Tras ver la rutina de George Harris, el comediante chileno desea regresar a la Quinta Vergara. “El humor político tiene que hacerse siempre de manera transversal”, aseguró al Diario Pop.
Fue en el año 2015 la segunda vez que Arturo Ruiz-Tagle se subió al escenario de la Quinta Vergara. El comediante se presentó en el Festival de Viña y logró domar a un Monstruo que en los primeros minutos no dejaba de pifiar. Consciente de que el arranque no sería fácil, el humorista tiró al choque a su personaje infantil ‘Arturito’, pero solo los chistes apaciguaron los silbidos.
En conversación con La Cuarta, el artista confesó que le gustaría regresar al certamen viñamarino pronto, pero ahora su show lo haría desde la otra vereda. Si bien hace 10 años se identificaba con las ideas progresistas de la época, ahora es catalogado como “facho” por sus polémicas declaraciones en los programas de política.
Pese a estar alejado de los grandes festivales televisados, Arturo infla el pecho por ser uno de los precursores del stand-up comedy en Chile, según señala al Diario Pop. “Antes habían otros humoristas que también hacían algo muy similar a lo que es el stand-up, pero nadie usaba el término. Nadie acuñaba el término y yo lo traje”, asegura.
“Elsa Poblete cuando fue mi profesora de teatro me dijo: ‘Oye, Arturo, supe que estás súper dedicado al teatro menor’, por el stand-up. Y dije: ‘Sí, profe. Pero acuérdese de mí que en 10 años más van a estar todos sus alumnos haciendo teatro menor, locos por el stand-up comedy’”, recuerda.
“Es loco porque es una corriente súper interesante. No soy el Elvis Presley del asunto en Chile, pero soy el puto Chuck Berry. Ahora…hay mucha gente, creo que hay demasiada gente. Creo que son muchos, no alcanza. Hay un humor que el día de mañana lo vas a ver y vas a decir: ‘mira lo que estaba pasando en esa época’. De cierta manera algunos comediantes también somos cronistas de algunos hechos”, agrega.
Anhela volver a la Quinta Vergara
Al igual que su postura política, el humor del chileno ha evolucionado en estos 10 años, pero Arturo Ruiz-Tagle considera hoy en día la organización del Festival de Viña es un tanto más permisiva con algunos comediantes, que a su criterio “tienen licencia para matar”, mientras que hay otros que son restringidos.
“Imagínate que hace 10 años atrás hubiera salido la rutina de este año de Edo Caroe o de la Chiqui Aguayo. Si te das cuenta, son las temáticas que se criticaban antes. Porque una cosa es el chiste sin censura porque atenta contra la moral de algunos, o la censura que es cuando hablas un tema políticamente incorrecto, por ejemplo, política, religión, o cuando criticas a la sociedad abiertamente. Yo creo que algunos tienen licencia para matar, pueden decir de todo. Pero hay otros, por ejemplo, que están observando para criticar. Algunos que tienen seguidores y otros perseguidores”, cuestiona.
¿Sientes que en los grandes escenarios falta humor político?
—Depende, el humor político tiene que hacerse siempre de manera transversal. Palta Meléndez decía que el humor es para mentes libres. Aquí es súper loco lo que pasa con los políticos, son como unas barras bravas, son capaces de sacarse los ojos por defender a su candidato.
Yo creo que la gente tiene que ser menos fanática de los candidatos, defenderse a sí mismos, defenderse de los políticos demagogos. Hay mucha politiquería. Lo que ocurre ahora con este florecimiento de la derecha, yo creo que es porque le han dejado el camino muy fácil.
Tu rutina del 2015 tenía muchas ideas que se podrían relacionar con la izquierda. Pero hoy en día a ti te catalogan como facho por tus declaraciones, ¿qué qué te pasa con eso?
—Cuando uno ataca con violencia se convierte en el mismo demonio que tú estás pensando atacar. Eso. Yo no puedo avalar la violencia de ninguna manera, aunque me sirva para llegar al poder.
No puedo deshumanizar a un carabinero. Así como hay gente derecha que deshumaniza al flaite también. No es un flaite, es un ser humano. No lo hace porque es malo nomás, detrás hay todo un drama social y personal, anda a saber tú. Yo no puedo deshumanizar a un carabinero. Estas personas nunca han tenido un amigo carabinero.
Y lo otro, la clase más educada por así decirlo, o que tuvo la suerte de haber entrado a una universidad se ríen de los carabineros diciendo que no tienen ni cuarto medio. Los carabineros tienen que estudiar, por eso existe una escuela de formación profesional. Es una cosa muy clasista además. Yo no puedo estar de acuerdo con la violencia.
¿Te gustaría volver a la Quinta Vergara?
—Sí, me gustaría volver. Me gustaría que me dieran la oportunidad de volver al Festival de Viña. Cuando vino George Harris, todos lo acusaban de facho, ¿y por qué no contratan al facho nacional? Digo yo. ¿Por qué un facho extranjero?
Fuiste de los pocos que “defendió” a George Harris
—No sé si defenderlo, le di la chance de ‘démosle la oportunidad?. Yo creo que se equivocó mucho, tuvo mal coaching encuentro yo. Me hubiera gustado haber tenido la oportunidad de haberle conversado un par de cosas que tenía que haber tomado en consideración. Yo creo que se farreó la gran oportunidad de haber hecho un show para toda Latinoamérica, que hubiera criticado a la izquierda, como él lo hace en su show.
Sin embargo, eligió mal el camino, no conectó con el público, creo que fue un error haberse enojado con el público. Tal vez se envalentonó porque vio a un público en pro, vio gente apoyándolo y dijo, “Ah, yo aquí hago lo que quiero”, porque él fue bien prepotente.
Yo creo que si no hubiera hecho eso podría haber tenido al público más contento y haberlo hecho callar a risas. A mí me estaban pifiando el 2015 cuando salí. Tiré al Arturito a la muerte porque yo dije: “Estos me van a pifiar por lo que sea”. Tiré chistes y tiré y tiré y tiré hasta el que escuché aplausos. Al tercer chiste todavía escuchaba abucheos, pero uno tiene que hacer reír, y con la risa se calla la pifia, es la única manera. Tirando una buena. Harris no tenía ningún chiste corto y le dijeron chiste corto, yo tenía la esperanza que hiciera un buen espectáculo. Yo creo que se manejó súper mal.