El violento terremoto y posterior tsunami que la madrugada de este viernes afectó a Japón puso a los mercados internacionales en alerta.

Esto se suma al nerviosismo que ya estaba presente por la crisis de deuda en Europa y el aumento de la violencia en Libia.

Las autoridades Japonesas ya anunciaron que la proyección de crecimiento bajaría de 3.3 a 2.5 por ciento en el año, producto de las millonarias pérdidas en el área de la agricultura y la industria.

El Banco Central Nipón prometió ayuda a las zonas devastadas y a las empresas afectadas con esta catástrofe natural. Así como las medidas para resguardar la estabilidad de los mercados financieros e inyectar liquidez.

Sony, una de las empresas más afectadas, informó el cierre de seis de sus fábricas.

En tanto su moneda, el Nikkei que ya venía en bajada, alcanzó hoy su pero nivel en más de un mes, mientras la Bolsa de Tokio retrocedió hoy un 1,73.