Los cinco errores que se cometieron en la mortal carrera del Club Hípico

Hasta ahora nadie se ha hecho responsable de los errores de logística que marcaron la trágica competencia ocurrida el viernes.

Con pena aún por los tres caballos que tuvieron que recibir la eutanasia y con la tranquilidad de que los jinetes accidentados se encuentran fuera de riesgo vital, viene el momento de analizar las posibles causas del accidente registrado en la última de las tres "carreras a la chilena" que se disputaron el viernes en el Club Hípico de Santiago.

Lo primero que saltó a la vista fue la ubicación del partidor: a la velocidad que alcanzan los caballos (más de 60 k/h), resultó imprudente, por decir lo menos, haberlo situado a sólo 250 metros del disco de llegada, casi encima de una curva a la derecha, donde a los jinetes les resultó difícil frenar a los animales, más aún cuando iban "lanzados". Casi todos siguieron de largo, se azotaron contra las barandas y fueron a dar a una zanja.

Diversas personas ligadas a la actividad dieciochera que se realizó el viernes en Blanco Encalada coinciden en que fue un "error" y una "irresponsabilidad" haber aceptado que el "pique" se haya disputado por la cancha de pasto y no por la pista de arena, superficie en la que se suelen desarrollar las "carreras a la chilena".

Para más remate, el viernes la cancha 1 se encontraba con una palizada de 10 metros, lo que estrechó sólo a 30 los metros que los jinetes tenían disponibles para maniobrar sus cabalgaduras.

Aunque el Club Hípico de Santiago sólo entregó una nota de prensa en la que se exime de toda responsabilidad en el accidente, sin dar más detalles de los hechos, se ha sabido que en un momento circuló la idea de "mover" el partidor y el trazado de la carrera, de modo de darles a los jinetes más espacio para la frenada.

Sin embargo, esto finalmente se descartó y se confirmó que la meta sería la de siempre, frente a los palcos, cerca de la curva de los 2.400 metros. ¿La razón? Tener la posibilidad de ocupar el fotofinish que funciona en la línea de sentencia ante una eventual llegada nariz con nariz.

Estado de los jinetes

El jinete penquista Luis Germán Soto -quien sufrió al menos tres quebraduras en la mandíbula, lesiones en un pómulo y golpes en la cabeza- se mantiene internado sin peligro en un centro hospitalario, al igual que el látigo Eduardo Espinoza, con fractura de femur.

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