Por Marco OyarzúnLa emotiva historia de esfuerzo de figura de Coquimbo Unido en el fútbol amateur: vendía películas nopor para subsistir
“Yo no veía esas películas. Descargaba el material y las pasaba así de la computadora al CD”, aseguró el volante.

Para los fanáticos del campeonato nacional, el nombre de Alejandro Camargo, este mediocampista de dilatada carrera en nuestro país, no es desconocido.
El mendocino juega desde 2013 en el fútbol chileno, donde ha militado por Lota Schwager, Curicó Unido, Universidad de Concepción, Deportes Melipilla, Cobresal y Coquimbo Unido. Precisamente en este último club podría conseguir el primer título de Primera División de su carrera.
El cuadro pirata, en esta temporada 2025, marca una de las mejores campañas del balompié criollo en su historia. Actualmente, el elenco de la cuarta región tiene 59 unidades en 24 duelos y está a 14 puntos del segundo lugar, que al momento de cerrar esta nota es Universidad Católica. A seis fechas del cierre de la liga, el pronóstico de la primera estrella es más que auspicioso.
En ese contexto, Camargo es una de las piezas claves del parejo elenco coquimbano, siendo titular o entrando desde la banca.
El mediocentro de 36 años también puede contar una historia de esfuerzo, pues antes de su paso por Chile, paleó ripio y compatibilizó sus labores deportivas con otro trabajo.
“Yo tenía contrato en Godoy Cruz y me dijeron que no me iban a tener en cuenta, así que rescindí y me fui a un equipo de Cuarta División. Bueno, era todo o nada, agarrar ritmo y, en ese momento, me hacía mis videos, los editaba. Tenía una pila de CD’s de mis compilados para ver si aparecía algún representante y lo ofrecía a algún club”, contó a TNT Sports sobre sus andanzas en los escalafones menores del fútbol trasandino.
“No cobraba casi nada porque era amateur, no había un contrato de por medio... Así que puse un videoclub con películas piratas y me hice una cartelera. Las arrendaba, las regrababa y las ofrecía en mi barrio”, relató sobre el negocio que tenía hace unos años.
Antes de Arsmate y Onlyfans
“Así fui generando un poquito de dinero extra para la bencina, para comprar mercadería para la casa e ir pateando el día a día para ir a entrenar... Yo sé que eso no hay que hacerlo, pero había que sobrevivir”, siguió.
Luego apuntó que uno de los rubros cinematográficos más apetecidos por sus clientes era el cine para adultos.
“Tenía uno al que le gustaban las películas triple X y me pedía bastantes. Se acercaba a la ventana, miraba todas las que tenía y no encontraba la que él quería. Me decía, ‘¿puedes conseguirme algo de este estilo?’, y le decía que sí“, puntualizó.
“Yo no veía esas películas. Descargaba el material y las pasaba así de la computadora al CD. El tipo siempre me decía: ‘¿Y no tienes otra?’ y así fui haciendo clientela de todos los rubros: ciencia ficción, acción y triple X“, cerró.
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