“Estuve muy retirado del sistema en general”, evidencia Francisco “Chapu” Puelles, quien en el 2017, cuando estaba en la primera línea de las teleseries de Mega —con personajes centrales en Pituca sin lucas, Pobre Gallo y Tranquilo papá— decidió dar un paso al costado. Le venía dando vueltas a la idea, medio desde la guata, y eligió no continuar. Por un largo rato.

Antes de su retirada de los melodramas —y de la tele casi en su totalidad— el actor de hoy 40 años pasó por “programas franjeados, juveniles, estelares, juveniles y teleseries”, según enumera a La Cuarta. “Cuando me retiré, en realidad fue sin la pregunta de ‘¿voy a volver?’“. En realidad, “sólo me fui porque tenía la necesidad y ganas de hacer mis proyectos personales que tienen que ver con el mar, la naturaleza, lo social y medioambiental; y también tengo un recinto deportivo”.

Así, por aquel entonces, el ex-Calle 7 decidió: “Ya, a ver, vamos a tomar otro camino”. Y siguió por esa senda durante casi ocho años, en los cuales “aprendí mucho, crecí mucho como persona y ‘emprendedor’”, asegura.

Se mandó a cambiar al litoral central, a la Región de Valparaíso, al balneario de Las Cruces y, unos diez kilómetros al norte, inició un centro deportivo en El Quisco. Por aquel entonces, estaba emparedado con su colega, la actriz Monserrat Ballarín, con quien en el 2020 tuvieron un hijo, Silvestre. En agosto del 2022 se supo públicamente que la relación había terminado.

En medio de todo ese periodo, “Chapu” se abrió a la posibilidad de retornar a la tele, aunque de manera más tangencial: “Ya, ahora estoy abierto a las posibilidades”, pensó. En marzo del 2022, se lanzó con el programa de viajes Sueños de Patagonia para el 13C junto a Ballarín; y luego, ya en solitario, vino la segunda, Sueños de viaje.

Tras aquella vuelta a la pantalla, “empecé a generar más contenido en mis redes sociales”, cuenta “Chapu”. Así que “la comunicación me volvió a llamar hace un par de años y, cuando uno decide caminar un camino, después las puertas se te van abriendo y vas viendo cuáles tomas”.

Sin embargo, durante siete años, el ex-Tranquilo Papá tuvo su centro de operaciones en la costa, donde se metió en sus proyectos deportivos y personales. “Y la verdad es que por temas de la vida tuve que volver a Santiago”, admite quien ya por aquel entonces se había separado de Ballarín. Comenzó a asentarse en la capital y su “primer año fue de adaptación, de logística y familia”, describe.

“Chapu” tenía que “sanar”

Ya entrando en el 2024, “Chapu” levantaba la mirada para retomar lo audiovisual y se dijo a sí mismo: “Ya, empezaré a hacer proyectos, y monté dos productoras; y entre esas pegas, empecé a aparecer más en redes y todo”; de hecho, en diciembre del 2024 reapareció en la TV para una entrevista en Todo va a estar bien (VíaX), aún conducido por Eduardo de la Iglesia en aquellos días.

Además, se puso en contacto con su “jefa”, Quena Rencoret, directora ejecutiva del Área Dramática de Mega, para decirle que, otra vez, estaba disponible. “Y con el tiempo se dio que este personaje calzaba con lo que yo hago, y me invitaron a participar en la teleserie”, recuerda en alusión a Aguas de oro —co-protagonizada por Álvaro Rudolphy y Carolina Arregui—, vespertina que sucederá al remake de Amores de Mercado, y que se estrena el lunes 30 de julio.

“Ya estoy en el personaje, full”, declara quien interpreta a Lautaro Gamboa. “Estoy muy agradecido y muy feliz”, expresa.

Al mirar hacia atrás, Puelles analiza:

—Mi decisión de salir de la televisión la vine a entender años después, y años después entendí que yo necesitaba un tiempo para mí, como persona, porque estuve muy expuesto durante muchos años a la televisión, a través de los programas que hice, en que uno se muestra más como persona; luego empecé a actuar y ya me pude proteger un poquito más.

Claro, los inicios de “Chapu” fueron en el popular Calle 7, así que, junto con la fama, también se encontró con la farándula y, por ejemplo, en el 2015 tuvo un par tensos encontrones con reporteros del extinto Intrusos (La Red), quienes lo abordaron de noche en la calle y saliendo del aeropuerto de Santiago para preguntarle por el naciente pololeo que tenía en ese tiempo con María de los Ángeles García. Además, ya venía de relaciones con Vale Roth y Cata Vallejos, amores que lo habían vuelto un personaje atractivo para la prensa rosa.

Como sea, sobre los disgustos de la exposición, el actor dice que esta “me hizo vivir procesos que yo necesitaba ir sanando; pero cuando trabajas en la tele, ¡es un proyecto tras otro!, entonces uno no tiene tanto tiempo para uno”; por lo tanto, “yo, sin saberlo, necesitaba ese tiempo”. Esos pensamientos e intuiciones coincidieron con el término de su contrato melodramático, así que decidió: “Bueno, este es el momento de dar un vuelco y dedicarme a mis proyectos personales”.

Eso sí, “claramente no lo entendí en el momento, lo entendí tiempo después, y dije: ‘En verdad yo necesitaba esto’”, plantea.

Mientras estuvo fuera de la pantalla chica, Puelles participó en uno que otro proyecto audiovisual menor. Pero nada más. Porque, al parecer, él no quería, al punto que “me llamaron para unas series, a las cuales dije que no porque estaba full pega con mis otros proyectos”, recuerda. “Pero lo más serio que he hecho este último tiempo, en cuanto a la actuación, es esta teleserie”, con la que rápidamente ha adquirido “un gran training, porque es todos los días, muchas escenas, y el músculo actoral rápidamente vuelve”.

Otra vez en la capital

Hoy el núcleo de Puelles está nuevamente en Santiago, donde se le “abrió la puerta” en términos profesionales, así que decidió volver a entrar y dice que lo está pasando “muy bien”, prácticamente sin dejar de sonreír durante este diálogo.

“En general, siempre voy y vengo: viajo mucho, entre Las Cruces, El Quisco, Viña —que ahí están los abuelos de mi hijo— y Santiago”, actualiza sobre su presente. “Pero ya este año, que estoy grabando, estoy un poquito más asentado en la ciudad, porque además (mi) hijo vive en la ciudad”.

Así, para no ignorar su lado natural, el intérprete destaca que “una infinidad de cerros” al los que puede ir dentro de la Región Metropolitana, como el Provincia, Carpa, Manquehue, Manquehuito y San Ramón, además de zonas como el Cajón del Maipo y Farellones. “Hay un montón de lugares a menos de una hora donde uno puede conectarse con la naturaleza”, expresa.

Más allá de los melodramas, sin dar mayores detalles, el ex-Pobre rico dijo que le “encantaría probar más cosas”, y que por estos días además está con una productora con la idea de hacer programas que le permitan desarrollar su faceta de conductor.

Eso sí, “me encanta actuar, ¡que lo paso tan bien con mis compañeros y equipos!, tan bacán, que no descarto para nada seguir actuando”, aclara. Incluso comenta que le ha “picado el bichito” por las tablas, así que (“quizá”), durante el 2026 trataría de “evaluar un texto bueno” para teatro.

—Pero por ahora este año estoy full enfocado en la teleserie y en mis proyectos audiovisuales paralelos —declara.

Sin ir más lejos, el sábado 26 de julio se le viene una competencia: por primera vez competirá en Santiago en el Hybrid Race, que consiste en superar ocho estaciones de 800 metros de trote y, entre cada estación, “hay una muy dura de ejercicio físico”, explica sobre este deporte. “Está muy popular a nivel mundial, ahora llega a Chile y me invitaron a participar porque saben que hago mucho deporte”.

“Me estoy preparando para ello y decidí documentarlo, y obviamente metí marcas para que me apoyen, y lo estoy pasando muy bien”, dice sobre la competición que tiene en paralelo a sus labores de galán: “Igual estoy cansado, de hecho, que vengo de entrenar”, admite, a pesar de que “lo disfruto mucho”

Y añade: “Amo las teleseries, pero igual me gustaría ir probando otras cositas”.

En cuanto a su residencia, considerando que su retoño tiene tan sólo unos cinco años, pronostica: “Por ahora tengo un buen rato en Santiago, hasta que mi hijo esté más grande y ya ande más independiente”.