La ministra vocera, Camila Vallejo, está impulsando la segunda versión de la campaña contra la desinformación “Aguanta, chequea y comparte”, la cual lanzaron durante el 9 de octubre en Pudahuel con 200 vecinos y vecinas de distintas edades, donde hubo desde jóvenes de enseñanza básica y media hasta personas mayores. La iniciativa tiene entre sus pilares un videoclip protagonizado y cantado por el reconocido actor José Antonio Raffo.

—Queremos llegar con una campaña que es bien popular —cuenta Vallejo a La Cuarta—, que usa la cumbia para difundir en distintos niveles generacionales lo importante del chequeo de la información antes de compartir

—¿Por eso eligieron una cumbia?

—Esta campaña tiene un lado audiovisual, pero también las charlas informativas, que fue una de las recomendaciones de la Comisión de Expertos Contra la Desinformación que creamos en 2023, que era justamente transmitirle a las personas que tienen un poder contra la desinformación. Los ciudadanos pueden aportar en este combate. Por eso es tan importante que sea una campaña popular y sencilla, que usa la cumbia efectivamente, que fue el estilo musical que nos gusta en general a todos los chilenos y chilenas; no me equivoco, la verdad, yo creo que sí.

Esta pieza audiovisual turna imágenes que Raffo cantando (“Las noticias falsas están en todos lados/ Por eso hay que estar siempre atento”) con tomas de transeúntes sosteniendo letreros con consignas como “Somos avispaos” y “Más vivos que nunca”.

La jefa de cartera destaca que el videoclip defiende “lo que somos y la capacidad que tenemos de evitar que seamos manipulados o engañados por campañas sucias, de desinformación o fake news”.

Raffo, en tanto, expresa al diario pop que “me gustó mucho está invitación a cantar la canción de la campaña, porque creo en el alma de la misma” y que “responde a una necesidad urgente de poner el grito en el cielo contra la crisis de desinformación”, declara

A juicio de Vallejo, a Raffo “le quedó muy bien la voz en la cumbia”, pero hace principal hincapié en que “la cumbia es bien pegote y bailable”.

—Lo que buscamos es un poco hacer que la gente comparta de manera orgánica esta campaña, porque además no tiene recursos para estar en la tele, por ahora —transparenta—. Esperamos que puedan aprobárnosla en el Consejo Nacional de Televisión (CNTV). Pero no es una campaña grande: es mucho más orgánica, es decir, que se esparza entre la gente y se pueda compartir. Creo que gustará.

“Tips” de Vallejo contra la desinformación

—Esta campaña surge previo a las elecciones, ¿fue pensando que en este período se intensifican las fake news?

—O sea, todos los años hemos tenido periodos electorales y por eso en las dos versiones tenemos una agenda contra la desinformación. Hemos hecho instancias multilaterales con la OCDE y la UNESCO; hemos desarrollado una agenda sistemática en esta materia. No es que se nos ocurrió ahora por este contexto nomás.

Eso sí Vallejo reconoce:

—Efectivamente en contextos electorales se tiende a polarizar la discusión y surgen más elementos de desinformación. Por eso es tan importante que la gente sepa cómo opera su algoritmo en redes sociales. Los algoritmos identifican lo que te alegra o da rabia, y tiende a predecir tu comportamiento en cuestiones de tu estructura de creencias. O sea, si hay una desinformación que calza con lo que tú crees a priori, aunque no sea cierto, es fácil que tú la compartas.

Frente a situaciones de este tipo, la ministra sugiere “aguantarse” antes de compartir: “El primer tip de chequeo es que si, por ejemplo, la información que te llega te genera una emoción fuerte o confirma justo lo que estabas pensando, ‘aguanta’, porque eso es un poco sospechoso”, y luego “ve si tiene fuentes, si hay un autor verificable o lee más allá del titular”.

—¿Qué entendemos como una fuente confiable?

—Es muy humano que si un grupo de amigos, o un familiar, nos manda por WhatsApp una información, como confiamos en esas personas, tendemos de inmediato a creer que lo que nos mandaron es cierto, y no necesariamente. Por eso es tan importante contenerse, evitar ser tú otro vector de esa información. Busca en internet, ve si, por ejemplo, es una noticia que está en otros medios; la prensa tiene la obligación de poner fuente o autor, que ya te dan mayor confiabilidad y puedes compartirlo. O a veces hay que leer más que el titular: te pueden mandar una noticia súper escandalosa y de alto impacto, y de repente la nota no es tan como el titular lo señala o la información que te genera.

Vallejo también pone de ejemplo casos “más sofisticados”, que serían cuando la información es con “datos o números, que es una arena un poco más difícil, ya que implica “hacer el esfuerzo de ir a instituciones certificadas en la emisión de datos corroborables, que están tienen metodología confiable y etcétera”; aunque reconoce eso que eso “requiere un esfuerzo mayor, además de lo que hace la prensa y el periodismo”.

Desmentido a Kast

La ministra también anuncia una serie de charlas que partirían a fines de octubre o inicios de noviembre. “Pero estamos preparándola, porque es una nueva versión actualizada de la que hicimos el año pasado”, advierte sobre esta serie de presentaciones, que en el 2024 se realizaron 30 en total y, según la jefa de cartera, habrían asistido en total una 3.000 personas, principalmente jóvenes y en su mayoría estudiantes de Periodismo y cientistas políticos.

—Ahora estará muy centrada en los estudiantes de educación superior, pero sobre todo de las instituciones técnicas —explica—. E informar, en su versión 2.0, el fenómeno de las deepfake (imagen, video o audio manipulado IA) y los bots. Son los dos elementos que más se tienden a usar hoy para desinformar en plataformas digitales.

—¿Y cuántas charlas serán?

—Ufff —reacciona ella y contesta—: Vamos a ver, queremos hacer la mayor cantidad posible. No solamente las hago yo, también el subsecretario (Erwin Díaz), la directora del Observatorio de Participación Social y No Discriminación (Daniela López ) y la División de Organizaciones Sociales. Así que esperamos que el equipo pueda desplegarse lo más posible. No tengo una meta actualmente, pero esperamos la mayor cantidad.

—¿Las charlas son en su calidad de ministra o seguirá con ella cuando termine su cargo?

La ministra ríe, luego reacciona con un “no había pensando la verdad” y luego contesta:

—No, como ministra. Es un tema súper relevante, independientemente de quién sea ministro o ministra en el próximo gobierno, o de los cargos que ostentemos, esto sigue siendo un tema de relevancia porque en el mundo ya se incorporó como uno de los problemas a enfrentar que amenazan no solamente las democracias, sino que también la convivencia democrática en las sociedades. Y espero que esto siga siendo un tema de relevancia, abordado de manera seria, independiente del color político y de las administraciones de turno.

Vallejo recuerda que cuando se creó la Comisión contra la Desinformación hace ya un par de años “parecíamos unos bichos raros, de hecho fuimos muy criticados y criticadas”, destaca.

—Hoy creo que cada vez la gente toma conciencia de la importancia de enfrentar esa información, del chequeo, de la verificación y de lo que mueve además la desinformación, que son en general discursos de odio y desprestigiar. Este es un tema súper relevante. Y respondiendo a tu pregunta, independientemente de dónde uno esté, si no es cargos de representación popular, debe seguir siendo abordado de manera seria.

Hace un par de días, la ministra salió a responder el candidato republicano, José Antonio Kast, luego de que el compartiera el siguiente titular de El Mercurio: “El número de funcionarios público sube en 100 mil personas desde el 2021”, y además él declaró: “Lo dijimos: van a mentir, van a difamar y van a ocupar todo el aparato del Estado para aferrarse con uñas y dientes al poder”. Vallejo contestó en un punto de prensa: “No debería leer solo el titular“.

—¿Aquel desmentido también se enmarcó dentro de esta campaña contra la desinformación?

—En contexto electoral, nosotros tomamos una decisión de enfrentar la desinformación, y eso se traduce en que cada cada vez que se diga, incluso de manera sistemática, información abiertamente falsa sobre el Gobierno o reformas importantes para la gente, iremos a desmentir; además que tenemos una responsabilidad sobre la integridad informativa de las reformas públicas que empujamos. El candidato (Kast) ha sido persistente, junto a otras personas en esta disputa electoral, de instalar una gran fake news, que es esta supuesta contratación por parte del gobierno de 100 mil funcionarios y funcionarios públicos a nivel central, que lo salto totalmente a desmentir, y se ha repetido y repetido.

A juicio de la ministra, aquella declaración del republicano “no es sólo un error, porque una cosa es la información errónea, que cualquiera se puede equivocar en una cifra; pero cuando se insiste permanentemente en instalar con una cifra errónea, una mentira, hay que enfrentarla, que es lo que corresponde, e incluso miembros de la oposición han tenido que salir a desmentir esa fake news”.

La mayor mentira sobre Vallejo

—¿Cuál es la mentira o fake más grande que se ha dicho de usted?

—Tengo muchas, desde que era dirigente estudiantil; pero creo que la que más caló popularmente, y que se instaló en redes sociales (no salió en las noticias ni nada), era que yo tenía un Audi de auto —cuenta con humor—. En ese entonces pensé que no sería nada grave, porque aparecía en una red social, pero la difundieron tan sistemáticamente en redes que me tocó alguna vez en una feria una persona que había creído que efectivamente yo me había comprado un auto, más allá de yo si tenía derecho o no a comprar un Audi, que es otro tema. Fue hace bastante tiempo, la primera gran fake news que viví.

Otra falsa información que Vallejo recuerda es “que yo supuestamente cobraba por las entrevistas que iba a dar a la tele cuando era dirigente estudiantil”.

—¿La del Audi fue ya siendo ministra?

—No, de dirigente estudiantil. Ya en ese tiempo me estaban bombardeando.

—O sea que no tiene un Audi…

—¡No pue! —responde y ríe.

—Ha pasado tiempo…

—Nunca lo tuve ni lo tengo... Pero con tanta repetición había gente que lo creía, y yo supongo que todavía lo creen. Independiente que sea verdad, creen las cosas porque las quieren creer. Tenemos que cuestionar nuestros propios sesgos, y los algoritmos tienden a conocer nuestros sesgos y prejuicios, o estructura de creencias. Cuando alguien quiere que la desinformación se difunda, sabe dónde ponerla para que se viralice más rápido en función de sesgos como el de confirmación que es: “¿Cómo no va a ser verdad si es justo lo que yo creo?”. Tenemos que cuestionar nuestras propias estructuras de creencias para enfrentarla a esa información. E, insisto, nos interesa transmitir a las personas que tienen un poder para enfrentar la desinformación, la mentira y el engaño.