Opinión: Una actuación para ponerse de pie

No sólo el medallero del Team Chile en los Panamericanos de Lima fue histórico, sino también toda la delegación demostró con creces un rendimiento deportivo que sigue desarrollándose de forma exponencial.

Lima 2019 se aleja lentamente del imaginario colectivo, pero su recuerdo nos acompañará por siempre. Un evento deportivo de primer nivel mundial, que -aunque recién cumplió el desarrollo de las disciplinas convencionales- ya nos permite establecer algunas conclusiones de cara a nuestro desafío de sucederlos en la organización de Santiago 2023.

Por una parte, nos queda el esfuerzo, la pasión y el entusiasmo de los cerca de 10.000 deportistas que representaron a sus respectivos países durante las últimas semanas. Y por otra, el notable espíritu deportivo que rodeó cada recinto que albergó el desarrollo de cada una de las disciplinas.

Es indudable que Perú consiguió realizar unos Juegos Panamericanos de lujo. En los que pudieron mostrar su mejor cara ante el mundo. No sólo por su gran capacidad organizativa, sino también gracias a la notable proyección de la idiosincrasia de una sociedad con una inmensa riqueza cultural.

La actuación del Team Chile es para ponerse de pie. No sólo por el medallero, que fue histórico, sino también por toda una delegación que demostró con creces un rendimiento deportivo que sigue desarrollándose de forma exponencial.

Digamos las cosas como son. Lo primero es el mérito y el esfuerzo diario de cada deportista y luego la demostración concreta de que cuando se cuenta con el apoyo y el entrenamiento adecuado (como por ejemplo, los cerca de 11 mil millones que destinó el gobierno para preparar estos juegos) los buenos resultados quedan a la vista. No hay duda de que en Chile hay mucho talento deportivo, pero también hay mucho por seguir desarrollando.

Esto es fruto de un trabajo serio e intenso. Una participación inédita que se cocinó a fuego lento y que partió en el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera y que nos confirma que este es el camino correcto para seguir haciendo de Chile un país que avance cada vez más hacia el anhelado establecimiento de una cultura deportiva.

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