Durante la noche de este lunes, Max Cabezón se convirtió en el nuevo eliminado por competencia de Tierra Brava. El joven participante no pudo con Luis Mateucci y le dijo adiós al reality de Canal 13.

Sin embargo, el cocinero hace un balance positivo de lo que fue su estadía en el espacio de telerrealidad conducido por Karla Constant y Sergio Lagos. Así lo dejó clarito en su charla con La Cuarta.

“Para mí fue una experiencia bacán. En general lo pasé bacán, obviamente con los altos y bajos, pero para mí haber estado en Perú, grabando un programa que le está yendo bacán, haberme enfrentado a las competencias físicas, haber cocinado con dos, tres cosas, con lo que me encontraba, haber pasado hambre, conocer gente re especial…Para mí fue un 10 de 10″, reveló Max al diario pop.

Pero eso no es todo, pues también reconoció que hubo momentos en que lo pasó como el ajo, sobre todo cuando la comida no abundaba.

“Un poco al principio, a ratos (fue complicado el pasar hambre), pero después te vas acostumbrando un poco a las reglas del juego. Pero sí, en algún minuto se pasó pasó un poquito de hambre”, admitió.

- Igual ahí tú tenías una ventaja porque te manejas con la cocina y te las podías arreglar…

- De repente agarraba una papa, una cebolla, las tiraba a las brazas y me terminaba comiendo unas verduritas quemadas con huevo, ¿cachai? Entonces, 100% trataba de sacarle un poco de ventaja a los conocimientos.

- Y la competencia de anoche con Mateucci… ¿cómo la viste?

-Fue súper dura, estuvo re complicada, o sea, porque era muy cansadora, muy agotadora. Naturalmente el Mateucci ahí tenía harta cancha, tenía harta experiencia deportiva y al final era una prueba de resistencia física. Por ahí, lo que me pudo ir en contra fue que las piezas de mi rompecabezas, no sé si estaban más enterradas que las del Mateucci, pero que me costó harto encontrarlas. Y por otro lado, las rodilleras se me cayeron, entonces tenía todas las rodillas peladas con sangre, entonces avanzar me costaba mucho, cada paso que daba me dolió un montón.

- Oiga, máster, ¿y qué tal la convivencia con tus compañeros? Era tu debut en este tipo de programas, ¿muy complicado sobrevivir al 24/7?

- En general bien. O sea, indudablemente tuve mejor relación con unos que con otros. Por ejemplo yo me llevé a súper bien con El Futuro, La Botota, La Pame, La Guarén. Pero habían personas que yo de verdad no soportaba. Como el trío de Mateucci, La Chama y en especial Junior. Obviamente que ganas de querer ignorarlos todo el día, porque como que su energía a mí me hacía mal…

- Cuático igual…

- Solo quedaba aprender a convivir con personas de personalidades muy distintas a uno nomás…

- Con Junior igual sacaron chispas un par de veces…

- Sí, me carga.

- Al menos igual tuviste feeling con otros participantes…

- 100 por ciento. Me voy a seguir juntando con La Pame (Díaz), con El Futuro, con La Botota, con La Eva (Gómez) también, que la quiero mucho, con La Guadén, o sea sí, yo siento que hice buenas amistades adentro.

- ¿Volverías en un eventual repechaje?

- Siento que me fui en unas circunstancias bien redondas, pero si el reality se extiende y hay un espacio para mí, yo no dudaría en entrar porque la verdad es que es una experiencia súper linda. Me imagino que ahora ya van quedando los mejores, me imagino que ya obviamente la competencia está mucho más dura y obviamente sería un honor si me invitan a poder volver.

- ¿Cuáles crees que son los personajes más fuertes en cuanto a la competencia que van quedando? ¿Algún favorito o favorita?

- Mira, yo creo que así hablando súper en serio como a modo deportivo, yo creo que el Fabio obviamente es buen competidor, el Mateucci es buen competidor, y ya luego creo que lo seguiría, no sé, La Chama. Y por lo que me han contado el Nico Solabarrieta, que le pone bien fuerte, bien duro.

- ¿Algún momento que te haya marcado estas semanas’

-A modo de anécdota, como que todo el reality se desempeña en un pueblo cerca de Lima, pero que inevitablemente es campo, un campo con animales, un campo con letrinas, entonces eso inevitablemente hizo que la casa estuviera siempre como con una sobrepoblación de moscas. Yo te juro que agradezco tanto estar ahora, no sé, en mi casa, en un ambiente libre de moscas, porque te juro que era un momento en que la cuestión se te paraba en la cara, no te dejaban dormir, se te paraban en la comida… en un minuto estuvimos con una invasión de moscas tremenda que hizo súper estresante la convivencia.

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