Por suerte son Animatronix: Con dinosaurios vivos, el fósil sería usted...

Gracias a la magia de la robótica puesta al servicio de la paleontología, el tiempo  en el Espacio Riesco, durante julio, ha retrocedido 250 millones de años. Hasta la Era Mezozoica.

Después de una exitosa gira por México, Uruguay y Argentina, llegó a Santiago  la exposición "Dinosaurios by Animatronix", una impresionante muestra de la bestiología prehistórica encabezada por Su Majestad el Tiranosaurio Rex y otros 22  reptiles antediluvianos.

DE MIEDO

Los gigantes animados, construidos en látex, sobre una armazón de duraluminio,  son réplicas fieles  de los modelos originales que vivieron, mataron y murieron en los periodos Triácico, Jurásico y Cretáceo, entre los 250 y los 65 millones de años A.D.S.Q. (Antes del Señor de la Querencia).

Al ingresar a ese mundo perdido pródigo en  mandíbulas capaces de partir en dos a un elefante, cabezas acorazadas con huesos de 20 centímetros de ancho y colas  artilladas con púas, los únicos  seres humanos que reciben al  explorador son Roberto Díaz Aros, director del Centro de Estudios Paleontológicos de Chile, y  su decena de ayudantes, expertos o estudiantes de la disciplina.

Ellos son los guías que conducen al visitante por senderos desde donde acecha, por ejemplo, el Paquicefalosaurio,  "Cabeza Gruesa",  cuya presencia resulta infartante, a pesar de que sólo se alimentaba con ensaladas. Un schok, luego de haber pasado frente a dos inofensivos esqueletos fósiles  que permiten comprobar que a los dinos la madre naturaleza los armó con 200 huesos y  70 colmillos. Esto, que puede parecer un derroche odontológico, porque a nosotros nos dotó apenas con 32 piezas, no es así. "Algunos dinosaurios herbíboros tenían hasta 2 mil dientes", explica, entre otras  particularidades  de estas extintas especies, el palentólogo Roberto Díaz.

"TRANQUILO, PAPÁ" CON TERRORÍFICO TIRANOSAURIO

Mejor no hablar de la guinda de la torta: El famoso y nunca bien ponderado Tiranosaurio Rex, que ocupa un lugar privilegiado en la muestra.

Hay que pasar por la experiencia y sorprenderse.  Encontrarse de sopetón con esta bestia, paga, con largueza, el precio de la entrada. Así que no voy a agregar ni un detalle más sobre el personaje.

En los 4 mil metros cuadrados de la muestra también se pueden apreciar nidos de dinosaurios, celosamente protegidos por su tiernos, espeluznantes y agresivos padres; y velocirraptores, que cazaban en manadas,  sirviéndose un triceratopo.

El guía explica que se ha logrado calcular que  los velocirraptores alcanzaban fácilmente los 60 kilómetros por hora.

El atleta estadounidense Carl Lewis, llamado el "Hijo del Viento", registró 43 kilómetros por hora en  Seúl.  El bicho lo hubiera alcanzado en cosa de segundos y se lo hubiera comido con la medalla olímpica colgada del cuello y las zapatillas puestas.

Otro especimen digno de admirar es el llamado Kritosaurio o "Pico de pato". Vivió en lo que hoy es  Estados Unidos y Méjico. No alcanzó a conocer a Pancho Villa ni a George Bush. Afortunadamente se entinguió antes de que nacieran estos bípedos.

NOS GUSTAN PORQUE NOS DOMINAN, DICEN CAPOS

Los que saben explican que la fascinación que profesan los terrestres por los dinosaurios desde el siglo XIX, cuando fueron descubiertos sus primeros fósiles, obedece a que nos sentimos infinitamente pequeños ante ellos. "Estamos acostumbrados a ubicarnos en la cima de la creación. En nuestra era dominamos al resto de las especies, pero puestos frente a ellos comprendemos que si hubiésemos coincidido en la prehistoria, no hubiéramos logrado evolucionar. Nos habrían eliminado porque habríamos quedado en un posición subordinada, en la base de la cadena alimenticia", sostiene el paleontólogo Roberto Díaz.

- ¿Por qué en Chile no andamos desenterrando dinosaurios, como los argentinos?

- Porque en el Pleitozeno el 70 por ciento de nuestro territorio estaba bajo el mar. Hemos encontrado algunos Plesiosaurios, animales marinos provistos de aletas.

En la actualidad, la mejor manera de tener un encuentro cercano con los dinosaurios es zamparse un pollo arvejado, sorbetear una cazuelita de pava o relamerse los bigotes frente a una codorniz al escabeche. Las aves son los descendientes directos de los dinos.

Manuel Vega O.

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