
“Chile musicalmente es hermoso”: Lisandro Aristimuño adelantó detalles de sus shows en nuestro país y habló de su conexión con la música nacional
El músico argentino vuelve a nuestro país para presentarse en el Club Chocolate y Trotamundos Quilpué. En una conversación con La Cuarta, entregó detalles sobre sus conciertos en formato trío y habló sobre la música chilena. “Yo no encuentro una barrera entre la música chilena o la argentina, la uruguaya, la boliviana, o la paraguaya. Para mí es música hermosa que nos llena”, afirmó.

Con más de dos décadas de carrera, el destacado artista argentino Lisandro Aristimuño regresa a Chile para reencontrarse con su fanaticada chilena con un nuevo show.
Tras su paso por el país el año pasado, el músico se presentará este próximo miércoles 19 de junio en el Club Chocolate en Santiago. Luego, dará un show el 21 de junio en Trotamundos en Quilpué. Además, será parte del homenaje a Luis Alberto Spinetta.
En esta ocasión, Aristimuño vuelve acompañado de los músicos Martín Casado, encargado de la batería, y Lucas Argomedo, en el bajo. Con un set que contará con una parte electrónica y otra acústica, el artista hará un repaso por su trayectoria en este nuevo formato de trío.
En una conversación con La Cuarta, Lisandro Aristimuño habló sobre sus 20 años de carrera, su conexión con la música chilena y sus próximos shows en el país.
-¿Cómo van las preparaciones para esta nueva gira?
-La verdad que muy bien, estamos en proceso de ensayos. Bueno, mi banda, antes éramos siete personas en el escenario y ahora decidí que tenía muchas ganas también de hacer esto, de que sea trío. Trío significa batería, bajo y guitarra y voz. Digamos como algo más campechano. Y a ver cómo sonaban mis canciones así también, porque siempre tuve eso, una banda con cuerdas, muchos músicos hermosos también que me acompañaron. Pero, bueno, esta vez decidí también por el hecho de poder viajar y poder, económicamente sobre todo, llegar a lugares donde quizás en esa magnitud de banda era imposible hacerlo más desde el lado independiente y de autogestión, que bueno,a veces era ir a tocar sin cobrar.
-Ya cuentas con dos décadas de trayectoria. El año pasado se cumplieron 20 años de tu primer disco…
-Yo creo que con mi primer disco ‘Azules Turquesas‘, que es de 2004, hace 21 años que está ese disco grabado e incluso un poco más, con todo el proceso que significó. Las canciones de ‘Azules Turquesas’ ya las tenía compuestas, no es que fue un disco que se compuso ese año. En el 2004 se grabó y se puso REC en el estudio, pero yo ya tenía esas canciones. Yo creo que ahí fue como el primer paso más profesional, de encontrar el equilibrio entre hacer canciones y ser un artesano de las canciones y grabarlas con un audio más profesional y poder escucharlas desde ese modo. Creo que ahí puedo llegar a decir que hay una marca muy importante, que no es la marca de mi vida como compositor, sino que la marca más para el fuera, para la gente que me escuchaba. Al principio éramos amigos tocando en una mesa, tomando mate y yo les mostraba mis canciones. Después se hizo profesional cuando pude lograr hacer un CD, un formato para poder expandirlo.
-¿Cómo sientes que ha cambiado la industria musical en estos 20 años?
-Uff, cambió muchísimo. Yo creo que las grandes multinacionales buscan un formato siempre, para siempre hacer negocios. Hay cosas que están muy buenas y hay algunos músicos que les sirve, les hace muy bien y les otorga un futuro o un camino mucho más amplio, y hay otros que siempre estamos ahí como viendo cuál es la mejor forma de mostrar la música, pero ha cambiado muchísimo. Yo soy de la época del cassette, CD después entró lo digital, entró internet y ahora desde el celular podés escuchar música. Yo recuerdo de joven llevar mi Discman o llevar mi Walkman, en el trayecto de ir a la escuela, grabarme un cassette con varias canciones que quería escuchar mientras iba caminando. Muy hermoso. En cuanto a lo que tiene que ver con la industria, la industria siempre está en busca del hit, algunos dicen que no pero están siempre en búsqueda de una moda, de un nuevo talento. Siempre están ahí buscando formas para poder seguir trabajando en la música.
-Para ti como un artista independiente, ¿cómo ha sido también ese cambio de lo físico a lo digital?
-La verdad que nunca me dejé llevar por eso. Siempre digo en las entrevistas que yo soy un coleccionista de música, soy melómano, me encanta tener discos en formato físico, es algo que me encanta. Es como un lector que le gusta tener el libro en vez de leerlo en su iPad o en su tablet, a mí me gustan las hojas, el olor. Así la música también, entonces siempre que hice discos, intenté, desde mi forma, porque tengo mi propio sello discográfico, donde yo todo o parte de lo que gano haciendo conciertos o viviendo y trabajando de esto, siempre pongo un porcentaje a eso. Cada vez que estoy por sacar un disco quiero que esté en un formato físico. Entonces siempre desde mi primer disco, ‘Azules Turquesas’ salió en CD, ‘Ese asunto de la ventana’ salió en CD, todo me gusta tenerlo. Y últimamente con esta moda también que volvió a rejuvenecer el vinilo, cosa que me encanta, porque para mí el audio es superior y es mucho más cálido escuchar un disco en vinilo que en Spotify. ¿Por qué? Porque tenés la tapa, porque lo abrís. (Hay) un ritual. Mis últimos discos, ‘Criptograma’, que fue el 2020 en plena pandemia, salió en vinilo. ‘Mundo Anfibio’ también lo saqué en vinilo. Ahora, el año pasado, se cumplieron 20 años de ‘Azules Turquesas’ y salió en vinilo también, o sea, quise que también la gente que le haya gustado ese disco lo tenga también en formato de vinilo, aparte del CD. Y así, soy medio como un romántico en ese sentido, me gusta tener la música de esa manera.

-Con respecto a tu regreso a Chile, vuelves después de un año, ¿qué recuerdos tienes de nuestro país?
-Oh, Chile, para mí Chile musicalmente es hermoso. Pero. aparte desde chico, no solo desde ahora. Yo tengo 46 años, entonces he pasado muchas etapas. Pero Chile siempre estuvo. En mi casa tengo la suerte de que mi viejo, mi padre haya tenido muchos cassettes de música chilena. Inti-Illimani, mucha música folk también, mucho folclore chileno. Violeta Parra, Quilapayún, Víctor Jara. Después recuerdo y tengo muy presente el Unplugged de Los Tres, que para mí fue ya en mi adolescencia, que fue como muy fuerte para mí sentir que hay una banda de rock chilena que se llama Los Tres, que yo soy muy admirador, que haya llegado a la MTV y a todo el mainstream. Aparte también tener la suerte de poder escucharla con mi padre, junto con mi padre, porque a él le encanta la música latinoamericana, la música folk, compartir algo con él, ¿no? Porque después yo escuchaba Nirvana y Soundgarden. Pero el compartir con la familia un disco y justo era el de Los Tres, el Unplugged, cuando poníamos ese disco estábamos todos re contentos, a todos nos gustaba. Escuché mucha música chilena y al día de hoy que sigo escuchando, a Chinoy, a Camila Moreno, a Fernando Milagros. Conecto mucho con la música chilena. Me parece que lo que más hace que la música no entre son las fronteras, o las cosas más geográficas más que musicales. Yo no encuentro una barrera entre la música chilena o la argentina, la uruguaya, la boliviana, o la paraguaya. Para mí es música hermosa que nos llena. Creo que Latinoamérica es un país, para mí es un país, la frontera solo lo dan los mapas, nada más.
-Hablando de esto, también vas a ser parte de un homenaje que se hará a Luis Alberto Spinetta en el Teatro Nescafé de las Artes.
-Luis Alberto Spinetta es uno de los más grandes músicos de Latinoamérica. Por eso decía, que no hay fronteras a veces. Si él hubiera sido chileno, uruguayo o paraguayo, tendría la misma admiración. No tiene nada que ver que sea argentino. Qué suerte que haya salido de acá, porque yo me siento súper honrado y es como un maestro de Argentina también.
“Vamos a ir a hacer un tributo que me sorprende y que me encanta, me sorprende desde el lado más hermoso, que de repente en Chile se haga un tributo a Spinetta, me parece también que habla de esta hermandad que tenemos entre los países y que por ahí, políticamente y geográficamente, nos quieren distanciar y en realidad la música no tiene ningún tipo de límite. Me parece súper hermoso poder estar en ese tributo y hacer tres canciones, dentro de muchos grupos que van a estar desde Chile. Va a ser maravilloso”.
-Luego tendrás esta presentación en el Club Chocolate, ¿qué pueden esperar tus fanáticos de este show?
-Es un show que es un formato de trío, somos tres en escena, pero después también tiene una parte acústica. Tengo la suerte de contar con dos personas, que una es Martín Casado, que es el baterista, y Lucas Argomedo, que es el bajista, que ellos también, por ejemplo, el baterista, no solo toca la batería, sino que también sabe tocar un montón de instrumentos, somos medio multi-instrumentistas los tres. Entonces queremos jugar un poco con eso y yo también sacarle el jugo a esa naranja, a esa fruta que se nos presenta. Hay una parte que es acústica, donde Martín Casado toca el glockenspiel, pasa el bombo legüero, deja la batería. Y después el bajista toca el cello también, el violonchelo. Nos agrupamos un poquito ahí en el centro del escenario y hacemos como una especie de living, después del rock. Y después vuelve otra vez el show a ser electrónico y rockero, si se puede decir. Entonces va con esa variante.
-Lo mencionaste, el año pasado viniste con una banda de siete personas y ahora se reduce a este trío. ¿de qué forma sientes que cambia la manera de presentar las canciones en vivo?
-Es todo una cosa que fui aprendiendo a lo largo de mi trayectoria de 20 años, de ver en vivo cómo se podían lograr las canciones y qué arreglos se podían hacer, y voy modificando. Yo soy, aparte de compositor, hago la producción artística también de mis shows. Voy viendo los arreglos, hay canciones que no se pueden tocar de esta manera, hay otras que sí se pueden tocar de esta manera. Voy ahí como armando la película. Somos tres actores y esos tres actores tienen que actuar y decir el mensaje que yo quiero dar, entonces ahí voy viendo qué variantes puedo tener. Somos tres, está la frecuencia grave, que es la del bajo, está el ritmo, que es la batería, y está la armonía, que es la guitarra, y la voz.
“También hay una cosa que está pasando mucho ahora en los ensayos con el trío, que la canción toma mucho más protagonismo cuando hay menos gente. Entonces la canción pasa como a (ser) un actor principal también, que quizás teniendo una orquesta tan grande, la canción queda como medio ahí… (se pierde) Así que estoy contento con eso, porque claro, la canción ahora es protagonista, cada vez más".
-¿Qué se viene para ti a futuro, además de esta gira? ¿Se viene más música?
-Por el momento no estoy pensando en un disco nuevo, pero en lo que más estoy pensando es que mi hija es adolescente y estoy muy al lado de ella. Y a veces hacer un disco también te ausenta un poco de algunas cosas. Yo creo que ahora estoy dedicado a mi hija y a su adolescencia, que me necesita mucho, porque es una etapa de la vida que un padre tiene que estar. Y bueno, haciendo esta gira, por ahora voy a hacer esto, porque todavía no hay canciones nuevas. El enfoque de mi mente y de mi corazón está totalmente situado al crecimiento de mi hija y no en lo musical. O sea, que también es música, pero no es algo que esté dispuesto a hacer ahora.
Las entradas para los conciertos de Lisandro Aristimuño en Club Chocolate y Trotamundos Quilpué se encuentran disponibles a través de Ticketplus.
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