La Firme con Vardoc: “Con mi pareja estamos buscando a otra compañera que se quiera unir a nuestra aventura”
Youtuber, streamer, empresario, crítico gastronómico, actor porno. Todo eso, o casi todo, acompañado de polémicas que lo persiguen hasta el día de hoy. En las siguientes líneas, Vardoc cuenta su verdad.
Hay que remontarse al primer miércoles de marzo, cuando esa fotografía comenzó a circular por redes sociales. Con una camisa color azul claro, cuidadosamente abierta para dejar al descubierto un tramo de vello pectoral, el collar vikingo con el martillo de Thor y la silueta a medias de un tatuaje gastado. Nicolás Liñán De Ariza, Vardoc, tal vez el primer gran youtuber local, pionero del gaming y otrora líder de la escena, luego empresario, crítico gastronómico y meme según un sector de la comunidad, anunció así y con la siguiente advertencia su improbable llegada a Arsmate: “Y bueno; iremos subiendo poco a poco el ambiente”.
El impacto fue, por decirlo así, instantáneo: esa misma tarde disponía de siete publicaciones —seis imágenes y un video—, 110 suscriptores y más de 160 likes, su nuevo giro argumental atravesó los periódicos y portales más concurridos, “Vardoc” se volvió tendencia en Twitter y una especie de debate entre quienes lo habían perdido de vista y se reían y su público (igualmente atrapado). En buenas cuentas, se creó una extraña atmósfera de morbo.
Su viejo amigo Xoda, otro de aquella primera generación de youtubers, lamentó haberse enterado como se enteró de su flamante labor. “A este loco lo voy a desahuciar”, lanzó el piedrazo en un directo de Kick, mientras soplaba un cigarrillo. “No valora las cosas que le digo. Muchas veces mis consejos se los pasa por la raja, que siento yo son por su bien. Ya me aburrí de hacerle intervenciones, voy a tener que soltarle el brazo, porque es más estrés para mí las cosas negativas que le pasan a este pobre hombre”.
“¿Hasta qué punto sirve regalar o vender tu imagen y al final terminar siendo Junior Playboy? ¿Querís llegar a esa hueá?”, completó una reflexión que derivó unos días después en otra transmisión, junto a Vardoc, para conocer de una vez por todas los motivos detrás de esta idea quijotesca.
Fue más o menos así:
—Tú eres una persona influenciable —encaró Xoda a Vardoc—. Lo eres. Entonces yo dije: ya, esta mina lo metió en la cuestión. Lo vio ahí, vulnerable, quiere subir sus números, quiere subir sus redes, quiere farmearlo. Es que, que tú me digái hueón, la puse, no vale. Hueón, podís ponerla de gratis, esto lo hemos conversado hace rato. No tenís que casarte, no tenís que tener una plataforma pa’ poder ponerla. Tú tenís tus cualidades, tus cosas.
—Y ha sido así toda la vida —replicó Vardoc, lo que propició que Xoda mirara de reojo acaso sin siquiera conceder aquel punto—. Jajajá, la cara culiá, la micro duda. Soy como el pico, hueón.
—Lo que yo le pregunté fue si había sido influenciado por esta chica —insistió Xoda, fuera de bromas—. Y si la chica se lo había farmeado, eso era lo que me preocupaba a mí. Si la mina te incitó a la cuestión, hagamos el primer video y la hueá.
—De hecho, cuando le conté que me lo había creado, me dijo: ya, pero onda cuál es tu motivación, qué onda, ¿estái seguro? ¿De verdad querís hacerlo? Y yo le dije: sí, y pucha, me gustaría saber si querís colaborar conmigo, porque igual sería interesante partir el Arsmate colaborando con otra creadora al toque, ¿cachái? Y me dijo: obvio, yo te apaño.
—¿Y cuál es tu relación actual con ella?
—¿Ah? Eh, estamos saliendo. Pero chill.
—Pero no se han pedido pololeo todavía.
De pronto, ese silencio incómodo que precede una mentira.
—…no. Estamos ahí…
A Xoda le bastó esa respuesta para entender todo.
—El chuchesumadre, hueón. ¡Dos semanas, hermano, dos semanas la conociste! Otra vez lo mismo.
Lo que sucedió en esos poco menos de cinco minutos retrata a un personaje impulsivo, aparentemente enamoradizo, brutalmente honesto. Un libro abierto al igual que hace diecisiete años, cuando arrancó su trayectoria en Internet con gameplays de sus títulos favoritos y transicionó a los vlogs diarios que se escaparon de sus manos más veces de las que hubiera deseado. Hoy, ya despreocupado de las visitas, de los memes que le dedican por algún o algunos fracasos amorosos, después de haber incursionado con una hamburguesería y desligarse, Nicolás Liñán revisa una carrera de claroscuros en plena marcha hacia su última estación como actor porno.
La Firme con Vardoc
A veces a la gente se la come el personaje, pero yo hace muchos años aprendí a vivir y a entender la diferencia que es ser una persona en Internet y otra en la vida privada. Nicolás y Vardoc son parte de la misma persona, hay características que comparten. Vardoc es parte de mí, es quizás más exagerado, más enérgico, con otro tipo de energía. Es mi parte más chistosa, más atrevida, más jugada. Nicolás es la persona íntegra, que se separa un poco del personaje.
A mí me comió al principio el personaje. Me di cuenta cuando estudié Doblaje y locución y mi profesora me pidió que hiciera una voz: ponle la voz a este personaje, que es una silla. Le hice la voz y mi profesora me dice: no, mira, es que resulta que esa voz que estás haciendo es Vardoc haciéndome la voz de la silla. Tú no vuelves a clases hasta que aprendas a separar al personaje de lo que eres tú. Estuve como tres días, hasta que me di cuenta de que mi tonalidad era diferente, y de hecho, me pasó que aprendí esa separación y mis amigos me dijeron: volvió Nicolás.
De chico viví una infancia típica muy entretenida, muy simpática. De salir a recorrer los campos de Temuco, perderse tardes enteras, full aventurero, que te persigan los perros de los campos. Con los amigos, andar en bicicleta. Mucha aventura, mucho descubrimiento. No había más civilización, entonces era prácticamente como un mundo por descubrir. Recuerdo que encontré un yacimiento de arcilla en una mini montaña que había y salía a recolectar, después la llevaba a la casa y jugaba con la arcilla, me creaba mis mundos. Construí la típica casa en el árbol. Salían personas a perseguirte para golpearte porque te metíai a terrenos que eran particulares. Tantas hueás que pasaron…, fue una buena infancia. Más grande me dediqué mucho a jugar juegos de rol con mis amigos. Vampiro: La Mascarada, Dungeons & Dragons.
Mi familia puso el videocentro más grande del sur de Chile, antes de que existiera Blockbuster. Entonces, tenía acceso a todo el catálogo de todas las películas, de todas las series, de todas las cosas. Y, aparte, había un centro de arcade, de flippers, donde yo jugaba 24/7 porque era amigo del dueño. A mí me ponían fichas infinitas pa’ que yo jugara. Así que toda la vida me la pasé entre series y juegos.
Mi madre y mi hermana son las personas más importantes de mi vida. Tengo una buena relación con ellas. Hace poco mi madre se vino a vivir a Santiago junto con mi hermana, así que estamos todos acá. De hecho, nos juntamos en este café la semana pasada a conversar sobre mi viaje a México. Mi mamá se cansó de que estuviéramos tan lejos y al final se terminó viniendo para acá, para adaptarse. Esperemos que se pueda adaptar a la vida santiaguina. Por parte paterna no me desenvuelvo tanto. Tengo contacto con mi papá, hemos quedado en juntarnos, en vernos, pero nunca da el tiempo, nunca se gestiona nada.
A los cinco años recién aprendí a decir “agua”. Por algún motivo, me costó hablar al principio. Era muy regalón, según mi mamá, entonces había ciertas palabras que yo decía de otra forma y, como les decía de otra forma, todo el mundo me entendía. Decía: ala en vez de agua, y como todo el mundo sabía que ala era agua, no tenía la necesidad de aprender otra palabra. Era más que nada por ser como regalón.
Siempre tuve cargos dentro de los juegos, estaba dentro de los top players o tenía cargos importantes. De administración, para llevar las reglas del juego. Fui administrador del Proyecto YARE, base de los primeros emuladores funcionales de Ragnarok Online en todo el mundo. También fui GameMaster de muchos juegos, del mismo Ragnarok Online, de servidores privados, españoles.
Me metí a Ingeniería en informática pensando en que iba a trabajar en una empresa de videojuegos. Yo era administrador general del foro de zombie.cl, que era la comunidad de juegos más grande de habla hispana y que era chilena, y la gente de allá me ofreció trabajo si es que me titulaba de informática. Dije: me quiero dedicar a vivir de los juegos, ¿qué mejor que seguir trabajando de esto mismo? Pero mientras estudiaba, me di cuenta de que zombie se fue cerrando y mi sueño se derrumbó. Perdí las ganas de seguir, no me gustaba tanto informática como pensé que me podía haber gustado. Estaba más enfocado en temas de proyectos y no tanto en lo que yo pensaba que iba a ser. Todos me decían: estái pintado pa’ informática porque te gustan los juegos. No era por ahí.
Me eché todos los ramos posibles para que no me pudieran seguir exigiendo matricularme otro semestre más. Mi mamá estaba empecinada en que terminara la carrera y yo no quería, entonces ahí fue cuando le dije que no era lo mío, que lo entendiera. Y como no me entendía, la única forma fue pitiarme todo. Me acuerdo que me escapaba de clases, no iba. Y después vino lo otro: decidí convencerla para estudiar Doblaje y locución y me dijo: ya, pero esta va a ser la última chance que te doy. Ahí me vine a estudiar a Santiago a estudiar y me encantó.
Yo ya había vivido en Santiago, había venido a trabajar acá y casi me caso esa vez también. Con mi primera polola, pero no terminó bien. Me quería cambiar por completo, me quería convertir en un reflejo de su expareja y yo era chico, moldeable y casi caigo, pero cuando me di cuenta de eso, preferí que no. Ella era psicóloga, yo estudiaba informática todavía. Me cambié de sede, vine a trabajar acá, casi nos casamos y todo, pero no pasó nada. Cuando volví para estudiar doblaje lo pasé muy bien, porque era mi primera vez viviendo solo en Santiago y me dio esa libertad que necesitaba.
Llegué a YouTube porque un amigo me dijo: mira este juego y al hueón (@Cloud8745), es como tú pero gringo. Lo empecé a ver, me gustaron sus videos, primera vez que me quedaba pegado viendo algo en YouTube. Y dije: ok, si hay alguien que lo está haciendo en inglés, ¿habrá alguien que lo haga en habla hispana? No había nadie. Pensé: a lo mejor este juego en específico es muy complicado, pero empecé a buscar otros juegos y no había nadie. Así que dije: ya, lo voy a hacer yo. Si me entretuvo, a lo mejor a alguien que no sabe hablar inglés se le puede hacer más sencillo escuchándolo en español. Y así empecé, muy cordial, muy centrado a hacer los videos.
Cuando me tomé un año sabático, entre que me retiré de informática, ahí empecé a hacer videos. De hecho, me acuerdo de estar en la u y ver los videos que Cloud en clase y ahí más o menos empecé a grabar.
Para mí fue choqueante saber que podía hacer reír a la gente. Hubo un quiebre entre el capítulo uno y el capítulo seis de esa misma serie (I wanna be the guy). Ahí se nota que me empiezo a soltar, empiezo a tararear canciones. Y mucha gente empezó a comentar: oye qué graciosos tus videos, me gusta lo que haces, que aquí, que allá. Y me choqueaba, porque compañeros de clase, lo típico, cuando uno hace una broma no se ríen o no te encuentran gracioso o, simple y llanamente, nada de lo que decís les cae bien, y piensas que eres fome, aburrido. Entonces fue choqueante darse cuenta de que hay gente que me escucha, que sí me respeta, que sí piensa que soy gracioso. Eso como que te cambia.
Mis amigos me hueveaban, les contaba que tenía mi canal de YouTube y me decían: sí, yo soy TU fan. Y me hueveaban y me hueveaban. Yo soy tu único fan, me hueveaban con eso. Yo me reía, nomás, y chao. Sabía que ellos no entendían lo que estaba pasando. Dije: déjalos tranquilos. No tenía pa’ qué estar explicando.
Fue muy paulatino, de a poco, pero hubo un momento de quiebre en mi carrera. Me fui de vacaciones a Rosa Agustina en Olmué, que es un resort, y en ese lugar yo le pedí la cámara a mi mamá para hacer filmaciones. A ella le molestaba pasarme la cámara, porque pensaba que la podía romper. O pa’ qué estaba hueveando con la cámara. Pero llegamos a ese lugar y se acercaron unos chicos a pedirme fotos. Mi mamá nunca había visto eso. Y la mamá de los chicos se acerca a decirle: usted debería estar muy orgullosa de su hijo, porque lo que él hace es entretener a los chicos, es muy simpático. Y mi mamá me dice: oye, ¿no necesitái otra cámara? Porque puedo comprar otra, jajajá.
Mi mamá antes me decía que hacía estupideces o quién te ve, es pura gente rara la gente que te ve... tan equivocada no estaba, jajajá. Pero era lo típico: no entendía nada. El resto de mi familia me criticó mucho también. Oye, estái perdiendo tu oportunidad, que aquí, que allá. Pero cuando empecé a recibir mis primeras platas de YouTube, a ganar dinero con lo que estaba haciendo, como que dijeron: ahh, mira. Tuve varias discusiones familiares en ese sentido. Me agarré con la polola de mi abuelo, por ejemplo. Pero después solito les demostré que sí puedo hacer lo que prometía.
Sigo jugando, los juegos me encantan y eso no va a cambiar, pero ya no me dedico al tema del gaming porque no me es rentable. Me gusta jugar, me gusta que me vean jugando, lo disfruto, pero ya no es mi nicho, ¿cachái? Ya no tengo las habilidades tampoco que tenía antes, los reflejos de hace veinte años atrás. Aparte, hay chicos mucho más rápidos que yo en muchas cosas. Mi humor ya está más gastado igual. He dicho todo lo que tenía que decir de todos los juegos que jugué. Subía siete u ocho videos a la semana de gameplays más mis vlogs diarios.
Rentabilicé lo que tuve que haber rentabilizado el tema de los juegos. Hasta el día de hoy me llegan campañas relacionadas con temas de gaming y las acepto igual, o de repente sale un juego que me llama mucho la atención, lo quiero grabar y lo hago, ¿cachái? Mucha gente me pide que vuelva a jugar, pero yo sé que mi público no está pa’ verme jugar. Por eso lo dejé, dije: hay que dar la vuelta a la rueda, encontrar otra cosa que hacer.
Nadie entendía de las redes sociales, entonces construir una imagen en ese tiempo fue complicado. La primera entrevista que me conseguí en un diario fui yo personalmente al Austral de Temuco para que me entrevistaran, porque en ese momento tenía el canal de YouTube más grande de Chile. Entonces, fui: hola, ¿quién es la persona responsable del área de medios, de noticias de Internet? Hola, me llamo Nicolás, tengo uno de los canales más grandes de Chile, soy de Temuco. Y con esa primera noticia, logré que me invitaran a Movistar Conecta, que era un evento muy grande de redes, donde estaban los tuiteros influyentes. Yo tenía más gente todos los tuiteros, pero nadie me ubicaba. Pero yo sabía que tenía que hacer redes, fui frente a ellos, para que me conocieran, para que supieran quién era, qué hacía. Me conseguí una entrevista en El Mercurio, gracias a eso otra entrevista en la tele. De a poco fui cimentando el camino para que los medios tradicionales supieran y entendieran que existía, que yo estaba posicionado. De esa forma, cada vez que salía una noticia de redes sociales, de YouTube, me metían a mí entremedio. Yo sabía que tenía que mantenerme ahí, porque la ola se venía y yo estaba con mi tablita, listo para surfearla. ¿Hasta qué punto? Hasta donde la ola me llevara. Y me preparé, aposté todo a eso.
Fui columnista del Publimetro durante muchos años, pero un día envié la columna como siempre y nunca más me respondieron el correo. Nunca me enviaron ni un mensaje de nada, no sé si la persona que estaba la despidieron. No tengo idea de nada. Pero me daba lo mismo: me pagaban 120 lucas por las columnas. Y de paso, yo tenía una amiga que me ayudaba con las columnas y, de hecho, la plata se la pasaba a ella. Yo le decía de qué tenía que ser la nota, le enviaba el bosquejo y ella lo redactaba más bonito. Le decía: mira, tenemos este nuevo juego y ella buscaba las fuentes, me armaba la cosa, yo lo revisaba y se enviaba. La paga no me interesaba, era para ella. Fue como una vitrina.
Fui el primer chileno en tener contrato con Machinima y le conseguí el contrato a Germán Garmendia, a Jaidefinichon, al Xoda, prácticamente hice de intermediario. Siempre intenté que si a alguien le iba bien, le siguiera yendo bien. A mí el contacto me lo pasó Dross, nosotros en esos tiempos conversábamos mucho. Durante un tiempo la única manera de monetizar era a través de otra plataforma, que era Blip.tv. Subíamos contenido ahí y era una locura: siete o diez dólares por cada mil visitas. Era una barbaridad de contenido y de plata, wow. Y después salió la forma para monetizar por YouTube a través de Machinima, que nos pagaban dos dólares por cada mil visitas. Para nosotros fue como tener un sueldo fijo en base a nuestras visualizaciones y, wow, por muchos años tuvimos ese contrato.
Muchas de las críticas que recibí al principio, de otros creadores de YouTube, era que yo me tomaba las cosas muy en serio. Ellos nunca se lo tomaron con la seriedad que debieron habérselo tomado y después se arrepintieron.
Más que pionero, me la jugué por la creación de contenidos en redes. Fue una apuesta finalmente, porque vi que el mercado en Estados Unidos estaba creciendo y dije: esto tiene que llegar a Chile, todo va a llegar. Yo veía que a los primeros youtubers los invitaban a entrevistas, cuestiones, se juntaban entre ellos. Al final es tener proyección de negocios. Ves una oportunidad en algún lado, ves qué es lo que puede suceder y apostái, nomás, po. Así lo he hecho con todos los negocios que he tenido: son apuestas finalmente.
Sabía que a Germán (Garmendia) le iba a ir bien, se notaba, pero nunca pensé que iba a tener el éxito mundial que tuvo. Fue una locura. Me acuerdo de las primeras conversaciones que tuve con él, porque en ese tiempo yo era el número uno de YouTube en Chile y cuando él empezó, hablaba conmigo y me preguntaba mis experiencias de vida en base a cómo yo vivía este tema de que te saludaran en la calle, de lidiar con la fama. Él era muy nuevo y lo ayudé en ese sentido al principio. Después, solito se adaptó. Me pasó, superó, duplicó, triplicó, quintuplicó, otros niveles.
Por un tiempo, yo recibí la plata de Germán y se la pasaba. Él no tenía cuenta, su mamá era la única que tenía cuenta corriente creo, y me acuerdo que en un momento estaba súper triste porque no podía cobrar su plata de YouTube. Estaba chato, quería tirar la toalla. Y le dije: no te preocupís, hermano, yo te ayudo. Y a través de mi banco, de mis cosas, le sacaba la plata. Después me empezaron a llegar millones y millones y yo decía: ¡conchetumare, hueón!, jajajá. De hecho, fue tanta la buena onda que cuando él ya tenía sus cuentas y todo, quedaba un pago de dos o tres millones de pesos y le pregunté: ¿te deposito donde siempre? Y me dice: no, tranquilo, quédatelo. Me hai ayudado caleta. Y con eso terminé de pagar mi auto.
La escena actual de YouTube está muy de nicho, cada vez más de nicho. Muchos creadores con mucha gente, pero que no todo el mundo conoce. Antes la gente era más de conocimiento general. Ahora tú me hablái de un youtuber x y puede tener muchos números, muchas vistas, pero no tenemos idea de quiénes son, po, hueón. Como se hizo mucho más de nicho, cuesta un poco más recordar. Antes éramos menos, entonces es como lo que pasa hoy: tanta serie, tanta hueá que sale, que no te queda tanto en la memoria como cuando había dos o tres series. Antes veíai Dragon Ball, Sailor Moon y Ranma por darte un ejemplo, y te vai a acordar toda la vida, en cambio ahora hay caleta de series nuevas pero van pasando los años y te vai olvidando. Hoy hay tanta cantidad de influencers que, claro, muchos tienen números, pero no necesariamente por eso los van a recordar en unos años más. Quizás sí, no sabemos.
Cuando voy a un evento me saludan caleta, siempre. Pero sé que va a llegar un punto donde me van a dejar de saludar. Es lógico, un tema de que vamos a estar muy viejos, todo eso. Pero lo llevo bien. Yo me he retirado de redes sociales varias veces, entonces aprendí a lidiar con eso. No ser relevante no es algo que me afecte, porque sé que cuando tuve mi restaurant me di cuenta de que soy capaz de vivir de otras cosas, de tener otros negocios, de hacer mi propia vida. Y de que puedo vivir alejado, pero vivir bien.
Ahora volví a subir vlogs diarios, videos sobre mi vida y todo. Y es porque me gusta mantener el contacto con la gente. Lo encuentro hasta terapéutico de mi parte el hablar mis cosas. Es como mi amigo imaginario del Internet que me escucha, y me da lo mismo no tener visitas. Lo verán dos mil personas mis vlogs, pero me da lo mismo. No va por ahí. Tengo otra forma de monetizar el contenido. Esto es algo adicional.
Mi canal de YouTube, pese a que tiene un millón de suscriptores, es un canal muerto. Mis suscriptores son tan antiguos, que muchos de ellos perdieron la cuenta y son grandes o simplemente el algoritmo ya no me recomienda, nomás. Antes era por suscripción, ahora es por algoritmo. Entonces mis números hoy en día... a mí donde me va bien actualmente es en Instagram. Tú podís ver que subo un reel y todos los reels tienen más de cien mil reproducciones, algunos tienen millones. Me va mejor en TikTok de lo que me va en YouTube. Diez veces más, quince veces más.
Hice un video diario contando mi día a día, una especie de reality show de mi propia vida durante caleta de años, sin fallar ni un solo día. Igual es harto peso de por medio. Y como grababa todos los días, hubo hartas cosas que subí que no me daba cuenta que podían ser mal vistas. Son varias cosas que uno se va dando cuenta con el paso del tiempo. Hay que tener cuidado con lo que uno habla y lo que uno dice. Lo que uno muestra, también. Igual hay situaciones que uno no puede controlar tampoco, y es el coste de subir contenido de este estilo.
Nadie está preparado para que cuando uno termine una relación, todo el país hable de ti. Que hablen sin conocerte o con verdades a medias. Con algunas polémicas que tuve me sentí horrible, pésimo. Es súper fuerte, te termina volviendo más loco o haciendo más fuerte. O las dos. Pero la exposición me pasó la cuenta, obvio que me pasó la cuenta.
Nunca quise hacer polémica o cosas relacionadas con mis relaciones. Se desencadenó por malos entendidos con mis parejas, ¿cachái? Situaciones que llevaron a quiebres, a rompimientos de personalidad, a cosas que lograron que eso sucediera, pero nunca fue algo planificado. La gente en primera instancia me decía que lo merecía, porque yo mismo había expuesto mi relación, así que tenía que atenerme a que la gente hablara y dijera lo que quisiera. Y creo que eso es un poco equivocado, creo que la gente igual se puede medir con los comentarios. En ese momento, el youtuber Dalas Review, el español, me escribió para decirme que yo aprovechara toda la polémica que yo estaba teniendo para hacer más polémica y más hueás, y yo no quería hacer eso. No quería que se me viera como eso.
Cuando me hice un Patreon y supuestamente cobraba por mi amistad, que era full hueveo, hubo periodistas que hicieron la noticia pa’ hacerme pico, nomás. Muchas veces hubo medios y periodistas del área a los que yo les caía mal y se dedicaron a pegarme en el suelo. Fue bien penca por parte de ellos. Ahí me di cuenta de que había periodistas que eran buena onda y sí les interesa contar tu historia, y otros que están ahí pa’ descontextualizar. De ahí soy súper cauteloso con las entrevistas.
Patreon no me duró ni un día, me desperté y estaba la zorra. Me fui a dormir, desperté y estaba la cagada. Me hice el Patreon porque la misma gente me pidió que me lo hiciera. Estaba en la casa, piola, acostado, después de haberme fumado un cañito, me creo el Patreon. Y de hueveo, pongo: si alguien me paga 200 lucas, demás soy su amigo. Y los medios sacaron la noticia, la replicaban y la hueá. Los pobres niños y la hueá. Hoy en día muchos creadores de contenido hacen exactamente lo mismo y a nadie le importa nada.
De haber explicado mis quiebres en YouTube no sé si me arrepiento, porque mucha gente decía ay, si no dice nada, es porque es verdad. Lamentablemente la gente empieza a hablar hueás, entonces no queda más que salir a decir algo. Igual aprendí, con el paso del tiempo, a ser más político, a decir las cosas de otra forma. Antes era muy sentimental para expresar las cosas porque lo tenía todo adentro. Sí hubo cosas que probablemente no hubiera dicho, pero si terminé contando mis cosas, las conté de cómo las viví yo. Y siempre se dice que hay dos verdades, po, está la de una persona y la de la otra. Por lo menos lo que yo conté, es lo que yo viví.
La gente buscaba sacarme cosas. Estaban intentando, de una u otra forma, romperme para verme reaccionar. Era buscarme pa’ ver si caía, pa’ que pisara el palito.
Cuando el término de mi relación fue portada del diario fue cuático, en ese momento me sentía horrible. Me acuerdo que manejé de Temuco a Santiago, volví a mi departamento, triste. Pucha..., fue complicado. Y de hecho, con Katherine hablamos después de muchos años, conversamos las cosas y nos dimos cuenta de que se nos salió de las manos. Fue algo que nunca pensamos que iba a crecer tanto como creció. Al final no nos teníamos tanta mala ni ella ni yo, simplemente la gente lo siguió agrandando y los dos terminamos mal por lo mismo. Yo a ella le deseo lo mejor, la verdad. Es una muy buena persona.
Diagnosticado no, pero creo que tuve algún período de depresión, es probable. Hubo muchos momentos en donde me sentí muy mal. Y fui al psicólogo, pero por otra pareja en su momento.
Hace poquito fue el día de la amistad y subieron una foto conmigo, Germán y mi ex, donde ella está como encima... pero en realidad los memes me dan lo mismo. Me quedé tranquilo en ese sentido. Cuando encuentro un meme, voy yo mismo y lo comento. Cualquier cosa aquí estoy, ¿cachái? Me lo tomo cien por ciento con humor. No me afecta, encuentro que han pasado tantos años... es parte del personaje a estas alturas y yo también lo monetizo.
Subo videos relacionados con el amor, con las parejas, porque sé que mi imagen está muy vinculada con eso. Entre quedarme triste en la casa, prefiero reírme de la situación, hablar estupideces también. Si la gente me quiere ver en esa área, yo les entrego lo mismo. Por eso todos mis videos, en reels de Instagram, son relacionados con amor y parejas. Y a todos les va bien.
Un punto de quiebre para mí fue cuando una pareja que tuve me dijo: deja de preocuparte de lo que dicen las personas que no te conocen. Fue hace cuatro o cinco años atrás. A lo mejor fue tan estúpido, porque es tan sencillo y tan lógico, pero me lo tomé tan a pecho que me dejé de preocupar. Dejé de enterarme, dejé de andar pendiente de qué hablaban, de qué decían. Simplemente decidí ser yo, nomás. Y rentabilizarlo y como: ¿sabís qué? Voy a tomar yo el manubrio de esto y lo voy a llevar. Me da lo mismo lo que opinen, que hablen. Finalmente es más publicidad.
Me han hecho documentales, caleta de documentales. Pero bueno, igual hay varias cosas que se han viralizado que son partes de partes de lo que se rescató del video de aquí, de que allá. Y hay hartas cosas que no son tan así. La historia real es diferente. Hablé lo que tenía que hablar y hay hartas cosas que no he dicho, tampoco pretendo decirlas, pero a esta altura de la vida dejái que la gente hable, nomás, que especule.
Tengo acumuladas hartas pruebas y hartas cosas que podrían cambiar la historia. Y las tengo por si acaso.
Nunca nadie me ha dicho nada malo en ningún lado. Al contrario, la gente es muy buena onda, muy bacán en todos lados. De hecho, yo no creo que tenga hate. Me huevean sí, pero es hueveo, nomás. Lo veo más como echar la talla. No encuentro que sea una persona a la que de verdad alguien le tenga odio. ¿Pa’ qué? ¿Qué hago yo? O sea, si alguien me tuviera odio, sería enfermo. Algo mal tiene que tener esa persona. Yo, en general, no ando preocupado de nadie. Nunca he hablado mal de nadie. Yo he tenido que salir a explicar cosas porque otras personas han hablado de mí. No es porque yo haya decidido exponer algo.
Me había ido bien con algunos negocios, tenía platita ahorrada y quería algo estable, así que puse un restaurant, pero estuve yéndome a pérdida harto tiempo. Dije: si llega haber alguna pandemia a nivel global, puta, la gente siempre va a querer comer y tomar, así que un restaurant es una buena opción. Y sin tener experiencia en el rubro, pregunté cuál era la menor forma de riesgo que podía llegar a tener: franquicia. Entonces logré encontrar una que me llamó la atención, se veía buena la comida, interesante el concepto. Me prometieron cielo, mar y tierra, es la primera franquicia que ellos iban a tener. Y yo debí haber considerado que si me metía a alguna franquicia, deberían haber tenido mínimo varios locales antes de haberme yo siquiera predispuesto, porque entendiendo un poquito el concepto, en realidad ellos me estaban vendiendo los productos a muy caro precio. Ellos me hacían la producción de muchos productos que tenían y me los revendían por contrato. Yo no entendía mucho, pensaba que me convenía, pero no había forma de monetizar el negocio porque me vendían todo muy caro y no me dejaban cambiar precios.
Yo perdía plata cada vez que servía un plato. Había varios platos que yo podría haber hecho en mi cocina, pero ellos en vez de externalizar eso o de haberlo hecho a precio costo, me hacían el sobreprecio. Supongamos que la carne, el kilo de hamburguesa, en ese tiempo valía $5.500, ellos me lo vendían a $7 mil u $8 mil pesos. Era un 20% o 30% adicional. Y yo vendiendo, vendiendo y seguía perdiendo plata. Y seguía metiéndole plata al negocio, porque no entendía por qué.
Dicen que los restoranes no duran más de cuatro o cinco años, el mío duró eso. Llegó la pandemia, bajaron los costos y pude sentarme a ver los números. Ahí me pude sentar a analizar y ahí es donde creo esta marca, Le Ñam, y empiezo a sacarle los costos a los productos. Dije: hueón, yo podría estar monetizando esto el doble, el triple. Conversando con ellos, me querían comprar el negocio, tenían el derecho de comprarme por contrato. Pero justo como era pandemia y no había capital para comprarme, decidieron rescindir y ahí me lancé con mi propia marca, bajé los logos, reabrí el restaurant sin logos, sin nada y el primer mes vendí el doble o el triple. De hecho, quería hacer muchos cambios, muchas cosas pa’ funcionar, porque soy muy de prueba y error, y ellos no me dejaban hacer nada. Pude armar mi negocio rápidamente, lo rentabilicé, fue maravilloso. Lo tuve hasta el año pasado.
Me desprendí del restaurant porque sentía que me consumía mucho tiempo. Era muy cansador tener un negocio así. Todos los días pasaba algo. Un restaurant, un negocio de comida, es un negocio de los más complicados, porque si no vendís un día se te echa a perder la mercadería, tenís mucha pérdida. Tenís a los clientes, que te pueden reclamar que no le gustan las cuestiones. Si tú comprái ropa y vendís ropa, no tenís el problema de que la ropa se te va a vencer en una semana. El inventario era mucho más difícil, había mucho robo, muchas cosas. Que la freidora se eche a perder, que la luz, que el gas, que el personal se peleó... noooo, qué problema. Entonces en esos cuatro o cinco años no descansé. Me tocó trabajar de garzón, de bartender. Atendí mi propio local como dos años, más o menos. No podía contratar a más personas porque no me daba la plata, así que tuve que levantar mi local solo en ese tiempo con mi pareja. Y lo atendimos los dos y lo sacamos adelante. Fue construir todo de cero y ver los avances, contratar a una persona más porque se podía, otra persona en cocina, y así. En total, entre los dos locales que llegamos a tener, había, en su momento, casi quince personas contratadas.
Incursionaría más adelante, pero con otro tipo de negocio. Por ejemplo, con otro rubro de comida. El concepto que yo quería era algo más pa’ tomar más que para comer, más bar que restaurant. Pero me pasaba que cuando vai a una hamburguesería, tú no podís compartir una hamburguesa con los amigos, po. Y yo tampoco podía vender pizzas, porque en el local de al lado vendían pizzas y había un contrato de exclusividad en el sector. Allá los amigos se piden la pizza, comparten todos un par de trozos y con hartos tragos, en cambio en mi local no se podía.
Mi plan con mi expareja era irme de Chile, porque sentía que ya había hecho de todo aquí y quería reformular mi estrategia de redes sociales pero desde afuera. Ir a otro país, grabar videos de otro país. Siguió el plan después de que terminamos, pero estaba esperando a que se vendiera mi departamento. Y me da risa, porque cuando pasó todo este tema de que me abrí el Arsmate, dije: no lo voy a vender. Y el mismo día que digo no lo voy a vender, me dicen: te lo compramos. ¡Te lo juro! El que escribe mi historia de arriba le encanta jugar conmigo, hueón. ¿De verdad que no lo quieres vender?, porque tenemos a una persona interesada que te lo compra al tiro. Y yo: conchetumare..., por qué me hacen esto. Pero no lo vendí.
Lo que hice fue arrendar otro departamento en el mismo edificio, que es ahora donde vivo, y mi departamento lo tengo como estudio de grabación. Lo estoy terminando de pintar, de amoblar, lo estoy convirtiendo full en set de grabación, completo.
Dije que no iba a hablar más de mi vida privada, pero sigo haciéndolo. No puedo: es algo inevitable pa’ mí, hueón, me encanta comunicar, me encanta hablar. Hay cosas que obviamente que ya no cuento, que no digo, soy más cauteloso con las cosas que comparto, ¿cachái? Pero igual sigo mostrando parte de mi vida.
Hay caleta de rumores que me inventaron: dijeron que una pareja que tuve, que era venezolana, me había cagado, se había traído a su esposo pa’ acá, todo el tema. Esa hueá fue full mentira. Inventaron una cuestión por Twitter y toda la gente sí, sí, jajajá. ¡Y hueón, esa hueá nunca sucedió! A mí solamente, por lo que sé, me engañaron una vez, nomás, que fue con el tema de mi esposa. Más allá de eso, nunca más, pero a la gente le quedó gustando esa historia y le siguieron dando vuelta en ese sentido.
Creo que harta gente ha cambiado su imagen de mí desde que estoy en Arsmate. De igual forma, creo que es una imagen que la misma gente se formó de mí. Porque yo me veo como muy piola, muy tranqui, pero en realidad siempre salí harto. Y ahora es como: hueón, medio plottwist, medio giro de guion con la hueá. O ¿cómo le hicieron tanto daño a este hombre para que ahora se convierta en esto? Pero yo creo que no va por ahí.
Lo de Arsmate es algo que quería hacer hace tiempo, llevaba años con la idea. Yo he tenido amigas que han tenido Arsmate, OnlyFans. Tuve una polola que también tuvo, tuve otra que también tuvo y ahora la que tengo, también tiene. Entonces, de cierta forma, siempre estuve involucrado. Y yo explicaba cómo es que yo haría las cosas ahí, que por qué no se lo tomaban como un trabajo full profesional, más en serio, para que la hueá funcione. Y me decían: pero si nunca hai estado en la hueá, no entendís cómo funciona. Hasta que me metí y me di cuenta de que en todas las cosas que yo había dicho, tenía razón.
Le pregunté a mi pareja si grabaría conmigo y cuando me dijo que sí…, ya fue. Cuando la conocí, ella ya era creadora de contenido de Arsmate y Only. Nos pusimos a pololear, me contó todo lo que hacía, le dije: cero dramas, me da igual. De hecho, bacán que me haya dicho del día cero todo. Yo valoro caleta la honestidad, caleta. Y ahí fue cuando le pregunté: si yo me hiciera un Arsmate, un Only, ¿tú grabaríai conmigo? Y me dice: sí, pero no te lo recomiendo. Y me empezó a explicar todas las contras, el juzgamiento social, que me podrían lesear, bla bla. Y le dije que me daba lo mismo, que esto era algo que tenía pensado hace rato.
Mi idea era tener más contenido antes de anunciarlo, pero me pasó que lancé una publicación y esa publicación salió en el feed de Arsmate, alguien le tomó un pantallazo, lo llevó a Facebook, Twitter y explotó. Quería que fuera paulatino, pero de repente pasó y fue como: o me lanzo ahora o no me lanzo. Es como cuando querís tirarte a la piscina y no sabís si tirarte o no, pero de repente tenís a todo un público gritando: ¡Tírate, tírate!
Siempre me ha gustado grabar todo tipo de contenido y llevaba hartos años grabándome con mis parejas también de forma privada. O sea, cosas que no publiqué y nunca lo haría tampoco sin consentimiento ajeno. Porque muchos podrían haber dicho: hueón, podríai haber subido todo, pero pese a que me trataron horrible, me hicieron caleta de daño, yo nunca caería en eso. Las cosas que se hacen en privado se mantienen en privado. Y claro, llevaba años grabándome, igual me daba morbo la cuestión. Entonces empecé a subir de a poquitito y ahora con este tema del Arsmate, llevo cuatro o cinco meses y he estado en los top 10 entre hombres y mujeres. Soy el único hombre que está en el top y se agradece.
El público bajó del boom inicial, pero sigue siendo totalmente rentable. O sea, nunca me esperé honestamente que me fuera bien. Yo quería hacerlo por hacerlo y de repente me di cuenta que se convirtió en una fuente, en otro trabajo más. Por eso lo estoy profesionalizando, por eso estoy arreglando mi departamento para grabaciones. Tengo contenido grabado como pa’ un mes. Todas las semanas subo una colaboración diferente, con una chica diferente, con temáticas diferentes.
Arsmate es mi fuente de ingresos principal. Me he hecho hasta ahora, pa’ que te hagái una idea, casi 50 mil dólares. Ha sido súper rentable. En base a ese sentido, pucha, bacán igual. De Arsmate me han tratado súper bien. De hecho, es la primera vez que me siento tan bienvenido en una plataforma online. Han sido muy amables, muy respetuosos. Me han tratado de forma súper profesional. Se vienen hartos proyectos con ellos ahora.
Igual es raro mi tema con mi pareja actual, porque ella me graba. Ella es mi camarógrafa en mis filmaciones de Arsmate, con otras chicas. Entonces hacemos tríos con otras chicas, nos grabamos, hacemos contenido juntos y, aparte, ella me graba con otras creadoras. Obviamente a esas creadoras se les piden los papeles al día, de sus exámenes. Nos llegan hartas peticiones de colaboración y ella decide. Ella me dice si sí o si no.
Con mi pareja estamos en el proceso de buscar a otra compañera de vida que se quiera unir a nuestra aventura, como pareja. Estamos buscando a otra chica, que ojalá sea también creadora de contenido y que seamos los tres. Así podríamos hacer más contenido juntos también, nos podría apoyar con todos nuestros proyectos que estamos gestionando, porque nos hacen falta más manos.
Hace rato que estaba buscando una relación abierta y me creo capaz de poder llevarlo. Siempre me metí en el tema de la monogamia, en general, por un tema de aceptación social más que nada, porque mis parejas no querían o porque se veía mal. Pero yo hace rato..., de hecho, con mi expareja con la cual me iba a ir al extranjero, en primera instancia dejamos abierta la posibilidad de abrir la relación a futuro. Porque no me dio el cuero tampoco de establecerme. Así que yo creo que también es un tema quizás de madurez de mi parte, de aceptarme.
Si tenís una relación triple, por ejemplo, o con más personas, es equivocado pensar de que a todos los vas a querer por igual o de la misma forma. Yo considero que, en ese sentido, uno aporta diferentes cosas. Hay diferentes formas de querer. Y bueno, igual tenemos en vista a varias chicas que nos caen bien, que de repente podrían unirse a nuestro tema. Pero aún estamos a la espera. Sé que vamos a conocer a alguien o alguien va a querer unírsenos. Y ahí la noticia va a ser: Vardoc tiene dos pololas.
Yo no soy personaje pa’ un reality de Diego González. De hecho, creo que él ha hecho declaraciones también de que no. Cuando dijo que el Vardoc que conocía era el de Dragon Ball, válido. Bacán por él. Pero es que son temáticas diferentes. Los hombres que él mete tienen cierta característica que yo no cumplo. No soy del perfil de él, para nada. Ahora, si participaría en otro reality, sí. Me han propuesto. Y habrá que ver. Estoy hablando de realities de televisión. Ni una mala onda con Diego, por si acaso. No lo conozco, no sé. Lo vine a conocer por el tema de Arsmate.
Lo peor de Internet es ver el lado oscuro de la sociedad. Porque la gente lo ocupa como fuente de desahogo muchas veces. Y se entiende, hay gente que en su vida cotidiana no es feliz y la única forma que tiene es desquitarse con gente de Internet. Y lo mejor es poder conocer personas.
Mi sueño pendiente es llegar a la luna o al espacio. Que ahora es posible. Pero pa’ eso, ¿qué necesito? Plata. Que el porno me lleve al espacio, jajajá.
De mi carrera, hubiera cambiado el manejo de crisis, de las polémicas que tuve. Las hubiera manejado de otra forma. Hubiera sido más cauteloso con lo que dije. No habría sido tan sentimental a la hora de exponer ciertas cosas o dar tanto detalle, que fue innecesario. Va por ahí. Hubo cosas que no tendría que haber dicho tampoco.
¿Qué me falta mostrar en Internet? El hoyo. No, no, mentira, jajajá. Es algo que no haría, yo soy full hetero, no me llama la atención nada. De hecho, a mí me ofrecieron hace poquito también un gangbang inverso, o sea, muchas chicas contra mí. Igual se veía interesante, pero dije que no, porque es como mucho pa’ tan pronto.
El contenido que estoy haciendo actualmente, diría que es profesional…, no, no me quiero tirar tan arriba: semiprofesional. En México una chica me comentó que tenía su productora allá también y que, por cómo nosotros grabamos, estábamos a un nivel profesional. Nos felicitaba porque estábamos entregando un muy buen contenido. Igual acá hay pocas productoras en ese sentido, y nosotros estamos enfocándonos ahora en seguir creciendo y les estamos ofreciendo a nuestros cercanos grabar sus contenidos. Grabamos con cuatro cámaras de forma simultánea, diferentes ángulos, cámara móvil, cámaras estáticas, cámara 360, mis lentes igual graban. Se va a armando un ecosistema.
¿Dónde me veo en cinco años más? Pucha, no sé por qué pensé que en Estados Unidos, en una mansión.
Si no hubiera sido youtuber, ahora actor porno, me hubiera gustado seguir jugando videojuegos.
¿Un apodo? Me decían Ñam en el colegio. Por Liñán, Ñam. Y porque era bueno pa’ comer. De hecho, por eso mi local se llamaba Le Ñam.
Me gustaría tener una casita al lado de un río... con internet satelital. Estar alejado de todo, pero cerca a la vez. Y poder salir a pescar.
No creo en las cábalas ni en la suerte tampoco. Creo en el trabajo continuo.
¿Frase favorita? “Y muy bien…”. Todos mis videos parten así: “Y muy bien, sean todos bienvenidos”. O también el “adiosito, amigos míos”. De hecho, quiero que en mi lápida diga “adiosito, amigos míos”, ése va a ser mi epitafio.
Fui promotor de monitores AOC, trabajé como vendedor en París, conductor de Uber. De garzón en restoranes, como informático arreglando computadores y formateando equipos... Y también de empaque de supermercado.
Mi primer sueldo lo gasté en comida. Sí, full, jajajá. Debo haber comprado hamburguesas y haber comido.
Mi comida favorita... el queso. Amo el queso. El queso es magia, es alegría. Si hubiera más queso, no habrían guerras. Queso de campo, rico, hueón. Soy de Temuco, po, hueón, así que pa’ mí el queso es importante.
¿Trago favorito? Preparado, me gusta el Margarita, pero últimamente tomo mucho gin. La clásica piscola igual. Antes tomaba mucho ron, ahora me produce como rechazo.
Escucho de todo... y nada. En mi auto no escucho música, pongo videos. Pero dejo que la gente ponga su propia música, porque dime qué escuchas y te diré quién eres. No tengo artista favorito.
El mayor miedo de mi vida es la inestabilidad global.
El anime con el que más he llorado es Tengen Toppa Gurren-Lagann. Trata de la historia de un chico, es de autodescubrimiento, de autocrecimiento, de nunca rendirse. De lograr todo lo que sea posible por los sueños. Es como cómica la hueá, pero después te dai cuenta que todo lo cómico en realidad tenía sentido y es una de las joyas de esta vida.
He visto tantas series, tanto anime..., soy reotaku, hueón. Mi favorito debe ser One Piece. Me encanta, lo he visto dos veces. Me falta un tatuaje de One Piece.
Mis juegos favoritos son los The Legend of Zelda.
Si pudiera tener un superpoder, me gustaría poder detectar dónde hay oro. Y poder encontrarlo. Estaría bueno, podría vivir tranquilo el resto de mi vida.
Mi placer culpable es comer. Es rico, pero culposo, po, hueón.
No creo en el horóscopo. Soy géminis... así que en realidad, inmediatamente cuando lo digo, me dicen: ah, con razón, jajajá. Pero ni carta astral ni nada.
Si pudiera invitar a tres personas de toda la historia a un asado —con copete— sería a Stephen Hawking, a Jesús y a un faraón. A Hawking, porque sería interesante saber si es que de verdad asistió alguien a su fiesta de los viajeros del tiempo. A Jesús, pa’ cachar si existió, po, y cachar qué onda de verdad. De esa forma podría comprobar al tiro si la religión va o no va. Y a algún faraón, tengo que cachar a quién en específico. Pero pa’ cachar cómo construyeron las pirámides o qué motivo había detrás de las construcciones.
Vardoc es creador de contenido “diverso” en Internet.
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