Una despedida: Hijo de García Márquez lanza libro sobre los días finales del Nobel

Fue la muerte de su madre, Mercedes Barcha, el hecho que permitió que Rodrigo García publicara esta íntima crónica sobre la pareja, y especialmente sobre el autor de Cien Años de Soledad.

—De esta no salimos —dijo el célebre escritor colombiano a su esposa desde hace más de 50 años, Mercedes Barcha, y a su hijo Rodrigo.

Era marzo de 2014 y, con 87 años, el autor de Crónica de una muerte anunciada cayó enfermo, resfriado. Días después, el 17 de abril, lanzó su último suspiro.

A unos años de ese agónico momento, aparece Gabo y Mercedes: Una despedida, publicado por el sello Literatura Random House. Es una crónica íntima escrita por uno de sus hijos, Rodrigo García Barcha, escritor y director audiovisual.

Ya disponibles en librerías, estas páginas relatan los últimos días del destacado escritor. Se trata de una narración hecha con precisión, pero, al mismo tiempo, con una distancia que evite caer en sentimentalismos.

Intimidad

Sobre esos últimos días de "Gabo", en una conferencia de prensa, su hijo recordó esa etapa "triste, pero más tranquila". Para él, su padre "tuvo un último año y medio o dos bastante tranquilo, y ya no sufría de ansiedad, estaba bien y eso nos reconfortaba".

"Hay gente que sufre de demencia senil que pierde el control de sus emociones, pero por suerte nos tocó una versión muy tranquila de ese mal", detalló.

En esa época Rodrigo se puso a tomar notas, pensando en escribir cuando también falleciera su madre, Mercedes, lo que sucedió el 15 de agosto del 2020.

En el libro, el autor decidió  "no nombrar a nadie del círculo más íntimo de mi padre, más allá de mi madre mi hermano Gonzalo y Álvaro Mutis que le precedió un año en la muerte", con el objetivo de respetar a quienes aún viven.

La narración explora en el lado más humano, frágil, de una pareja que estuvo junta por décadas, de una historia que comenzó cuando un adolescente (14) conoció a una niña de 9 años.

Más adelante, surgiría una relación que solo acabaría con la muerte del autor, con esa despedida de dos compañeros eternos.

Cómplices

El día que García Márquez terminó de escribir Cien años de soledad, obra que fue publicado en 1967, él y Mercedes fueron al correo para enviar el manuscrito. Eran 700 páginas.

En el lugar, le tomaron el peso a la encomienda, y los funcionarios le dijeron que costaba 83 pesos el envío desde México a Argentina.

—No tenemos sino 45 pesos —advirtió ella.

—Mira, muy fácil... —dijo él.

Y el colombiano procedió a partir el libro por la mitad, para que solo les costara 45 pesos. "Estaban como quien corta carne", recordó "Gabo" años atrás en una entrevista. Así, envolvieron las páginas para que partieran hacia tierras trasandinas, y la pareja se quedó con el resto de las hojas.

La pareja volvió a su casa y Mercedes sacó las últimas cosas que les faltaba por empeñar: el calentador que él usaba cuando escribía, el secador de pelo y la batidora.

Por todo eso, a la mujer le dieron 50 pesos.

Así pudieron volver con la segunda parte de la novela al correo, y les costó 48, por lo que solo recibieron dos de vuelto. Cuando salieron del recinto, él notó que Mercedes estaba furiosa, "verde de encabronamiento".

Y ella le dijo al escritor:

—Ahora lo único que falta es que esta novela sea mala.

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