Era arquero pero jugó como delantero: el recordado gol de Víctor Loyola a Johnny Herrera

El gol de Víctor Loyola dejó a Audax fuera de del torneo.
El gol de Víctor Loyola dejó a Audax fuera de del torneo.

El guardameta de Santiago Morning ingresó a la cancha como “9”, y anotó un golazo que le permitió la clasificación al Chago, eliminado a Audax Italiano.

En el mundo del fútbol profesional los jugadores suelen cambiar su posición de juego de acuerdo al esquema de los técnicos, o bien porque cambian sus condiciones físicas, pero pocas veces se ha visto un caso tan insólito como el de Víctor Loyola, recordado arquero nacional que quedó en la historia del balompié criollo como uno de los más goleadores.

Más allá de su capacidad como guardameta, el portero tenía habilidad para marcar, de hecho en su carrera hizo cinco goles, números sorprendentes para cualquiera jugando en su posición, y una de sus anotaciones guarda un lugar especial en la memoria colectiva de los futboleros.

Cuando defendía la camiseta de Santiago Morning, se convirtió en el héroe de la jornada tras darle la clasificación a la semifinal del Torneo de Clausura 2009, luego de marcarle un golazo a Johnny Herrera, que por esos días jugaba para Audax Italiano.

Un gol para el recuerdo

Aquel campeonato, los microbuseros se toparon con los Tanos en los cuartos de final del Clausura. En el partido de ida, Santiago Morning hizo de local en el Estadio Monumental y lograron imponerse 4-2 ante los itálicos. Por lo que todo se definiría tres días después en el Bicentenario de La Florida.

El 25 de noviembre fue la cita, donde el árbitro designado fue Eduardo Gamboa. En el arco de Audax estaba un joven Johnny Herrera que por aquel entonces usaba el dorsal número 7, durante el primer tiempo tuvo poca acción, ya que los bohemios no generaron peligro. Durante el segundo tiempo comenzó la acción, y todo marchaba bien para los locales.

La remontada iba viento en popa cuando comenzó el segundo tiempo, ya que los itálicos se pusieron en ventaja. Christian Martínez puso el 1-0 en el primer minuto del complemento, y el 2-0 fue obra de Carlos Garrido en el 49′, un marcador con el que clasificaba a Audax.

Los minutos corrían y Pizzi tenía que hacer algo. Minuto 52′ y el estratega argentino comenzó a mover su maquinaria. Primero ingresó a Miguel Hernández, y 10 minutos más tarde a José Luis Cabión, sin embargo no era suficiente, era el momento para hacer algo que no estuviera en los manuales.

En el banco tenía a un jugador que ya había hecho goles, con un importante juego aéreo y con presencia en el área, el único detalle es que ese futbolista era su arquero suplente: Víctor Loyola, quien estaba desesperado por entrar. El DT no la pensó mucho y mandó a su segundo guardameta a calentar, porque entraría, pero como delantero.

Minuto 83′ y sale Cristian Basaure para que haga ingreso el experimento de Pizzi, quien tenía como misión mantenerse en el área. “Yo estaba en la banca y me sentía impotente. Quería entrar sí o sí. De repente Pozo se paró y fue donde el técnico. Y entonces escuché a Pizzi que decía ‘¡Ya, ya, que entre!’”, recordó Loyola a El Mercurio.

Cuando bastaba un minuto para el final llegó el milagro. En el 90+3′ un centro de Michael Ríos fue conectado de cabeza por Loyola, dejando sin chances a Herrara que vio como se le escapaba la llave. Con ese golazo, Víctor le dio la clasificación a Santiago Morning a las semifinales del Torneo de Clausura, desatando la locura en el estadio.

Él pidió entrar como delantero

Años más tarde, Loyola recordó este partido y confesó que en un comienzo no fue grata la llegada de Juan Antonio Pizzi al banco del Chago, ya que perdió la titularidad. “Yo era el arquero titular, llegó Pizzi y no me citó a su primer partido. ¡No te cuento cuánto me molesté!”, señaló.

Víctor Loyola

Para aquel partido ante Audax Italiano, el portero estaba confiado en que haría un gol, pero ni siquiera tenía indumentaria para jugar de delantero. “Como fue una movida improvisada, no había una camiseta de jugador de cancha para mí. Yo estaba inscrito con el número 1, tomaron la 12 y le parcharon el 2, jaja. Estaba tan seguro que anotaría que le dije a un periodista al paso: ‘Tranquilo, que viene mi gol’”, aseguró.

Recordando ese partido, comentó que sus primeros minutos en la cancha no lo pasó bien, ya que se le dio la instrucción clara de jugar entre los centrales rivales. “Sin querer me fui a jugar a la esquina y Pizzi me pegó un tremendo reto. Estaba enfurecido y me fui calladito al área”, señaló.

Cuando se cumplió el tiempo reglamentario, Loyola chocó con Martínez y se dislocó el hombro, pero eso no lo frenó. “Me lo volví a poner en su lugar, solito no más.¡Tenía un dolor! Pero me fui a buscar el gol”, recordó.

“Fue una alegría tan grande. Cuando llegamos el camarín, Pizzi estaba eufórico, golpeando la puerta con las manos y cantándome ‘Olé, olé, Loco, Loco’”, además, agradeció la confianza del DT, ya que pensó que nunca lo dejarían jugar de delantero.

En cada equipo que estuve también entrenaba como delantero, pero cuando llegó Pizzi, me pareció muy serio como para llegar e ir a practicar como atacante. Pero poco a poco vio que tenía condiciones y se atrevió a hacerme entrenar tanto adelante como atrás”, aseguró.

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