Dos encerronas, un auto robado y un escape que pudo ser fatal: los detalles del largo tour delictual que sorteó Julio César Rodríguez

Julio César Rodríguez
Julio César Rodríguez

El reconocido periodista y presentador viene de enfrentar una de las jornadas más complejas de su vida. En cuestión de 10 minutos, quizás un poco más, logró escapar a dos encerronas que prepararon tres delincuentes armados en la comuna de Providencia. En ese camino vertiginoso, le pasó de todo: incluso se cruzó por su cabeza la idea de atropellar a uno de los tipos para concretar la huida.

El miércoles 6 de julio es un día que Julio César Rodríguez difícilmente olvidará.

Eran las 23.05 cuando el conductor de Contigo en la mañana y Podría ser peor, hombre ancla de La Junta y multiganador del Copihue de Oro dejó de mirar su celular. Hablaba a esa hora con su hija pequeña, Julieta, que buscaba jugarle una broma. Ella le pidió quedarse con él esa noche y cuidar de un perrito a cambio de una cierta cantidad de dinero. JC, claro, al poco andar entendió que se trataba de una dinámica de Tik Tok. Entonces, cuando desatendió el teléfono, percibió algo raro.

El periodista de 53 años iba a bordo de su Porsche, modelo Cayenne, y atravesó la intersección que une a las calles Huelén y Avenida Providencia, en la comuna homónima. Allí, lo abordaron tres tipos que descendieron de un vehículo azul de marca Audi. Dos de ellos, pudo comprobar, con pistola en mano. De inmediato, Rodríguez supo que las cosas se estaban poniendo feas.

“Mientras conducía su móvil, lo encierra un vehículo desde donde descienden tres sujetos, aparentemente con armas de fuego, quienes lo intimidan, y al ver esta situación, la víctima esquiva el vehículo y toma el desvío en dirección oriente”, describió la escena el parte policial.

Lo que paso después fue digno de una película. Julio César, al verse acorralado como mencionó Carabineros, arrancó por calle Andrés Bello, por la pista que descendía. Creyó que así, con un poco de suerte, gracias a la congestión vehicular, podría escapar del apuro. Pero pronto se dio cuenta de que los sujetos se habían dado a su caza. No podía quitar apenas un segundo la mirada del espejo retrovisor. Dijo más tarde en el matinal de Chilevisión: “Comienzo a acelerar y ya por Manuel Montt empiezo a pasar en rojo y a tocar la bocina”. En ese minuto, lo único que pedía es que no se cruzara ninguna bicicleta.

Continúa Carabineros: “El vehículo lo sigue y nuevamente intentan hacer una encerrona para sustraer el móvil. La víctima nuevamente los esquiva y huye para presentarse en la 17ª Comisaría de Las Condes, donde denuncia los hechos”. En cuestión de minutos, Rodríguez había conseguido escabullirse en dos ocasiones. Como para no creerlo.

Pero lo cierto es que, en particular, ese segundo escape no fue tan sencillo como se puede leer de buenas a primeras.

El nuevo intento de encerrona, en su registro Rodríguez lo sitúa cuando atravesó la calle Pedro de Valdivia. Después de escuchar su relato, uno es capaz de imaginar que el periodista iba nervioso, alterado por la situación, con la adrenalina a mil, sabiendo de antemano que cualquier error podía devenir en un grave accidente de tránsito o en la concreción del robo. Por eso seguía atento al espejo retrovisor, con una mano al volante y la otra en la bocina. Entonces, de golpe, un poco de tranquilidad: los tipos habían desaparecido de su vista.

Algo más tranquilo, creyendo que ahí se había terminado una historia que de por sí ya era angustiante, redujo la velocidad. “Me quiero reintegrar a la normalidad, estoy mirando y de repente veo que me encierran”, detalló.

Los delincuentes no se habían rendido. Por el contrario, frenaron para atacar por el lado del copiloto. Pero JC aún no frenaba por completo, y se aprovechó de ese detalle para realizar una peligrosa maniobra que, en definitiva, le permitió ganar algo de tiempo: frenó con fuerza su Porsche y el vehículo azul pasó de largo por unos metros.

Aun así, vio cómo nuevamente los tres sujetos bajaron con rapidez del auto, y nuevamente armados, probablemente con la confianza de que esta vez el animador no se les escaparía. “Ahí es donde tengo el recuerdo más grande de la noche”, arrancó el fragmento más dramático de la historia.

Cuando tuvo de frente al tipo armado, que todavía estaba descendiendo del vehículo, se le cruzó el siguiente pensamiento:

—¿Paso por arriba del tipo con la puerta y todo, o no?

Claro, era una situación límite. Una cuestión de segundos. De adrenalina.

—Dije, me voy a arruinar la vida...

Rodríguez tenía la certeza de que pisar el acelerador y avanzar en esa dirección le permitiría escapar de una vez por todas del violento asalto. Pero probablemente al llevarse puesto al delincuente, acabaría con su vida.

De algún modo, ni él sabe con exactitud cómo, por habilidad o por un tema más emparentado al azar, logró esquivar nuevamente al tipo y huir hacia la comisaría más cercana.

Julio César Rodríguez.
Julio César Rodríguez.

Allí, se activó el plan de búsqueda de los sujetos en la comuna de Providencia. En tanto, el Ministerio Público, a cargo del fiscal César Moya Victoriano, dispuso que la Brigada de Investigación Criminal Oriente de la PDI, se hiciera cargo de las diligencias investigativas.

De hecho, personal de la institución informó luego que el vehículo Audi que abordaba el trío de individuos que buscó perpetrar el ilícito, mantenía encargo por robo con violencia desde el 5 de julio. A eso de las 3 de la mañana, el carabinero a cargo llamó al periodista para informarle que persiguieron a los tipos por la comuna de Peñalolén, pero que no pudieron atraparlos. Que, además del intento de robo frustrado en su contra, robaron en Manuel Montt y Ñuñoa.

Consultado por la prensa, el funcionario más tarde diría que “las recomendaciones de Carabineros son siempre no oponer resistencia en los delitos debido a que involucran, como en esta oportunidad, armas de fuego, por lo que las consecuencias pueden ser mucho peores”. Julio César Rodríguez, por suerte, lo pudo contar.

Quizás ese sea el motivo por el que la mañana de este jueves, Contigo en la mañana fue un espacio de desahogo. El conductor se tomó su tiempo para explicarle con lujo de detalles lo ocurrido a su compañera Monserrat Álvarez. Por ejemplo, sinceró que “creí que hasta en el robo había fair play. Yo creí que ya lo había pasado, cuando hui, creí que había zafado y que ellos seguirían en lo suyo, pero que te sigan todo el rato lo encontré súper mala leche”. Eso, para él, fue lo más estresante.

Más tarde, muy compungido, reflexionó:

“Yo me considero una persona súper progre. Yo entiendo y siempre me la he jugado por un discurso de que hay que caminar y mascar chicle. Hay que trabajar con los jóvenes”.

Ejemplarizó, entonces, con La junta —espacio en el que lleva a distintos exponentes de la escena urbana nacional a su domicilio para sostener una charla sincera—: “Comencé a hacer un programa de YouTube porque entendí que los jóvenes están saliendo de la droga y el crimen a través de la música. Yo creo que hay que darles más oportunidad”. Es más, si uno repasa los capítulos puede encontrar historias que guardan parecido con lo que lamentó Rodríguez el miércoles. La de El Jordan 23 es una.

Y claro, comparó esas historias de superación con el escenario que vivió horas antes: “Estos cabros no andan robando para comprar leche, no andan robando porque tienen hambre, no andan robando porque tienen una necesidad de robar, andan robando porque quieren tener unas Jordan, porque quieren drogarse, porque quieren tener el último Iphone”.

“Entonces, ya no es esto de sacar a la gente porque tienen una necesidad. Estos que andan robando aquí, andan robando porque quieren lujos (...); a mí me gusta tener un buen auto, pero yo me levanto a las 6 de la mañana y me acuesto a las 10 de la noche trabajando. Mi familia me enseñó que llegar a las metas es con trabajo, no robando”, completó.

Finalmente, Rodríguez explicó que cuando realiza una entrevista en el programa, lo que busca es contar estas historias para dar cuenta de una realidad que se vincula, en principio, a una pésima educación de base, que muchas veces se cruza con otros elementos como las drogas, y que en el caso puntual de los artistas que lo han visitado, se ha podido paliar gracias a las nuevas tecnologías y a sus propios sueños. Para el periodista, la educación es “un tema que está cruzado y que tiene que ser tratado de otra forma”.

El último descargo de Julio César tuvo nombre y apellido: Gabriel Boric, el actual Presidente de la República.

“El Presidente Boric dijo: ‘Nadie va a ganar más de 5 palos’ y vemos hoy cuántos asesores que ganan más. No, poh. Tiene que ponerse firme, porque aquí, en este set, se lo preguntamos de frente y él dijo ‘nadie va a ganar más que esto’. Búsquelo, director”.

“Yo le pregunté si iban a haber premios de consuelo en la embajada, y aquí el Presidente me dijo que no. Aquí, en nuestro set, a un metro, mirándolo a la cara... y hay premios de consuelo en embajadas. Eso no puede ser, poh”.

“Eso está en juego hoy día. Son pequeñas cosas, pero basta de privilegios y de decir cosas que no se hacen”.

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