Tan inesperado como indiscutible es el protagonismo del que goza Princeso en Mundos opuestos, al punto de que ya no hay vuelta atrás: ha hecho de él, quizás en tiempo récord, uno de los chicos reality más memorables en esta suerte de segunda vida del formato.

Acusado de ser racista, machista, cafiche, villano, flojo y, recientemente, traidor, ahora Leonardo Vallana —el hijo de Zeus como le gusta hacerse llamar— dio de qué hablar al repasar su triste pasado, traducido esencialmente en el temprano abandono de su padre.

“Mi papá fue a comprar cigarros y nunca más volvió”, sinceró en una íntima charla con su equipo en el Pasado. Para, acto seguido, bromear: “No sé si soy hijo del lechero, del que iba a cortar el pasto”.

“¿Tú lo conoces?”, le preguntó, interesada, Marlén Olivarí.

Entonces Vallana entró en detalles: “Lamentablemente sí lo conozco. Dijo ‘mi amor, voy a comprar cigarros’ y no volvió más. Tenía como dos añitos. Él vale callampa”.

Es más, aseguró que “se intentó tener comunicación por los dos lados”. Algo que en definitiva no fue posible.

Un único encuentro

Princeso, que se dio a conocer en La Vega y luego, al igual que la Chilota, en un reality de Diego González, más tarde reveló que alguna vez buscó a su padre. Pero hubiera sido mejor no hacerlo.

“A los dieciocho años viajé a Concepción a conocerlo. Le pedí unas zapatillas y me las negó. Ahí le dije ‘nunca me diste nada en diecisiete años, te estoy pidiendo unas zapatillas y no las vas a comprar’. Después pesqué el bus, llego y mi mamá me dijo ‘vamos al tiro a comprar unas zapatillas’. Mi mamá me lo ha dado todo”.

“Él fue frío”, añadió enseguida el influencer. “Me dijo que me había abandonado porque sintió hacerlo así”.

Para cerrar, consultado por cómo encuentra apoyo emocional, enumeró: “Me refugio en Dios, mi novia, mi hijo, mi mamá. Vivo con mi mamá, ¡cómo la voy a dejar sola!”.