"Las minas eran lo mejor de Noruega"

Hoy, Gabriel Vargas es figura. Acaba de convertirse en el primer refuerzo de Universidad de Chile y lo persiguen apóstoles, sabandas, pokemones y peloláis. Pero pocos cachan que el "Arcángel del gol" estuvo a punto de mandar a la xuxa su prometedora carrera.

En 2005, Óscar del Solar, sí el mismo que perdió el ábaco y mandó al infierno a Rangers por no saber contar, lo cortó de Deportes Concepción y al nuevo chiche azul se le vino el mundo encima. "Tenía una oferta de Ñublense y Del Solar ya me había autorizado a partir. Después me negó la salida. Igual me las arreglé para jugar, a pesar de que estaban Cristián Montecinos y Javier Cámpora", recuerda.

Unos amigos paletas le ofrecieron virarse a Noruega. Allá encontraría pega y reforzaría al equipo de la empresa en la que iba a ganarse el puchero. "La verdad es que trabajé re poco. Hacía lo que me pedían. Me acuerdo que movía cajas", relata. Sus partners integraban el equipo llamado Los Andes, que agrupa a varios compatriotas y milita en la Cuarta División. "Jugaba con cuchufleta, porque no tenía carné. No sé cómo no me pillaron, porque no me parecía en nada al rubio que salía en la foto ja, ja, ja", palanquea el nuevo regalón de los bullangueros.

-¿Y por qué no te quedaste allá?

Al final me vine porque no me hicieron contrato en la pega y no estaba recibiendo sueldo. Se habían cumplido los tres meses de la visa. ¡Menos mal que volví!

-¿Te sirvió pelar el ajo tan lejos de este calcetín de tierra?

Harto. La experiencia fue muy linda, porque me permitió valorar más a mi familia. Extrañaba mi casa, mi cama. Todavía vivo con mis viejos.

-¿Las noruegas son puro filete?

Lejos lo mejor eran las minas. Puras rubias que acá serían todas modelos. En el tren de la mañana prefería mirar para abajo. Daban puras ganas de que fuera el Metro o el Transantiago, pa' viajar apretaditos.

¿Y te engrupiste alguna, mostro?

Naaa.. Si con suerte sabía decir 'hola' y 'chao' y hasta eso me costaba. Pero, aunque lo pasé horrible, me sirvió mucho. Llegué mucho más hombre. Crecí como persona.

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