

"No queda más que resignarse. Yo usaba el auto para moverme en la comuna, para ir a comprar, ya que las distancias acá son muy grandes. Era un objeto de primera necesidad para mí", señaló Araya con un nudo en la garganta.

Maquinaría de vialidad y de la muni de San José de Maipo trabajaban hasta tarde para encauzar el estero, que hasta antes de la tragedia tenía poco más de 2 metros de ancho.

"Esperemos que esto se arregle luego, ya que en verano el lugar se llena de familias y niños y ahora no tendrán dónde capear el calor", agregó Luchito.

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