Delirio, armas y gatos muertos: el extraño comportamiento de Fernando Behm en la casa del crimen

Claudia Ubilla, madre de los adolescentes asesinados en El Bosque, reconoció que el imputado "alucinaba con que era un superhéroe".

Nuevos antecedentes se dieron a conocer durante la audiencia de formalización de Fernando Behm (29), único imputado por el crimen de dos hermanos -Catalina (14) y Rubén (18)- en la comuna de El Bosque.

En la instancia, el fiscal Christian Toledo narró parte de la declaración de Claudia Ubilla, madre de las víctimas.

Junto con confirmar que conoció al joven en 2018 y lo encontró un tanto "extraño", la mujer explicó que no se mostró agresivo con sus hijos.

De acuerdo al persecutor, en su declaración Ubilla detalló que "cuando llegó a vivir con ellos, notaron que era un poco extraño, pero no agresivo con sus hijos. A veces tenía delirios de matón, diciendo que podía eliminar a cualquier persona. Alucinaba que era un superhéroe".

Además, reveló que hace dos meses el imputado adquirió un cuchillo en un persa "con la punta encorvada y que tenía mucho filo. Ese cuchillo lo presumía y decía que lo tenía para su seguridad, por si le hacían algo a los niños o si entraban a robar a la casa".

Entre otras situaciones que ocurrieron con anterioridad a la comisión del delito, el fiscal destacó la muerte de los gatos que tenían como mascotas, los que "habrían aparecido muertos en la entrada de su domicilio, con sus órganos afuera del cuerpo. En su momento, (Claudia) no había sospechado que podría corresponder al imputado".

"Después dice que, cuando su hijo había ingresado al servicio militar, habían desaparecido tres gatos y que también habían aparecido con cortes en el abdomen. El imputado dijo que no tenía conocimiento acerca de lo que había pasado con esos animales", añadió Toledo, sobre los dichos de Ubilla.

La mujer también contó que Behm "había instalado unas cámaras en el ingreso del domicilio para tener una visión del frontis, para ver quiénes entraban y quiénes salían".

Relato de vecina

En la audiencia, el persecutor también dio cuenta del relato de Rafaela Hernández, vecina de la familia afectada.

Ante la policía, la mujer contó que el día del crimen, cerca de las 14:00 horas, escuchó desde el inmueble "un grito femenino de una duración de dos segundos, y que antes del grito había escuchado música. Luego que suena este grito, le subieron el volumen a la música por lo que no pudo escuchar alguna otra situación".

"Esta música se mantuvo por cerca de 35 a 40 minutos. Después dice que se cortó abruptamente la música y no escuchó nada más", detalló el fiscal.

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