El periodista entregó su versión de los hechos. Reconoció que su mujer, Ivette Vergara, realizó una maniobra comprometida y que subió al bus para constatar el estado de los pasajeros.
En el video cuesta entender lo que ocurre realmente. Está Fernando Solabarrieta, camisa celeste escotada, chaqueta beige, afuera de una micro conversando acaloradamente con el chofer, mientras a un costado espera su mujer, Ivette Vergara, adentro de un vehículo.
Minutos antes —contará después Eduardo de la Iglesia en Contigo en la mañana— ella habría protagonizado una maniobra algo arriesgada, lo que desencadenó que el bus frenara bruscamente para evitar una colisión.
Lo siguiente es un sujeto, teléfono celular en mano, insultando al periodista. “A esta saco hu... le gusta hacer show”, lo buscó primero. “¡Estái llorando, hueón! ¡Anda curao!”, persistió a los gritos. Cuando Solabarrieta ingresó al transporte para pedir disculpas a los pasajeros, sin embargo, se hizo el silencio.
Y ahora por la tarde, en Marca personal, su espacio en radio La Metro, el propio periodista explicó con lujo de detalles el incidente:
“Vine a una reunión acá, po. Venía manejando mi mujer. Y nada, quiere meterse al estacionamiento y viene una micro detrás. Entonces, señaliza para meterse en una maniobra que tal vez fue un poquito… con poco espacio. Y nada, ni se rozan afortunadamente, pero la micro frenó un poco brusco, eso es verdad. Porque la maniobra de mi mujer tal vez fue un poquito encima”.
Entonces, “el chofer se molestó por lo que consideró una maniobra un poquito brusca” y “se baja a reclamar”.
Tan pronto eso ocurrió, Solabarrieta descendió del vehículo para enfriar la situación.
“Estaba enojado el caballero y me decía no, pero es su culpa, y yo sí, sí, qué sé yo, y me dice que tiene una señora adentro que se cayó. Y yo: déjame ir a mirar por si necesitaba asistencia. Y subo y había un hueón que me estaba gritando estái llorando, hueón, jajajá. Me estaba grabando y cuando subí, no me gritó nada más. Voy donde la señora y le pregunto qué pasó, y me dice: no, mira, a mí no me pasó nada, el niñito parece que se pegó en la rodilla. Un chiquitito, doce, catorce años, le digo mijo, ¿te pasó algo? No, no, nada, estoy bien, no me pasó nada”.
Ahí se acabó el lío, pero no la historia: “Entremedio parece que bajan a un hueón que había subido a chorear”. Información que enseguida corroboró Oscar Garrido con el video. “Bájate al tiro, vos sabís en qué andabai, cu…”, se ve que le dicen a un sujeto de polerón negro que deprisa se marcha de la escena.
Una historia que tuvo de todo y que puedes revisar a continuación.