Espectáculos

La Firme con Carmen Gloria Bresky: “Estoy en una linda relación conmigo misma”

Tras ser la “Negra Ester” y estar en pantalla con Sabingo, la actriz ahora estará en el musical de Juan Gabriel, Tú Eres la Tristeza de Mis Ojos. Acá repasa su historia y presente, laboral y personal: “Me siento en un momento floreciente”, declara.

Entrevista en profundidad a Carmen Gloria Bresky, actriz, por musical Tú Eres la Tristeza de mis Ojos. Foto: Andres Perez Andres Perez

Mientras Carmen Gloria Bresky Ruiz (46) posa frente a la cámara en el foyer del teatro, un trabajador se le acerca y le dice:

—Yo la adoro a usted, es mi ídola. Muy bonita.

Luego, el hombre procede a pedirle una foto, y ella le corresponde retratándose con él, para luego despedirse y retomar sus capturas ante el fotógrafo. A modo de talla, sugiere incluir dicho intercambio en esta nota. Tiene un café en la mano, pero, al no saber dónde dejarlo, lo esconde detrás de un pilar para que no se vea. La magia de la fotografía, comenta, o algo por el estilo.

Acá, en el Teatro Nescafé, la actriz está protagonizando nuevas funciones de Tú Eres la Tristeza de mis Ojos, en el regreso de esta taquillera obra que presentará de jueves a domingo del 16 al 26 de octubre, compartiendo escenario con figuras como Germán Pinilla, Josefina Fiebelkorn, Vivianne Dietz y Josefina Montané (entradas, ACÁ).

La actriz estará co-protagonizando Tú Eres la Tristeza de mis Ojos. Foto: Andres Perez Andres Perez

La actriz interpreta a “Victoria”, una mujer que en su lecho de muerte recibe la impensada visita de su ídolo, Juan Gabriel, el mismísimo cantante mexicano, y ni él entiende qué hace ahí porque debería estar en la previa de su histórico concierto en el Palacio de Bellas Artes de 1990. Todo mientras las hijas se alistan para el deceso de la matriarca, lidian con sus propios dramas, y la madre también prepara interiormente su propia partida, entre recuerdos e interrogantes, todo entretejido por hits como “Querida”, “Hasta que te conocí” o “Amor eterno”, interpretados por el propio elenco.

Sentada en un sofá en los adentros del recinto, a pocos metros de un escenario que conoce muy bien, Bresky conversa con La Firme de La Cuarta para hacer un repaso por su historia, presente y, además, algo del futuro y sus posibilidades.

La actriz arranca en sus inicios más remotos en Valparaíso; sus primeros pasos en Santiago, marcados por una infancia que desde muy niña le dio la convicción de que se convertiría en actriz, hoy también cantante e incluso bailarina; recuerda sus inicios en TV como en Piel Canela, luego Hippie, Brujas (en la que no la pasó muy bien con su papel) hasta llegar a “Marcia”, su rol en Casado con Hijos (Mega) que la lanzó definitivamente al total conocimiento público; analiza la chance de volver a los melodramas y la deuda que ha saldado con el cine, a sólo unos meses de haber estrenado Tú Me Rompiste el Corazón, interpretando a la icónica “Negra Ester”; sus facetas de madre y abuela de un pequeño; su lado sentimental sin compromiso, ya divorciada de Sebastián Layseca tras dos décadas juntos, y otra vez soltera tras el fin de su pololeo; sus ganas de vivir fuera de Chile; su espacio en Sabingo; el paso de los años en sus cuarentitantos; y minucias varias.

Hasta que Bresky advierte que el tiempo la apremia ya que debe partir a otro compromiso, así que luego sale apurada del teatro para, eventualmente, almorzar.

Todo eso, y algo más, a continuación.

LA FIRME CON CARMEN GLORIA BRESKY

Nací en Valparaíso y viví un año ahí porque mi papá es de Valparaíso y mi mamá es de Viña del Mar, de la V Región. No me acuerdo nada de esa época, pero me encanta haber nacido allí. Me siento porteña. Hay algo en mi personalidad, siento que igual me marcó, y también me gusta la historia familiar que tengo: mi papá era marino y mi mamá es de un colegio de monjas de Viña. Me gusta que mi historia también haya sucedido ahí, que se hayan cruzado esos dos caminos y que haya nacido esta persona llamada “Carmen Gloria Bresky”.

Un recuerdo de niña es yo jugando en mi plaza —que hasta hoy le digo “mi plaza”—, la plaza Bremen, en Ñuñoa, que yo vivía en una casa al frente: abría la reja, cruzaba y estaba. La historia quizá es muy larga, pero tengo toda mi infancia ahí: jugar arriba de los árboles, con otros amigos, andando en bicicleta y haciendo un montón de cosas.

"Me siento porteña", declara Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Me gusta que me digan “Carmen”, no “Carmen Gloria”; entre que mi mamá es “Carmen Gloria” y que siempre lo encontré muy “aseñorado”, de niña sobre todo. Después me empezó a gustar más “Carmen”, y en algún momento me empecé a presentar como “Carmen”, y me gustó la fuerza de “Carmen”. Le encuentro una característica al nombre. En mi familia, de chica, me decían “Yoya”, que una nana que trabajaba en la casa me puso así.

Soy la menor de cuatro hermanos. Soy el concho, y regalona además. Mi hermano mayor tiene once años más que yo; después, otra hermana, nueve; y la otra, siete. Por lo tanto, era bien “concho”; o sea, súper regalona y un poco me dejaban hacer lo que yo quería, y aparte así con personalidad; entonces, entre discutirme, realmente hacía lo que yo quería, lo que es bueno y malo. Eso influyó en mi creatividad, porque jugué mucho rato sola, y se activó esto mismo de ser actriz. De grande, ya cuando fui mamá, tuve los primeros tirones de oreja en la vida, empecé a atinar que no todo se podía hacer como yo quería, a mi ritmo y pinta.

Quería ser actriz desde los siete años. De chica sabía que me gustaba mucho bailar, actuar y, en el fondo, el espectáculo. Pero cuando me di cuenta de que iba a ser actriz, fue una vez que en “mi plaza” fueron a grabar una escena de Ángel Malo (Canal 13, 1986), y yo veía esa teleserie, me encantaba; chica igual, pero la veía, jaja. Vi que estaban haciendo una escena ahí, la vi en vivo y en directo, y entendí, provocó cosas en mí: “Ah, yo también haré eso cuando grande: seré actriz y me irá muy bien”, manifesté.

"Quería ser actriz desde los siete años", recuerda Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Estudié en el Colegio la Girouette, I don’t speak english, baby, jajaja. Nunca repetí de curso, jaja, y tampoco estuve condicional ni nada; pero claramente era de las desordenadas del curso, las que solían echar de la clase porque se ponía a jugar, a tontear o hacer reír a compañeros. Mis notas no eran las mejores, pero igual salvaba. Hasta que me dieron ganas realmente estudiar, cuando, por ejemplo, me embaracé, que estaba en cuarto medio y dije: “Quiero sacarme buenas notas”. Me puse a estudiar y saqué mejores notas, y me fue bien. Antes no es que me fuera mal, no era la “porra-porra”, pero tampoco era la alumna brillante, ¡para nada! Pero porque no me entusiasmaba; prefería salir a jugar.

En mi adolescencia me di cuenta de que le gustaba a “hombres mayores” y eso me “chocó” (Dijo en una entrevista anterior). Con eso me refería a que tuve algunos episodios con algunos papás de amigas, o cosas así, que los encontré “raros”, que sentí que podía provocar algo en el sexo opuesto, y no estaba preparada; porque me podían ver —quizás— más grande, pero en realidad era chica. Pero tampoco fueron episodios muy drásticos o muy terribles, sino frases “pasadas para la punta”.

"Mis notas no eran las mejores, pero igual salvaba", comenta la actriz. Foto: Andres Perez Andres Perez

Estaba pololeando y quedé embarazada a los 17. Obviamente me dio nervio contarle a mis papás, que no eran muy estrictos ni nada, pero igual era una cabra chica; no era llegar y decir “estoy embarazada”. Estaba media pa’ dentro, un poco asustada; no estaba angustiada, pero presentía que cambiaría mucho mi vida; e igual de alguna manera yo lo quería también. Pero da nervio, era algo completamente desconocido. A mi hermano mayor fue el primero que le conté y, como no me atrevía, le escribí una carta, jaja. Estaba acurrucada con él —porque él vivía en Santiago en ese momento, pero había llegado—, que fue a mi cama, regaloneamos un poco, y le pasé una carta en que salía que “estoy embarazada”. La leyó, con los años supe que igual le había preocupado, pero en el momento quiso contenerme. Después le conté a mi mamá, que me dijo: “Ya, yo le contaré al papá”. Al principio no fue obviamente: “¡Qué rico! ¡Bravo!”, pero inmediatamente me dieron su apoyo, y así fue.

Mis papás siempre supieron que estudiaría Teatro. Aunque iba a ser mamá, nunca me lo cuestioné. Tuve a mi hijo viviendo donde mis papás y siempre me apoyaron en lo que estudié, y que siguiera viviendo mi vida de joven. Hay algunos que los obligan a casarse o ponerse a trabajar, y acá fue: “No, estudia, incluso anda a fiestas a veces, que no acabe tu vida”. Cuidaban mucho a mi hijo para que yo pudiera estudiar y seguir haciendo cosas de los jóvenes de esa edad, quizás no en un 100%, pero sí de alguna manera. Siempre han sido un apoyo, hasta hoy.

"Siempre han sido un apoyo, hasta hoy", dice sobre sus padres. Foto: Andres Perez Andres Perez

Cuando eres más grande, sales del colegio y estudias lo realmente quieres, te haces cargo de tu vida, y yo salí del colegio siendo mamá. Entendí que no iba a ser todo —quizás— a mi ritmo y a mi pinta, que la vida tiene procesos y etapas: hay que estudiar, hay que hacerse responsable y cargo de cosas; de repente vamos a recibir muchos “no” de respuesta, o puertas se van a cerrar, y hay que saberlo. Eso no lo entendía tanto de chica.

Pololeé con un rapero. ¿Es conocido? En su momento, y en su estilo under, sí. ¿Se puede saber quién? (Consulta el reportero) Pa’ qué... Hasta el día de hoy me gusta el rap.

Mis papás se separaron cuando yo ya era grande, que tenía como 22 o 23 años. No me pegó de ninguna manera. Ya era grande.

"Hay que estudiar, hay que hacerse responsable y cargo de cosas", declara Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Mi primer trabajo en televisión fue en El día menos pensado (TVN), que trabajé con Carlos Pinto, ¡genial!, que era el productor, director y un montón de cosas. Fue una súper buena oportunidad de trabajo y de empezar en lo audiovisual, porque estudiar Teatro no era con cámara. Y fue la primera vez que salió algo en la tele, y que en ese momento la gente veía mucho esos programas. Al día siguiente de que exhibieron el capítulo, fui a Patronato y no entendía por qué me miraban tanto; mi personaje moría, entonces era como que miraran un fantasma, porque además Pinto trabaja mucho con llamar a gente que no es conocida porque así se la cree más, lo que partió en Mea culpa, que el delincuente no fuera un actor que el público conoce porque sino nunca creerían que era el delincuente. Y la gente me miraba como si realmente yo fuera la fantasma que habían visto anoche. Después pensé: “¡Ah! Con razón me miran tanto”. Ese fue mi primer encuentro con “la fama”.

¿Me atraía la idea de ser famosa? No me atraía la idea: sabía que iba a ser famosa, pero lo que me atraía era actuar, que lo disfrutaba mucho, me gustaba sentir que podía “transformarme” en otras personas, contar historias, el ejecutarlas más que el beneficio de ser conocida, que me aplaudan o reconozcan. Sabía que iba a suceder, pero no era lo que me entusiasmaba, sino que el hecho de ser actriz y lo que significa. Dar entrevistas o que me tomaran fotos no era algo en lo que pensara. Sólo sabía que mi trabajo sería conocido.

En Piel canela (Canal 13, 2001) lo pasé súper bien. Ahí conocí a la Berta Lasala, que somos súper amigas hasta hoy. Mi mamá ahí fue la Teresita Reyes con (Fernando) Farías. Así que lo pasé súper bien. A la teleserie no le fue bien, pero para mí fue una súper buena experiencia para aprender.

Conocí a la Carola Fadic, que fue poco antes de que muriera, que me encanto haber tenido la oportunidad. No fuimos tan amigas, pero era muy simpática, me cayó la raja. Una vez me acuerdo que yo me estaba riendo en el estudio, no sé de qué, la Carola me escuchó y llegó diciendo: “¡¿De quién es esa risa?!”, y yo pregunté: “¿Por qué? ¿Muy fuerte?”. Y me contestó: “No, que tu risa es genial, es muy contagiosa; te escucho reírte a ti y me dan ganas de reírme”. Eso me queda marcado siempre.

"No fuimos tan amigas, pero era muy simpática", recuerda sobre Carola Fadic. Foto: Andres Perez Andres Perez

“La fama” en mí fue paulatina. En mi primera teleserie, Piel Canela, todavía había gente (público) esperando afuera de Canal 13; era otra manera de exponerse, a diferencia de la que hay ahora. Fui nomás, nunca ha sido muy abrumador, nunca me ha mareado, nunca ha sido que parta muy de arriba, ¡a mil! Ha sido muy parte de mi trabajo. El cariño de la gente, el tener tantos seguidores o cosas así, siempre lo agradezco, la gente me tira mucha buena onda y siempre ha sido muy respetuoso con mi trabajo; se centra en eso y me encanta, más que de mi vida privada. La gente le tiene cariño a mis personajes —o lo que se muestra de mí en Sabingo—, y es súper bonito. No tengo complicación con ese cariño, y tampoco me creo el cuento... no sé si explicó. Y no tenía ningún rollo con trabajar en televisión, porque ya era mamá y quería ganar plata.

En Hippie (Canal 13, 2024) hice un personaje que fue muy entretenido, que era chiquitito, pero ahí pude aportar y fue creciendo, que fue la “Pamela Torres”, que era amiga con la Lorena Capetillo, dos calcetineras. De hecho, por ese trabajo me gané un premio Apes a “Mejor proyección actoral”. Es rico cuando uno puede aportar y hacer crecer el personaje.

02 Octubre 2025 Entrevista a Carmen Gloria Bresky, actriz. Foto: Andres Perez Andres Perez

En Brujas (Canal 13, 2005) lo pasaba mal porque yo tenía ganas de jugar más, y el personaje, más allá de ser pequeño (“Inés Fontecilla”), estaba siempre en la misma tecla, entonces no había cómo hacerlo crecer, aunque yo quisiera, buscarle otras capas, trabajar más matices, si estaba siempre haciendo la misma escena. En ese sentido, qué fome. Venía con toda la experiencia anterior, y fue medio frustrante, a pesar de que la teleserie era entretenida y le iba súper bien. Pero yo no tenía cómo entrar a jugar, como si estuviera mucho rato en la banca con ganas de entrar a meter el gol, o por lo menos tirar el pase. No se pudo. Era muy plano y ajeno, era puntual a lo que iba, que era hincharle las hueás al otro (a “Fabián Mainardi”, por Julio Milostich), y de la misma manera; pero lo que pasaba a ella no lo sabíamos nunca.

Con Maldita (Mega, 2011) descubrí el pole dance (haciendo a “Coral Maldonado” / “Tamara”). Con el pole dance sólo siguen mis ganas de retomar las clases; y en una de esas lo haga, pero hasta el momento no. Han sido sólo ganas de retomar, porque es un súper buen ejercicio, y lo conocí por esa teleserie, pero después seguí practicando por mi cuenta. Por cosas de la vida, abandoné, y no lo he retomado.

¿La teleserie que más me ha gustado hacer? En nada tengo un favorito. Cuando los periodistas me preguntan “cuál es tu comida favorita”, “tu director favorito”, “tu color favorito”, “tu actriz favorita”... ¡No tengo nada favorito! O sea, me encantó Hippie, lo pasé súper bien, la raja, a pesar de que no le fue bien; pero también lo pasaba increíble con Casado con hijos.

"Por cosas de la vida, abandoné, y no lo he retomado", dice Bresky sobre el pole dance. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿“Marcia”, de Casado con Hijos, marcó un cambió en mi personalidad? Claro, creo que siempre los personajes vienen a tocar una cosita en uno. No digo que mi trabajo sea una terapia, pero sí son “enseñanzas”. Yo por lo menos, siempre lo tomo así. Y en el caso de “Marcia”, aparte de aprender mucho lo que es la comedia, improvisar, al ritmo y del talento de mis compañeros, fue el también el mismo personaje, al ser tan buena para pelear y dominante, me “saturó” un poco: si yo tenía algo de eso, después de “Marcia”, siempre si puedo perderme la pelea me la voy a perder.

Siempre evitaré el conflicto y la pelea, porque no siempre se gana algo. Distinto es discutir una idea, defenderte o defender a alguien; si veo que alguien está maltratando a un niño, a un animal o algo así, me voy a meter, no me quedaré callada. Pero hay cosas que veo y por las que que no vale la pena pelear. Elijo mis batallas. También está todo tan agresivo que no necesitamos más de esa energía, y cada uno con sus opiniones. Y en términos de relaciones (personales), en que uno pueda discutir, ya sea en la casa con los hijos, pareja o amigos, prefiero siempre evitar discutir. Trato de conversar, ir por el lado, más que ponerme a pelear y gritar. Eso ya fue hace mucho rato en mi vida.

"Trato de conversar, ir por el lado, más que ponerme a pelear y gritar", reflexiona Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

No me sentí encasillada con “Marcia”. Quizás quisieron encasillarme, pero nunca quise que me pasara eso, entonces siempre me preocupé de demostrar que puedo ser una actriz multifacética y que me puedo desenvolver en distintos escenarios, ya sea teatro, cine, televisión, drama o comedia, personajes diferentes, y siempre trataré de dar una vuelta para que sea algo distinto. No quiero que me encasillen y suelen encasillarte, desde el público hasta los productores, entonces uno tiene que hacer esa pelea, y por lo tanto no me ha pasado.

En la pandemia me puse más ahorrativa… ¡chucha!, eso ya se me pasó, JAJAJA. ¡No sigo ahorrativa! Es que está todo muy caro también, tengo tres hijos y, bueno, qué sé yo... Pero qué fome quejarse y hablar de plata. No ahorro.

La incertidumbre sigue existiendo (como actriz), pero abruma menos que antes. Ya sé que nunca falta y que tengo que confiar en mi trabajo, a pesar de no tener ahorros; pero no debo estar desde la preocupación, sino desde la ocupación. Hay que estar siempre vibrando en abundancia, creer, confiar en el trabajo de uno y en lo que merezco.

"En la pandemia me puse más ahorrativa… eso ya se me pasó", admite Brtesky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Algunas parejas de actores emblemáticas se separaron post pandemia (Consulta el reportero)... Creo que influyó la pandemia en muchos aspectos. A todos nos dio un remezón como personas, y eso puede haber significado quizás separarse, o querer cambiar a los hijos del colegio, decidir irte de vivir de la ciudad a la playa; o incluso plantearte cambiar tu rubro. En la pandemia surgió tanto la palabra “reinventarte”. Creo que no solamente uno puede decir que hubo tantas muertes, sino también un cambio en la sociedad. ¿Yo cambié? Sí, cambié, como todos. A todos nos cambió, a algunos más violento, algunos perdieron su trabajo, a familiares, otros perdieron matrimonios... o no los perdieron: se transformaron en otra cosa... otros decidieron cambiar un estilo de vida. De alguna manera u otra, a todos nos cambió, de un grado diez a mil.

No sabría decir algo puntual en qué cambié (con la pandemia), pero creo que es como mirarse al espejo. No tengo la respuesta de si en la pandemia aprendí tal y tal. Pero sí sé que hubo un cambio.

Me da una lata entrar a hablar de la separación (con Sebastián Layseca)... Hablemos del trabajo... Cosas personales puede ser y todo, pero no me interesa hablar; ya terminé hace tres años.

"De alguna manera u otra, a todos nos cambió, de un grado diez a mil", dice Bresky sobre la pandemia. Foto: Andres Perez Andres Perez

Mis hijos menores ya están en tercer y cuarto medio. Me he liberado un poco. Veo a mis amigas con hijos pequeños y sé que ya pasé por esa etapa, pero uno nunca deja de ser mamá. Me sigo levantando las 6:30 AM para hacerles el desayuno y uno siempre está ahí, y también viven conmigo; pero, claro, ya son mucho más independientes, se saben cuidar y no tengo que llevarlos a la plaza a jugar ni tengo que bañarlos en la tina en la noche, contarles el cuento para que se duerman ni trasladarlos para ir al taller, al cumpleaños o al no sé qué. Ya se manejan solos. Pero uno sigue siendo mamá y trabajando por eso.

A mis hijos les interesa la actuación. Quiero que sean lo que quieran ser, y que sean fieles a sus convicciones y que se esfuercen y den lo mejor de sí. Si eso va a ser actuación o trabajar de audiovisual —que el mayor trabaja en el mundo audiovisual, en cines y series—, bacán. Y sí, es un lugar medio inestable, lo sé; pero si te gusta y es lo tuyo, es lo que hay que hacer. Y lo inestable también puede ser en otras áreas: si no te gusta algo mucho también lo más probable es que no te vaya tan bien. Es realmente les guste lo que quieran hacer y se esfuercen por ello, porque si no no hay resultado bueno en ningún trabajo.

Soy abuela de un niño de cuatro años, que vivía en Niebla y ahora en Santiago, hace rato. Tendrían que decirme cómo soy como abuela, pero me ha gustado mucho ser abuela, me provoca mucha ternura, felicidad verlo, lo encuentro exquisito, nos llevamos súper bien, nos reímos y lo regaloneo cuánto puedo; y estoy muy orgullosa de mi hijo como papá también. Es una fuente de amor que llegó a mi vida y no me la esperaba, y es muy delicioso sentirlo, porque además no tengo esa presión de mamá, con lo que conlleva la responsabilidad, que tiene un peso, que se combina con mucho amor y todo lo que es la maternidad. Acá, es sólo entregar y recibir amor.

"Es una fuente de amor que llegó a mi vida y no me la esperaba", declara Bresky como abuela. Foto: Andres Perez Andres Perez

No me preguntaba si estaría o no en musicales, jajaja. Me encantaba cantar, pero no me lo imaginaba, porque tampoco se daba la escena que hay ahora. Ahora hay más musicales, que cuando chica quizás uno lo veía en Broadway, lejano, ¿y películas en que cantaran en Chile? Menos. Era algo que me gustaba hacer, pero no pensaba: “Ojalá se pudiera dar la posibilidad de yo estar en musicales”. Mi primer musical fue Piaf, hace muchos años, después otro que se llamaba 80´s, El Musical, que fue aquí en el Teatro Nescafé; y estuve en Cecilia, Una Historia Incomparable, que ahora venimos terminando una gira nacional y nos fue súper bien.

La Incondicional fue el primero que hice con Los Contadores Auditores (guionistas y directores), y de ahí vino Próvocame y Tú Eres la Tristeza de mis Ojos. Son de mis favoritos, me fascina hacerlos y me encanta el desafío que conlleva, porque además no es fácil cantar, bailar y actuar a la vez. Hay que estar preparado y prepararse constantemente, porque es un “músculo” que hay que siempre ejercitar. Es muy adrenalínico. Me encanta la conexión con el público también, que aplaudan entremedio, que se rían y que canten las canciones con nosotros. Siempre hay un desafío para el que me tengo que ir preparando, y para eso tengo que tomar algunas clases, que dependen del proyecto. Me encanta actuar en actores musicales. Siempre se puede aprender un poquito más. Debes tener el cuerpo muy alerta, muy atento, y estar en buen estado físico.

"Siempre se puede aprender un poquito más", dice Bresky sobre los musicales. Foto: Andres Perez Andres Perez

Recuerdo cuando estaba una vez en unas vacaciones en Punta Cana (República Dominicana), en un resort, muy caribeño todo, y prendí la tele “para ver qué canales dan aca”, y me salieron las noticias en la nacional de que Juan Gabriel había muerto (2016) y dije: “¡No!”. Viví ese momento caribeño como: “Se muere Juan Gabriel, qué pena más grande” (Hace un acentito mexicano), y yo estaba en el Caribe, tomándome una piña colada, y mis hijos eran chicos.

Mi mayor relación con Juan Gabriel surgió a través de la obra que hicimos (Tú Eres la Tristeza de mis Ojos). Siempre me gustaba como artista, lo encontraba genial, un tremendo músico y sus canciones siempre me eran emocionantes y vibrantes, y su look, personalidad y cómo era. Pero me empezó a gustar mucho más cuando ya estuve en la obra, porque las canciones agarran otro sentido, las estudio y escucho más, no sólo las que yo cante, sino también las de mis compañeros; además conocí canciones que no conocía antes a través del musical. Así que mi mayor relación parte con el musical.

“Victoria” (su personaje) está en su lecho de muerte y es bien interesante interpretarla, porque le están sucediendo cosas cosas en que se está cuestionando, está conversando con la muerte, analizando su vida, aprendiendo, preparándose para soltar a sus hijos, que puede sentir que ellos lo necesitan, que van a extrañar, y también asumir que se va. Es súper fuerte vivir esas emociones.

"Es súper fuerte vivir esas emociones", declara Bresky sobre Victoria. Foto: Andres Perez Andres Perez

Ahora, mi perrita, la “Yuma”, estaba enferma de cáncer, y estaba yo un poco preparándome para quizás despedirla, entonces se me cruzaban ambas historias (con la de Tú eres la tristeza de mis ojos). Estaba con la muerte rondándome heavy. Tenía que ensayar y, de repente, estaba en silencio escuchando los textos de mis compañeros que me decían a mí como “mamita, no te vayas por favor”, y me veía a mí diciéndole a la “Yuma, espérame, por favor, aguanta un poco”. En el momento me costaba mucho ensayar porque se mezclaba con lo mío personal, a pesar de que lo pasaba increíble con otras cosas, porque la obra también tiene humor y es graciosa: tiene ese viaje de la risa al llanto, como la vida misma.

Mi gata, la “Atuna”, que ya murió, vivió en siete casas en quince años, que estuvo conmigo unas semanas, después se la regalé a un pololo, se quedó con ese pololo él, después se cambió las veces que yo me cambié de casa, y en total hizo siete cambios, y yo en quince años estuve en cinco casas.

La “Atuna”, la “Yuma”, el “Hiroshi”, el “Mambo” y todas mis mascotas, perros y gatos, han sido súper importantes, son como hijos para mí; y los que se han ido, mis guardianes protectores. Ahora estoy con una cachorra loca de nueve meses, que se llama “Akira”, que es una perrita rescatada de Valparaíso. Siempre mi vida ha sido rodeada de animales, que son súper importantes para mí: son hijos, son compañeros y una fuente de amor.

"Son hijos, son compañeros y una fuente de amor", declara Bresky sobre sus mascotas. Foto: Andres Perez Andres Perez

Estoy soltera, hace cinco meses, por ahí.

Publiqué una historia en su momento porque ya llevaba un tiempo pololeando (con “Rod”, su expololo tatuador, en junio del 2024). No es que yo cuente todo de mi vida, pero tampoco es que estoy ocultando todo. Me pareció normal si estaba subiendo una foto de mi cumpleaños, y estaba con él. No era un secreto y no tenía por qué ocultarlo... Tampoco estoy siempre contando mi vida privada, tipo “estoy despertando”, “estamos aquí tomando desayuno”, “estamos aquí viajando” o “a nosotros nos gusta este plato de comida”. Pero si estoy agradeciendo mi cumpleaños o algo personal, sí. No lo hice público, sólo que no lo oculté. ¿Negarlo? Sería raro también, ¿por qué lo voy a negar? Es un dato, pero no entro a profundizar... El tatuaje de “Atuna”, que fue el primero, me lo hizo otra persona, no él.

"Estoy soltera", cuenta Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Estoy bien. He estado full pega, viviendo un momento laboral súper bonito. Estoy en una linda relación conmigo misma. Y mis hijos son tan bacanes. Estoy súper agradecida de la vida que tengo también, de la gente que está conmigo, de mis amigos y del cariño del público también; de los proyectos en que estoy, que los disfruto, y además son exitosos. Estoy súper contenta.

Estoy divorciada. ¿Me volvería a casar alguna vez? No sé. No creo. O sea, soy súper romántica y creo en el amor. Ahora, quizás la misma fiesta de matrimonio y todo lo que conlleva, quizás ya no lo haría, porque si bien las encuentro entretenidas, y me encantan las fiestas de matrimonio, son muy caras también; quizás mejor con toda esa plata hacer un súper viaje con la pareja y un acto más personal que una misma fiesta de matrimonio. Y legalmente no lo encuentro necesario ahora.

En algunos aspectos de tu vida soy tímida. No soy la que va a un lugar y coquetea con alguien, no; me tienen que abordar más. Mostrarme tanto y exponerme también me da una timidez... Nunca he tenido una app de citas... ¡Eso me da mucha timidez!, por ejemplo.

"Nunca he tenido una app de citas", cuenta Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Todavía siento la inquietud de estar sola. Es necesaria. Es muy bonito estar en pareja, pero también es súper bonito mantener una buena relación con uno mismo, saber escucharse y no tener la necesidad de un otro para estar “completa”: si uno está con alguien es para caminar juntos y no que el otro te construya, o te valide como persona. El cultivar el amor propio creo que es súper bueno, porque te crea relaciones sanas de todo tipo, y no hay dependencias emocionales, y uno también lo puede pasar bien con uno mismo y no tener que estar con alguien por miedo a estar sola.

Más de una vez en mi vida he sentido miedo a estar sola. Es una pulsión muy humana. Amo mis momentos de soledad. Pero soy una persona que le gusta estar con gente, porque por algo formé una familia desde muy joven, y no tengo sólo un hijo: tengo tres; y tengo mis amigos y trabajo en proyectos que son de grupos. Suelo estar con gente, soy una persona súper sociable, me encariño y me encanta querer a mi gente y recibirla en mi casa. Pero amo estar sola. Cuando se da que estoy sola, lo disfruto muchísimo.

Todavía no me han mandado eso de viajar sola. He hecho traslados sola, pero nunca he recorrido una ciudad sola. También me lo cuestiono y digo: “Ya, bueno, si a mí igual me gusta estar más con alguien, ¿porque tendría que hacerlo sola?”; como si uno fuera más bacán porque lo hace sola... Pero se podría dar quizás que viaje sola. No sé a dónde. Ahora tengo ganas de irme a Río de Janeiro, y me imagino yéndome con una amiga, que encuentro más entretenido compartir un viaje con alguien que sola. Tampoco he ido a comer sola un lugar; prefiero comprarme algo y comerlo en el camino, ¿pero sentarme en un restorán y decir ‘hola, ¿me trae...?’, supongo que por que me aburre, jaja. Al cine sí me encanta ir sola.

"Cuando se da que estoy sola, lo disfruto muchísimo", dice Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Estoy viajando por Sabingo. Varía cuánto viajo, porque si estoy con funciones o temporadas, o grabando una serie o algo, tengo realmente un poco menos de tiempo; pero viajo entre tres y cinco veces al mes, y hago notas. Ya estamos con la nueva temporada, que se llama “La estrella de mi pueblo”, que le ha ido súper bien. La semana pasada no viajé, y la otra tampoco, pero de repente viajo y hago varios (capítulos).

Es la primera vez que hago docurrealidad, y lo otro fue fue cuando hice de coach para Mi Nombre Es (CHV, 2024). Pero es distinto. No hago un personaje, soy yo. Me he sentido cómoda, porque lo bueno es que yo no soy la protagonista, sino quienes entrevisto. Obviamente soy yo la que prueba el plato y la que emociona o no la historia, pero el protagonista es otro, entonces me acomoda. Y aparte siento que estoy aportando un poquito de cultura, al mostrar oficios, o cuando hice las notas de “Herederos de una tradición”, para que la gente conociera, por ejemplo, a los croatas de Puntas Arenas, a los alemanes de Frutillar o a los sirios de Valdivia. La gente también viaja con los programas y conoce distintas realidades, culturas, oficios y recetas.

"Es la primera vez que hago docurrealidad", dice Bresky sobre Sabingo. Foto: Andres Perez Andres Perez

La gente me reconoce por “Marcia” y Carmen Gloria Bresky, pero obviamente “Marcia” siempre está presente; y ahora último también me han dicho harto en la calle “La Negra Ester” (por la película de Boris Quercia). Pero “Marcia” siempre es la top one.

“La Negra Ester” vino como a tocar mi corazón también, ya que, desde la construcción del personaje y de la manera en que planteé mi trabajo, tenía que ver con la vulnerabilidad, como la mujer vulnerable que ha sufrido por amor y que le rompieron el corazón. Si bien ese no el titular de la película, creo que esa frase habla mucho de lo que fue la construcción del personaje. Eso mismo fue lo que me tocó: encontrarme con esas heridas de amor que uno pueda tener y esa fragilidad de mujer, a la vez de ser una mujer muy fuerte, pero también que hay una parte frágil, vulnerable y que ha sufrido por amor.

No he vuelto a hacer teleseries porque ahora último no me han llamado. La última vez fue cuando íbamos a hacer la última temporada de Casado con Hijos (Mega, 2023), que yo ya estaba con ellos, entonces no me pude sumar a ese proyecto. Pero de ahí ya no me han vuelto a llamar y he estado haciendo otros proyectos, así que genial también, cine y series, y ahora estoy con Sabingo.

Si me volvieran a llamar a una teleserie, y hay un personaje entretenido para mí y el proyecto está bueno, obviamente, encantada: tendríamos que entrar a conversar. Hasta el momento nomás no se ha dado, pero lo bueno es que he seguido ocupada y haciendo lo mío, creciendo también como artista y comunicadora, y teniendo trabajo, que es lo que todos necesitamos para seguir viviendo en esta sociedad.

"No me han vuelto a llamar y he estado haciendo otros proyectos", dice Bresky sobre las teleseries, Foto: Andres Perez Andres Perez

El formato de las teleseries verticales no lo cacho bien. Entiendo y me encanta que exista un nuevo formato que se esté trabajando, pero no sé bien cómo es. No he investigado y no me han contado... ¿Habrá opción de actuar ahí? (Pregunta reportero) Capaz, no sabemos.

Hay un grupo (de actores que actúa en las teleseries de Mega), pero habemos muchos más actores y hay muchos más proyectos que sólo la teleserie. Ojalá hubieran más áreas dramáticas como hubo dos o tres, y ojalá los elencos fueran más grandes. Ahora se ha ido reduciendo, pero bueno, así está la industria hoy, y lo bueno es que existen otros formatos que se han ido abriendo a la vez, como estas teleserie verticales, o cosas virtuales como podcasts, y para que la gente se pueda seguir desenvolviendo y teniendo pega, no solamente los actores, sino también lo todos los que están detrás de cámara que también trabajan en los proyectos.

Si uno ve las producciones, para la juventud hay más personajes. Puede ser que se cierren más puertas con los años, pero se abren otras.

Estuve en una película italiana, pero prefiero no hablarlo. Más adelante, feliz de contarlo.

"Ojalá hubieran más áreas dramáticas", declara Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

En algún momento me plantearon para ir a un reality, pero siempre mi respuesta ha sido súper drástica: “No lo haría” (...) Me cuido, mi respetos por quienes lo hacen, pero soy más pudorosa.

¿Me interesaría incursionar en los podcast? Mmmm... No es que no me interese, sino que no es decir que “me interesa”. No es que me haya surgido: “Tengo ganas de hacer un podcast para comunicar tal cosa”. No me ha surgido. A mí me gusta más actuar más que nada, que es distinto a decir “no me interesa” (el podcast).

No tengo problema. Hace rato que estoy envejeciendo, soy una mujer de 47 años, entonces ya no tengo el tema de la edad como lo podría tener a los veintitantos así como: “¡Voy a cumplir 30, qué heavy!”. Cuando era más joven le daba mucha importancia. Y después que pasan los 40 te das cuenta de que, en realidad, hay un poder en esa etapa de vida. Siento que uno florece realmente después de los 40: uno tiene una confianza que hace que la vida sea mucho más entretenida. Me siento con mucho más herramientas ahora; y puede que tenga más arrugas y más canas, pero también eso no es lo más importante; que no quiere decir que no me importe, porque me cuido, pero de una manera tranquila: no me desvelo por verme más joven.

"No me desvelo por verme más joven", asegura Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Mi mayor vanidad va por otro lado más que por la juventud: me importa más que mi trabajo sea bueno a que me vea súper joven. Si voy a estar en un personaje en que voy a interpretar a una mujer (mayor), prefiero que se me arrugue la cara y expresar las cosas, a verme “súper bótox”. Me importa más lo actoral. No es que como: “Ay, me salió una arruga, qué bacán”. No es así. Pero ya lo tengo mucho más asumido y no le doy tanta importancia.

Mi relación con las redes es bastante buena. Mis seguidores son súper cariñosos y buena onda, y en general me tiran flores respecto a mis trabajos o a mí misma. Hay alguno que otro es ubicado, pero nada nada grave, y es un porcentaje muy menor; y los que son realmente desubicados se bloquean el tiro y ya está: o estamos para recibir esa energía ni comentarios mala onda. Algunos claramente son medios calenturientos; a algunos, por lo mismo, los tengo que bloquear, y a otros depende del grado de de desubicación. Pero en general son supercariñosos, buena onda y que valora mucho como mi trabajo.

Me encantaría vivir fuera de Chile. ¿Y fuera de Santiago? Prefiero vivir acá porque sé que todas mis pegas están acá, pero me encanta poder escaparme, ya sea a la playa o lo que me toca viajar con el programa. Me encanta Chile, el Norte y el Sur sobre todo.

Me siento en un momento floreciente, que quizá es porque estamos en primavera, jaja, pero también siento que se están abriendo puertas, que son momentos de cambio y de florecer ideas y energías que puedan haber en mí.

"Me siento en un momento floreciente", declara Bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Cuestionario Pop

Si no hubiera sido actriz me habría sido bailarina, siempre lo he dicho. Y ahora diría que me encantaría ser astróloga, jajaja.

En mi época de estudiante Teatro en la Escuela Fernando González, era estudiosa carretera y todo, jejeje.

Un sueño pendiente... ¡ay!... Caminar en un alfombra roja internacional, con un súper vestido, y obviamente ganarme un premio.

Una cábala es agradecer.

Una frase favorita es “te amo”.

Un trabajo mío que no se conoce es que vendí productos Just.

Un sueño pendiente de Bresky es "caminar en un alfombra roja internacional". Foto: Andres Perez Andres Perez

Mi primer sueldo lo gasté en un equipo de música y en un pasaje a Buenos Aires, que fue por un comercial de Kino.

Algo de lo que me arrepiento es que me corté el pelo para una obra de teatro, con el que estuve después para Piel Canela. Pero no me queda bien. Era chica, dejé que me lo cortaran y no sabían con quién.

Una actriz chilena que admiro es Amparo Noguera.

Una actriz famosilla amiga es la Berta Lasala.

Un personaje que sueño hacer... No es que sueñe hacer a “Juana de Arco” (Ninguno en específico, da a entender).

Un pasatiempo o talento oculto... ¡Uy! Ojalá tuviera talentos ocultos.

Una película que me hace llorar es El hombre elefante.

"Ojalá tuviera talentos ocultos", comenta bresky. Foto: Andres Perez Andres Perez

Un miedo es a que me pase algo y no poder estar para mis hijos.

¿Creo en el horóscopo? Depende. Me entretiene leerlo. Soy Leo.

Si pudiera tener un superpoder me gustaría ser invisible.

Un placer culpable es comerme una hamburguesa acostada en la cama viendo Netflix.

Si pudiera invitar a tres famosos de la Historia a un asado, le diría a David Bowie, Dua Lipa y Juan Gabriel.

Carmen Gloria Bresky es —¡wow!— una mujer y madre con espíritu de niña.

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