En "Doble Tentación" quedaron todos con la tuerca rodá

En todos los realities hay un equipo de sicólogos encargados de que no entre algún deschavetado al encierro y para durante la temporada en pantalla, apretar las tuercas del subconsciente que se le suelten a los participantes.

En "Doble Tentación" este grupete de profesionales tuvo harta pega. Un buen datero nos contó que el escuadrón de contención necesitó un grupo que los contuviera a ellos, ya que quedaron reventados y hasta medios deschavetados, al grado de los participantes.

Además de las conversas habituales para ver cómo iba afectando el encierro a los machotes y féminas individual y grupalmente, había otras solicitadas por los mismos concursantes que eran puro llanto y poco menos que ruegos de que los sacaran de ahí, ya que no aguantaban más.

Una de estas fue  Dominique Lattimore, quien tenía como demonio a Oriana.  Y aunque no se crea, quien iba harto a conversar, y que pasaba sus buenas crisis, era Oriana, a quien su personaje de mala le pasó la cuenta en varias ocasiones. Una de ellas fue una cara a cara con Flavia Medina.

Son también clientes del sofá del reality: Lissandra, Fran Undurraga y un buen lote más.

DOBLE AUMENTO

El ambiente tenso y violento que se veía en pantalla, dejaba "cargado" a cada uno de los encerrados. A pesar de las reuniones de contención individuales y grupales para chantar el mal ambiente y que entendieran que todo al final era un juego, la telerrealidad se tomó la convivencia.

Los actos de violencia, xenófobos, los pelambres y dichos hirientes, los cara a cara, como se vio en pantalla, fueron lentamente creciendo hasta instalarse, tanto así que los sicólogos debían estar casi 24/7 atentos al comportamiento y el ánimo de los cabros. Incluso en varias ocasiones se sugirió que ciertos personajes dejaran el encierro porque anímicamente ya no daban más. Fue el caso de Oriana, quien se fue con estrés acumulado para toda su vida.

El clímax de este ánimo enrarecido se dio en La Vega el jueves. La tensión entre personas y grupos era tal, que los mismos sicólogos sugirieron que se parara las grabaciones y se dejara todo hasta ahí, y que se bajara la tensión y que los dejaran en libertad.

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