Zar del Metro le puso nota 6,5 a la nueva Línea 6

El pasado 2 de noviembre vio la luz el sueño de muchos. Autoridades y santiaguinos por fin veían -con harta curiosidad- moverse los carros de la nueva Línea 6, que une a Cerrillos con Providencia en unos 20 minutos. Y el servicio parece que hacía falta porque desde su inauguración, y hasta este miércoles, 2.626.280 pasajeros se han transportado en ella.

Justo un mes después del inicio de funciones de la nueva línea, La Cuarta habló con Rodrigo Azócar, presidente del directorio de Metro, para evaluar el funcionamiento del chiche de la empresa.

- Hartos aplausos han sacado con la Línea 6. Se ve todo bonito, pero ¿cómo se han portado los pasajeros?

- En las primeras semanas teníamos ejecutivos en la línea, y uno de ellos, una directora, me dijo: "Es como si la gente hubiera usado líneas automáticas toda su vida". No hemos tenido reclamos ni situaciones complejas, la gente entendió que no hay conductor. Estamos súper contentos.

- ¿Pensaban que se iban a demorar más en tomarle la mano?

- Teníamos algunas aprensiones de que la gente iba a estar más complicada con las puertas de entrada y salida, que son distintas; que íbamos a tener problemas con los niños, pero no, nada. La gente aprendió a utilizar el sistema. Tuvimos algunos problemas los primeros días con las máquinas para recargar las tarjetas, pero teníamos una tremenda cantidad de monitores. En general, la recepción de la gente ha sido fantástica.

"El segundo semestre del próximo año deberíamos tener ascensores en toda la red".

- Con una mano en el corazón, ¿qué tan de punta es comparándolo con el resto del mundo?

- El sistema de pilotaje que tiene la Línea 6 es el más moderno del mundo. Se trata de un proveedor canadiense, Thales, que tiene el mayor porcentaje de participación de mercado entre los metros con pilotaje automático. Y como esta línea es nueva, tiene la última versión, un sistema súper sofisticado que privilegia la seguridad, entonces cuando el sistema tiene algún problema, se para todo como medida de seguridad. Eso fue lo que ocurrió el jueves pasado, cuando estuvimos 25 minutos con problemas que, finalmente, pudimos solucionar.

- La gente los apañó esa vez...

- En general, la gente tuvo bastante comprensión, mucho más que cuando hay un problema en la Línea 1.

- Entonces, ¿cuándo podríamos decir que esta línea estará funcionando en regla?

- Hoy está funcionando en regla. No hay nada que esté inestable, está todo funcionando, todos los sistemas están operando en régimen. Obviamente, hay un periodo de aprendizaje, un proceso de ajuste. En la Línea 3 todos estos problemas de juventud, de aprendizaje, van a ser mucho menores, porque ya vamos a tener la experiencia de haber echado a andar una línea automática.

EL IMPACTO DE LA LÍNEA 6

- ¿Cómo ha impactado la Línea 6 en el resto del sistema?

- En la Línea 1, durante noviembre, hemos tenido 73% menos de contenciones -que es cuando, para evitar accidentes, se suspende el acceso a los andenes porque están llenos- respecto de octubre (cuando aún L6 no entraba en funcionamiento). Tenemos menos afluencia entre Las Rejas y Estación Central porque hay muchos pasajeros que están combinando en Lo Valledor, que vienen del Santiago-Nos (...). Con eso liberamos una carga importante del tramo más complejo, que es el de Las Rejas hasta Salvador. Por lo tanto, la gente en la Línea 1, en las horas punta, ha notado que hay menos gente, lo que nos tiene súper contentos.

"Tener un 76% de abastecimiento con energías renovables es ser pionero a nivel mundial".

- ¿Ha afectado en algo en la frecuencia de la Línea 1?

- No. En la Línea 1, con el sistema CBTC, que partió a mediados de 2016, tenemos un intervalo de un poquito más de 100 segundos. El sistema permite, en hora punta, ver un tren que va saliendo y otro que va entrando en la estación, así mejoró la frecuencia, que se ha mantenido inalterada, y la gente ha visto menos congestión.

- El pasado sábado la estación Estadio Nacional tuvo su prueba de fuego, con un partido donde llegaron casi 40 mil personas.

- Sí. Fue el primer partido con la nueva estación, en que transportamos al doble de los pasajeros que llevamos en este tipo de eventos deportivos, y sin incidentes en trenes ni estaciones. En este sentido valoramos la actitud de los pasajeros, porque su comportamiento permitió que todo fluyera de acuerdo a lo que teníamos planificado.

- Poquito antes de la partida de la Línea 6 hubo algunos problemas con la 5. ¿Tenían relación con el inicio del nuevo servicio?

- No, no tenían nada que ver. Tuvimos un problema en la Línea 5 como 10 días antes del inicio de funcionamiento de la Línea 6. Fue un problema eléctrico en la hora punta, una situación compleja. Pero no, no hay nada que diga: "Estos tipos están preocupados de la 'niña bonita', la Línea 6, y dejaron botado el resto", no. Cada línea tiene su gerente, su staff y no hay recursos que estemos desviando de un lado a otro.

- En resumen entonces, ¿cómo ha funcionado la Línea 6 en su primer mes de funcionamiento?

- Todos los sistemas, cuando parten, tienen lo que los técnicos llaman "fallas de juventud". Hay un periodo de ajuste de sistema. Estamos hablando de un sistema súper complejo, de última tecnología.

"Me satisface haber posicionado la idea de que había que hacer más metro".

- Pero de 1 a 7, ¿qué nota le pone?

- Le pongo un 6,5.

- ¿Y qué falta para el 7?

- No tener problemitas como tuvimos el jueves 23 y tratar que la gente lo cuide, porque es una inversión importante que hace el país y, por tanto, tener menos eventos como el tema de los graffitis.

EFECTO POSITIVO

¿Cómo dejaron atrás un 2014 negro, con fallas por las que se ganaron el odio?

- Trabajamos muy rápido en lo que llamamos Plan de Fallas de Alto Impacto (...). De 2014 hasta ahora hay una disminución de 63,8% en el tiempo de impacto al cliente. En 2016, hubo una baja de 38% en el número de averías de energía, vías y sistema, que son las que tienen un impacto mayor, y redujimos en 56% el tiempo de impacto a los clientes. Pero más importante que esos datos duros es la percepción de la gente (...). La satisfacción neta pasó de 52% promedio, en 2014 a 76% promedio en 2017. Hay un efecto positivo en los números y en la percepción de la gente.

- ¿Y ahora qué viene para Metro?

- Lo más cercano es la inauguración de la Línea 3, el segundo semestre de 2018. Tiene un 80% de avance, y unirá Quilicura con La Reina en 36 minutos. Ahora demora cerca de 101 minutos. También estamos trabajando en la extensión de la Línea 2 hasta San Bernardo y en la extensión de la misma Línea 3 de Los Libertadores a la plaza de Quilicura. Ambas estarán listas entre 2021 y 2022. Y la Línea 7, con la que agregaremos otros 25 kilómetros a la red. Tenemos harta pega de aquí al 2025.

- A propósito ¿en qué está la Línea 7?

- Terminando la ingeniería conceptual, con lo cual tendremos la ubicación definitiva de las estaciones. Lo anunciaremos dentro de poco.

"En la Línea 1 se ha notado que en las horas punta hay menos gente por metro cuadrado".

- El presidente de Metro, ¿anda en Metro?

- Sí, claro.

- ¿Qué tan seguido?

- Yo diría que casi todos los días, pero no siempre para mi casa. Lo uso mucho para ir al centro, a los ministerios, a distintas reparticiones, porque obviamente es mucho más rápido que irse en auto. También para ir a los talleres, o cuando tengo una comida familiar en el barrio de Lyon, por ejemplo. Lo uso bastante.

- ¿Y cuál es su experiencia como usuario de Metro?

- He tenido la suerte de que nunca me ha tocado una evacuación, nunca, ni en mi época de estudiante, cuando ocupaba la Línea 1 y la Línea 2.

- Menos mal...

- Sí, nunca he tenido una experiencia mala, por suerte. Yo creo que si ocurre, me van a subir al columpio.

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