Espectáculos

Mario Ortega impacta con cruda revelación: contó detalles de ‘infierno’ que atravesó en Mundos Opuestos

Según el reconocido chico reality estuvo más de un mes sin poder usar cepillo de dientes en el espacio de Canal 13.

Mario Ortega se desahogó e hizo un balance de lo que fue su participación en Mundos Opuestos.

El pasado martes, en Mundos Opuestos se vivió una nueva jornada de eliminación, donde uno de los participantes más queridos perdió y debió abandonar para siempre el encierro.

Se trata de Mario Ortega, quien enfrentó a Samira Jalil en una prueba que contempló agilidad y velocidad.

Si bien en un principio SuperMario le sacó una ventaja considerable a su compañera, en la segunda parte de la competencia se complicó y no fue capaz de mantener ese ritmo.

De hecho, esos minutos que perdió fueron aprovechados por Samira, quien finalmente lo adelantó, se quedó con el triunfo y aseguró una semana más en el espacio de telerrealidad de Canal 13.

Por lo mismo, una vez en el “tiempo real”, Ortega se tomó unos minutos para hablar sobre lo que fue su experiencia en Mundos Opuestos.

En primera instancia, reconoció lo complejo que fue para él esta nueva experiencia en un reality, donde por momentos vivió las penas del infierno.

Incluso, se animó a compartir un completo análisis al respecto.

“Fue complejo, lo sentí bastante pesado, o duro, y creo que hay muchos factores al respecto que provocaron que lo sintiera de esa manera. Primero, muchos años sin haber entrada a un proyecto como reality. Yo también estaba mayor. Tengo 38 años en estos momentos, pero a diferencia del último, que tenía 29... entonces se nota la diferencia. Casi 10 años y yo noté la diferencia”, relató en charla con La Cuarta.

Y en esa misma onda, agregó: “el formato también, muy complejo. Este formato de Pasado-Futuro, es difícil porque se crean dos reality, dos equipos. Un reality de un equipo, un reality con el otro equipo, dependiendo si están en el Pasado o en el Futuro. Y se juntan a veces nomás, pero es poco comparado con la mayoría del tiempo en que está cada uno en sus mundos”.

Incluso, contó que “el Pasado era muy difícil. Estuvimos nosotros más de un mes, casi dos meses sin cepillo de dientes, por ejemplo”.

Además, también se explayó y reveló qué fue lo más duro que enfrentó en todo este tiempo, donde estuvo exactamente siete semanas en el Pasado y sólo tres en el Futuro.

“Realmente no teníamos los implementos que estamos acostumbrados las personas que nacimos en el siglo XXI. No teníamos cepillo, no teníamos donde reposar. Me refiero a que no teníamos colchones donde dormir. Teníamos un montón de paja y nosotros con las telas que nos daban como para taparnos, teníamos que envolverla para que simulara un colchón. Entonces, eso nos iba lesionando cada día”, se desahogó.

Además, recalcó que “si dormía en una posición incómoda, no teníamos un buen dormir. Y aparte, amanecíamos ahí contracturados. No nos podíamos tomar un café. O sea, para tomar agua teníamos que hacer todo un ejercicio, ir afuera, llenar una jarra con agua y después volver al fogón. Y ponerlo ahí entre medio del fogón donde corrías el riesgo de quemarte la mano. No teníamos cepillos, teníamos que lavarnos los dientes con ceniza”.

Eso sí, recordó que sus compañeros implementaron “un método que era romper una telita delgadita. y eso con la ceniza tú te la pasas. En una oportunidad yo fui a buscar ceniza. Me la pongo en la boca y la sentí un poco ácida la ceniza. Yo pensé que entre la piedra, el polvo, la ceniza misma y los restos de pajillas, porque de repente se iba rompiendo la pajilla, iba quedando toda ahí una amalgama de materia, no sé. Y la sentí ácida y dije, ya, será. Y me lavé nomás, después de haberme lavado la boca tuve como dos o tres días así, como la boca irritada. Pero nunca supe qué era, si era ácido o era el cromo de la pintura de las pajillas, nunca supe, pero gracias a Dios al tiempo hicieron una actividad y nos dieron cepillo. Pero estuvimos casi dos meses sin cepillo de dientes”.

- ¿Qué balances haces con el otro que tú estuviste? Tú estuviste en el Mundos opuesto 2...

- Era lo mismo, pero no es igual. Porque uno era Futuro-Pasado, y el Mundos Opuestos 2 era Infierno-Cielo. Pero yo no lo sentí tan extremo.

- ¿Te tocó estar en el Infierno?

- Sí, pasé en el infierno. No lo pasé tan mal, pero por eso te lo digo. Mira, imagínate, el último reality que yo estuve fue casi diez años. Más, casi trece años. Entonces, yo no lo sentí tan fuerte, no me pegó tanto como el actual. Como te digo, muchos factores... Y otra cosa también es la brecha generacional. Porque había mucho joven, mucho niño.

- Uhh

- A lo mejor yo era el niño en los otros reality, y en este caso yo era uno de los veteranos.

-Ahí tenías 29 años, hace diez años...

-Sí, pero creo que en el Mundos Opuestos 2 tenía 24. Como la edad de José Pablo ahora. Menor que José Pablo.

- ¿Y cómo viste esa brecha generacional?

- Me sentí muy bien, pero se nota mucho la diferencia en las paradas, la forma de ver las cosas, y las disposiciones también.

- Había mucho influencer... ¿Cómo fue convivir con tantos?

- Muy bien, me gusta. Yo aprendí mucho de ellos y yo también intenté transmitirle todo lo que yo podía saber. En qué sentido, porque yo me veía un poco reflejado en ellos a mi misma edad. Y muchos más maduros. Muchos más maduros ellos. Yo era un pobre diablo. Necesitaba una brújula para saber dónde estaba el norte o el sur. Pero ellos ya tenían la película clara, saben lo que tienen que hacer, saben lo que quieren. Y me alegro mucho por ellos.

- A pesar de esa brecha generacional, ¿quién podrías decir que fueron tus amigos?

- Mira, con Alan me llevé muy bien. De hecho, era el que más me aperraba en todas las locuras que se nos ocurrían.

- ¿Y ahí no sentiste esa brecha, o no?

- Sí, se sentía la brecha, se sentía la brecha, pero después de un momento ya, chao la brecha. Se deja de lado y compartes con la persona. Si estás con el prejuicio de que no, que estos son niños, son cabrón chicos... Después de un momento ya tú te olvidas de eso y compartes con la persona, con el ser humano. Y Alan es un gran ser humano, una gran persona, una historia muy linda. Y lo importante es que es muy humano.

- Lograste una amistad con él.

- Sí, muy buena amistad.

- ¿Por qué? ¿Por la convivencia? ¿Por la forma de ser?

- Yo creo que Alan, no sé si con todos, pero conmigo él era muy receptivo. Me escuchaba, si le quería decir algo, no lo tomaba como que, ‘ah, ¿qué está diciendo este hue...?’. Sentía yo que él, no sé si me tenía un poco de respeto o no, me consideraba una persona digna de escuchar, pero él tomaba atención a las cosas que yo le decía.

- ¿Podríamos decir que fuiste como un padre para Alan dentro?

- No, no, un padre imposible. Un hermano mayor. Un hermano mayor. Pero bueno, yo no tuve la capacidad de tener hermanos menores, porque yo fui el menor de mi familia. Entonces, para mí con todos los muchachos, no solo Alan. Diego, José Pablo, trataba yo de transmitirle todo lo que yo había hecho y que ellos lo sintetizaran. Y por eso te lo digo, ellos venían con una visión y una idea mucho más madura de lo que yo tenía si comparamos las edades.

- Ellos son más maduros de lo que tú estuviste cuando entraste hace años atrás.

- Mucho más maduro, mucho más maduro. Y me hubiera gustado mucho haber tenido una persona que me dijera las cosas que yo les dije. No tuve ni de un hermano, ni de un primo, ni de un tío.

- ¿Alan fue tú con la persona que creaste un mayor vínculo?

- Bueno, yo con Joche somos amigos de afuera. Vamos a dejarlo aparte porque es una amistad fortalecida y forjaba. Pero de los nuevos muchachos, sí, con Alan. Con Alan, aunque con José Pablo también me llevaba muy bien.

- Y si tuvieras que definir a Alan, ¿cómo lo definirías?

- Lo definiría como...Nosotros nos tratamos...Yo normalmente a mis amigos los trato de guerreros. Y él era el guerrero Leftaro. O sea, Lautaro, pero en latín, no, la pronunciación francesa es Leftaro. Pero Alan, ¿cómo podría definirlo? Como un... Un valiente. Y me refiero a valiente incluso corriendo riesgo. Arriesgdo, un valiente, un hombre que quiere ir por las cosas. Y va a tener la iniciativa de que no se va a quedar esperando a que lleguen. Él va a ir por ellas.

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