Desde su paso por "Rojo" hasta su éxito en redes sociales, Tati Fernández compartió su historia de ahorro y disciplina para alcanzar la meta de tener su propio hogar a una edad tan temprana.
A los 17 años, Tati Fernández ya era dueña de su propio departamento, una hazaña que sorprendió a muchos, pero que según la joven, no fue casualidad ni suerte.
En un emotivo relato, la recordada participante de “Rojo, el color del talento” reveló cómo logró este sueño a una edad tan temprana, gracias a su esfuerzo y ahorro constante.
En su participación en el podcast “Nitan financieros”, Tati contó que desde que inició su carrera en televisión a los 14 años, se enfocó en una meta clara: tener su propio hogar en Santiago.
Aunque durante su paso por el programa, el premio era un departamento y un auto, la joven bailarina no se conformó con la idea de que le regalaran esa recompensa.
“Uno competía por eso. Después, cuando me eliminaron, yo dije: ‘yo igual puedo trabajar para cumplir yo ese sueño sin la necesidad de que me lo regalen. Yo quiero trabajar para eso’”, señaló.
A pesar de los desafíos, Tati explicó cómo se dedicó a ahorrar rigurosamente durante sus primeros años en el programa. “Durante esos cuatro años, todo lo que yo trabajé, no gasté nada”, reveló.
“Por eso yo le dije a mi papá ‘no, yo quiero ahorrar para, algún día, si dios quiere, poder tener un departamento’. Yo creo que eso se puede, uno puede trabajar para eso, y empezó así”, indicó la joven.
Después de ser eliminada del programa y salir al mundo laboral, Tati no solo siguió con su carrera en televisión, sino que se hizo un nombre en las redes sociales, trabajando con marcas y realizando campañas. Sin embargo, nunca perdió de vista su objetivo: ahorrar para tener un hogar propio. “Me empezó a ir bien (...) pero yo ahorraba, y ahorraba y ahorraba”, afirmó.
Más allá de la satisfacción de lograr su meta, Tati también compartió una reflexión sobre el trabajo juvenil, señalando que a veces los niños que comienzan a trabajar son explotados o no tienen el control sobre sus ganancias. “Por eso me gusta contar esta historia, porque al final puede haber muchos niños, que trabajan, y que los papás de repente les quitan la plata o los explotan, por ejemplo, para poder generar, generar y generar”, añadió.
Hoy, a los 21 años, con su casa propia, su carrera en ascenso y su compromiso con el actor Oliver Borner, Tati se muestra más madura y agradecida por todo lo aprendido en su camino.